Parte 13. Celoso

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Celoso: adj. Que siente celos de algo o alguien.

“Los celos se nutren de dudas y la verdad los deshace o los colma”.
François de La Rochefoucauld
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Al escuchar esto, él se acercó a mí y me dio un tierno beso en los labios, en el que, al sentir el contacto de su piel cerré los ojos para sentir mejor su calor que me daba seguridad y me reconfortaba. Se separó de mí y me dio un beso más en la frente.

—No lamentes lo que no paso, nena

Me recargué en su hombro y permanecimos en silencio, clavando nuestros ojos en la oscura lejanía.

—Iré a cambiarme y te veré más tarde

— ¿Quieres que te lleve?

—No, gracias, prefiero estar sola por ahora

Me levanté de la banca y caminé hasta la avenida más cercana.
La intención, claramente era ir hacia el departamento, ducharme cambiar mi ropa y salir de vuelta hacia al foro donde se realizaba el programa. Sin embargo, como persona enamorada, mi racionalidad me indicó que era buena idea pasar primero a un bar a tomar un par de tragos para calmar un poco lo que sentía, pero como es común en este tipo de situaciones, ni estaba siendo racional, ni tampoco fueron un par de tragos.
Estaba muy ebria. Y en mi mente alcoholizada, la presentación me importaba poco menos que nada.

— ¿Te puedo invitar una copa? —me acercó una copa con un contenido púrpura

—No gracias, detesto el vino tinto, siempre trae mala suerte

— ¿Mala suerte?

—Yo me entiendo

— ¿Qué tomas, guapa?

—Un bourbon ¿Quizá?

—De acuerdo, pide lo que quieras, yo invito... Tal vez después podamos largarnos de aquí y pasarla bien

—Quizá... ¿Eres músico? —miré un tatuaje en su brazo

—Sí, soy algo famoso...

— ¿En serio? No te reconozco...

—Bueno... Recién voy comenzando...

—Ah... Ya veo

— ¿Quieres bailar?

—Sí, pero búscame en un rato

Así fue, después de varios tragos, recuerdo estar bailando con el tipo que acababa de conocer, y él llegó. Alex estaba ahí por alguna extraña razón. En mis delirios alcohólicos pensé que todo era una alucinación, hasta que me tomó por el brazo y me sacó de ahí furioso.

— ¿Qué carajo se supone que haces, Erin?

— ¿Qué demonios te importa? ¿Por qué estás aquí? Déjame tranquila

— ¿Qué hacías bailando de esa manera frente a todos esos idiotas?

—Qué diablos te importa. La música era fabulosa ¿Te molesta o te excita verme bailar así?

—Estás muy ebria

— ¿Y? ¿Por qué te importa? ¿Sabes cuantas veces tuve que soportarte ebrio?

—Ven, te llevaré —me tomó del brazo otra vez

—Suéltame, no voy a ir contigo a ninguna parte...

Cómo pude me zafé de él, y comencé a buscar mis propios medios para irme. Deambulaba por la carretera, esperando hallar un taxi... Alex me seguía en su auto, esperando que me subiera.

—Ya basta, deja de seguirme, no voy a ir contigo —grité desde enfrente

Él se bajó del coche nuevamente y me obligó a subirme al auto.

—Suéltame —grité

—Cállate, pensarán que quiero hacerte algo... No voy a dejarte ir sola

— ¿Por qué te preocupa?

—No me preocupas tú, tenemos que llegar a la presentación... ¿Lo olvidaste?

—Por supuesto que no, pero puedo llegar por mis propios medios

— ¿Cuáles? ¿Un taxi? ¿Sabes lo difícil que será conseguir uno a esta hora en este lado de la ciudad? Ya basta de tu maldito orgullo, súbete

—Maldición —murmuré subiéndome

Avanzamos a velocidad media, después de varios metros, se detuvo que una tienda de 24 hrs. para comprar café, uno para él y uno para mí, me obligó a beberlo hasta el fondo. Bajamos del auto un momento.

—No quiero...

—Demonios, sólo bébelo...

—Me da asco, no tiene azúcar

—Es para que se te baje el alcohol, no podemos llegar así a la grabación

— ¿Podemos?

—Estoy un poco ebrio, también

— ¿Y te la has pasado jodiéndome por eso?

—Estoy mucho menos que tú

Finalmente accedí y comencé a tomarlo. Nos quedamos en silencio algunos minutos, esperando terminar la bebida.

— ¿Qué hacías aquí? ¿Dónde está tu novia?

—Vine solo a tomar un trago

—Estoy ebria, pero no soy estúpida... Fuiste directo hacia mí ¿Cómo sabías dónde estaba?

No respondió. Sólo me miró con seriedad.

—Responde, Alex ¿Cómo lo sabías? ¿Otra vez estás siguiéndome?

—Sí —respondió bajo—. Te seguí sólo ésta noche

— ¿Por qué?

—Quería hablar contigo

—Dudo que quede mucho que hablar entre nosotros

—Te vi con Miles

— ¿A qué te refieres? —recordé el beso

—Llorabas en sus brazos

—No sé porqué te importa, si es lo querías ver en mí... Que siempre sufriera

—Eso no es verdad

—Vamos, o llegaremos tarde —abrí la puerta

—Lamento...

—Sé que no es cierto, así que mejor no lo digas... Vámonos —subí

Él subió también y cerró la puerta despacio. Después de unos segundos de tener la vista perdida en la nada. Giró a mí y me pidió que usara el cinturón.

Me sentía segura como para enfrentarme a él... pero la noche estaba por enseñarme que el alcohol simplemente nos da valor momentáneo para sacar lo que realmente llevamos por dentro.

Anything you need [Segunda parte de BAD HABITS] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora