[5 | Un día extraño ]

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Capítulo 5

Un día extraño

El escándalo que venía de afuera no me dejaba concentrarme, me asomé y se trataba de un camión lleno de muebles. Al parecer eran mis vecinos.
Por la ventana pude observar como alguien me miraba, era un chico, bastante alto, apuesto y con una gran sonrisa cuadrada.
-¿Qué estoy diciendo?- negué con la cabeza.

Nuevamente un ruido me sacó de mis pensamientos. Los trabajadores habían dejado caer un mueble, eso me causó un poco de gracia así que reí. A lo lejos ese chico también se encontraba riendo por aquella escena. Su mirada era penetrante... aquel chico que me miraba lucia agradable.

Decidí bajar a la cocina, a decir verdad siempre tengo hambre y esta vez no era la excepción. No habían más cosas, sólo para prepararme un sándwich, preparé uno y salí de la casa. No había salido en todo el tiempo que había estado aquí, tomé la llaves de la casa y caminé hacia el vecindario. Después de recorrerlo regresé a la casa pero antes me senté en las escaleras de la entrada para observar la puesta de sol sin percatarme que alguien se encontraba a mi lado. -¿Es lindo, no?- dijo el chico atento.
-Diooossss, que susto!-  mi comentario hizo que este riera. Sonreí incómoda y pregunté por su nombre, este señaló el paisaje y volvió a mí con un gesto diferente indicando que no hablara.

Ese rostro ya lo había visto en alguna vez pero no recordaba, intenté pensar en alguien de la escuela aunque nada venía a mi mente. No había ido a ningún lugar más que a la estación de metro y la escuela. Rápidamente lo recordé, era el chico de en frente.
Nunca había conocido alguien de esta manera, me refiero a que no era normal que de la nada él este a mi lado viendo el paisaje y sin hablar. Para ser sincera no me incomodaba la situación... pero... ¿Por qué el se sentaría al lado de mí si ni me conoce?

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba dentro de mi casa... para ser más exacta en la sala acostada, y aunque no sabía como estaba ahí, mi abuela salió de la cocina y me saludó. -Al fin despiertas-  dijo acercándose a mi. Acarició mi rostro y asintió. - De nuevo pasó, otra vez te quedaste dormida y ahora afuera de la casa. Cuando llegué estabas recargada en la puerta con esto.- Cambió de posición y se dirigió a la mesa que estaba detrás del sofá, tomó una chamarra y la trajo hacia mi. - No sé de dónde la sacaste, nunca te la había visto... bueno dejando eso de lado tenemos que hablar seriamente.-  Asentí y caminamos hasta la cocina. - Cuando te traje hasta el sofá noté que no pesas lo normal, no creo que tenga mucha fuerza para hacerlo, pero me sorprende no sentirte pesada... ¿Haz estado comiendo bien?-  Asentí. -Si es por tus dietas esas raras, deja de hacerlas, no me gusta que estés así, últimamente te ves más decaída- . Su expresión mostraba nada más que preocupación. Le dije que iba a comer más y ella del piso tomó una bolsa que contenía otra pero dentro de esta había un pan. Era el pan más delicioso que había probado en toda mi vida.. - Gracias.-  Giré para verla, después agarré la bolsita y subí las escaleras para entrar a mi habitación y comerlo ahí.

❍❍❍

Eso de no tener nada que hacer no se estaba convirtiendo en novedad.
-Ahhhgg ya comienzo a odiar este lugar. Como quisiera estar con Jin haciendo estupideces.-

De repente recordé que Hani en la escuela me había dado su contacto, estaba aburrida, así que opté por llamarla.

No pasaron ni tres segundos y Hani ya había contestado, para mi era impresionante que contestara tan rápido.

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p j m ;;  AcendradoWhere stories live. Discover now