Capítulo I

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No al plagio

ADEVERTENCIA: Lean con cuidado. Estoy tratando de poner fácil la percepción del personaje que narra; recuerden que es un fic de fantasía... demasiada en realidad.

Capítulo uno: Detalles

Lunes 13 de enero de 1997

Es sorprendente la capacidad que tiene el ser humano para olvidar con tanta rapidez algo tan doloroso como la pérdida de un ser querido; concluyo al ver actuar a todos en la escuela con tal normalidad, riendo y disfrutando de las anécdotas que cuentan entre sí sobre cómo les fue en sus casa en la navidad pasada.

No quiero creer que soy la única que sigue sufriendo lo que se vivió hace un mes atrás. También es injusto de mi parte juzgarlos, porque ellos no están enterados de lo que verdaderamente pasó en la mansión muggle. La versión oficial que ha dado el Profeta es que Harry Potter murió dando su vida de una forma heroica, pero, antes, mató a Voldemort con sus propias manos. ¡Es una blasfemia que manchen su nombre de tal forma! Esa gente del Profeta tiene tanta mierda en su vida que se dedican a propagarla por kilo en todos lados.

Mi mejor amigo, mi hermano dio su vida para salvarme a mí y yo no hice más que entregarlo en manos de la muerte. Fue mi propio plan el que lo mató.

Llevo más de tres horas sentada en una de las jardineras laterales de la escuela, una muy cerca del campo de quidditch por cierto, ahogándome en la culpabilidad y la miseria ante el recuerdo del cuerpo de Harry flotando sobre el caldero del sacrificio mientras su sangre era drenada sin piedad de sus muñecas.

Soy la peor bruja del mundo.

Y pude seguir echándome sal a la herida que no quiero que sane por otras tres horas más, sin embargo, la otra persona -que también invade mi mente a la menor oportunidad- hace aparición frente a mí:

—Estás hecha un desastre, ¿sabes?

—Gracias por el cumplido. Pero, como puedes notar, hoy no estoy de humar para aguantar tus groserías, Malfoy.

Es verdad. Mi inicio de clases no se me antojaba para nada como los anteriores en los que llegaba con el entusiasmo tonto de poder aprender algo más para llenar mi gran cerebro de información... La ironía de mi vida es que mi información no sirvió de nada.

Se suponía que Harry no tuvo que morir. El plan que había hecho esa tarde para embaucar a Bellatrix era perfecto, no tenía falla alguna. No sé por qué no funcionó, sólo sé que Harry nunca volvió.

Un suspiro irritado sale de los labios de Draco y soy consciente de que estoy siendo dura con él sin que me la deba, ¡recalcó lo obvio, carajo! Y estoy que ardo de fastidio. Me niego a verlo a los ojos, tratando de enfocar mi mirada en otra cosa que no sea en su escultural cuerpo entallado con el uniforme del equipo de quidditch —había regresado con la libertad que le daba el no ser esclavo de nadie y sin temor, no tengo idea de cómo debo sentirme al ver a mi... ¿esposo? Disfrutando de algo tan banal como ese deporte, deporte que jugaba Harry—, en el sudor que corría por su cuello y cabello o en el fruncimiento de labios sensual... Basta. Me desvío de lo importante.

—Tengo dos opciones: sigo tus palabras, que es mi sentido del oído o sigo lo que estás sintiendo, que mi sentido del olfato. El cual tiene muy claro que lo que emana de tu cuerpo es exita...

Puros de Espíritu Where stories live. Discover now