Anything you need [Segunda parte de BAD HABITS]

Parte 1. Soñado

Soñado: adj. Persona que es percibida como real mientras se duerme.

“En el sueño se revela el problema vital de un individuo en forma simbólica.”
–Alfred Adler
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Nos besabamos, alrededor había una tormenta, y el viento volaba los pedazos de palmera por todos lados. Alex se separó de mí y se alejó. De un momento a otro lo perdí de vista.
Comencé a correr, no sabía porqué lo hacía, pero continúe corriendo, quizá con la esperanza de encontrarlo.
Lo miré de espaldas, toqué su hombro y él volvió hacia mí, con lágrimas en los ojos.

— ¿Cuándo volverás otra vez? —dijo

Desperté de golpe, otra vez estaba soñando. Había soñado con él todas las noches de esa semana, de todo ese mes... Lo soñé, desde que me separé de su lado. Desde que fingí no recordar quién era...

Mis sueños eran recurrentes, él me preguntaba cuándo volvería.
Quizá era la culpa que sentía por haberlo abandonado, por haberle mentido... Quizá todo era una visión del pasado... ¿O de un futuro posible?

No, no podía engañarme, ahora mi vida era distinta. Habían pasado varios meses. Me había mudado a miles de kilómetros de él. Me encontraba en Bakersfield, viviendo con mi tía. No sabía nada de Alex y tampoco intentaba saberlo, era mejor así. En un par de días me mudaría a un departamento en los Ángeles, ya que iría a una audición para un puesto de instrumentista. La gira con la BBC había concluido incluso antes de lo pactado, algunos días solamente... Pero incluso esos días, me hicieron arrepentirme aún más de no haber esperado a Alex...
No sabía mucho al respecto del nuevo empleo, porque todo se había dado muy rápido. De un día a otro el anuncio apareció y era urgente. Creía que podía ser una buena oportunidad.

Marianne había venido conmigo a Estados Unidos, y era una verdadera fortuna, porque todo había resultado horrible los primeros días. Algunos días continuaba siéndolo...
De Jesse, supimos que después de un  tiempo viviendo con su hermano Brandon en Australia, había regresado a Londres, con suerte en tres semanas viajaría para visitarnos y quedarse un par de días...

Estaba sentada en la orilla de la cama, abrazando mis rodillas y pensando en la sinopsis de ese sueño recurrente, en que aparecía él...

— ¿De nuevo lo soñaste? —preguntó Marianne entrando en la habitación

—Sí, después de que llegamos aquí, el sueño se hizo más contínuo

—Quizá significa que es hora de que lo busques

—Nuestras vidas continuaron, y seguro encontró a alguien más

— ¿Así como tú encontraste a alguien más?

—Yo decidí permanecer sola

— ¿Y crees que Alex corrió a buscar a alguien a tu partida?

—Es probable, él siempre hizo las cosas así...

—No te engañes, tienes la esperanza de que no sea así... Quizá haya estado con otras personas, pero las dos sabemos que Alex es un hombre que ama profundamente, y que seguro sigue pensando en ti

—No quiero seguir hablando de esto

—Aunque no quieras, me vas a escuchar... Sabes que nunca estuve de acuerdo con cómo hiciste las cosas

— ¿Se supone que dejara que sacrificara sus sueños por mí? ¿O que sacrificara los míos?

—Quizá si lo hubieras hablado con él, ambos hubieran encontrado una tercera opción

—Sabes que Alex siempre fue un obstinado...

—Sí, él hubiera hecho cualquier cosa por ti, y mira cómo le pagaste...

La miré fijamente y comencé a llorar. Tenía razón. Amaba con todo mi corazón a Alex, así como él a mí, pero en mi absurda desesperación, me aseguré de quebrar todo lo que teníamos.

—Lo lamento, Erin, no debí hablarte de ese modo... Es sólo que detesto verte sufrir, y todos estos días fueron horribles

—Me arrepiento todos los días de haberlo alejado de mi lado

—Y si te arrepientes ¿Por qué no lo buscas?

—Porque tengo miedo...

— ¿Miedo de que no te tome de vuelta o que no te perdone?

—Miedo de que haya tomado a alguien más...

—Eso tiene solución, Erin

—Mi miedo no es porque no pueda dejarla, sino porque no quiera hacerlo... —mi voz se cortó al decir esas palabras

— ¿Cuándo nos iremos a Los Angeles? —cambió el tema

—Creo que pasado mañana estaría bien, para poder instalarnos y tener todo listo antes de mi audición ¿te parece? —recuperé mi compostura

—Me parece genial, amiga... No veo la hora de irnos hacía allá

—Yo no, estoy algo paranoica

— ¿Debido a qué?

—No lo sé... Tengo la sensación de que las cosas no saldrán bien

—No tienes manera de saberlo, nena... Sólo son ideas tuyas

—Eso espero Marianne, eso espero...