Final. Parte 39. Prudente

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Prudente: adj. Que piensa acerca de los riesgos posibles que conllevan ciertos acontecimientos o actividades, y adecua o modifica la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios.

“Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro.”
–Isabel Allende
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Eran casi las seis de la mañana. Estaba por amanecer, pronto la luz iluminaría mi departamento.
Estaba sentada en la oscuridad, mirando por la ventana.

Un golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos. Reaccioné, debían ser Marianne y Jesse, me había olvidado por completo de que vendrían.
Abrí y en seguida Marianne se abalanzó sobre mí para darme un abrazo.

— ¡Hey, querida! —gritó

La abracé en silencio sin responder a su saludo. Estaba muda.

—Hola, Erin. Me da tanto gusto verte —Jesse también me abrazó

—Hola —respondí al fin

—Sentimos la demora, el vuelo se retraso

—No importa, pasen —me hice a un lado del marco de la puerta

— ¿Ibas a salir?

— ¿A salir?

Marianne y Jesse miraron mi atuendo. Yo también hice. No había dormido, seguía exactamente con la misma ropa que llevaba para el concierto.

—Eh, no, no —rectifiqué

— ¿Entonces te duermes así? —inquirió Jesse

—No, tampoco

— ¿Acaso vienes llegando, pilluela? —sonrío Marianne maliciosamente

—Eh, sí, sí, me atraparon —levanté los hombros y las manos

Parecía que mi ansiedad, en realidad eran nervios de saberme descubierta.

—No sabes lo mucho que me alegra verlos —sonreí

—También nos alegra verte... ¿Con quién estabas, eh? —preguntó Marianne

—Vamos, no la atosigues, cariño. Mejor vayamos a descansar —refutó Jesse

Nos dirigimos a la habitación. Consideré correcto dejarlos en mi pieza y yo dormir en la sala. Aunque de principio se negaron terminaron por aceptarlo. Estaban cansados.

Dormí por lo mucho tres horas y me levanté. Estaba en la cocina preparando el desayuno, cuando Marianne apareció soñolienta por la entrada.

— ¿Acaso no dormiste? —preguntó tallándose un ojo

—Sí, algo... Pero, tenía hambre

— ¿Con quién saliste anoche? —tomó asiento en una de las periqueras de la barra

— ¿Seguirás con eso?

—Sabes que será así, hasta que lo sepa todo

—Con alguien del trabajo

— ¿Y cómo se llama?

—Ammm... Sebastián

— ¿Ahora sales con tus alumnos?

— ¿Qué? —respondí sorprendida

Lo había olvidado, en alguna ocasión le había platicado sobre ellos a Marianne.

—Farsante... Dime, ahora qué diablos ocurre

—No ocurre nada

—Tú sólo me mientes cuando algo ocurre y no quieres preocuparme...

Anything you need [Segunda parte de BAD HABITS] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora