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Capitulo 8

Mi cabeza dolía, se sentía pesada y había un pitido molesto en mi oído izquierdo. Abrí los ojos de a poco y vi una luz roja parpadeando frente a mí.

¿Dónde... estaba? 

Me senté con cuidado apoyando mi codo en el suelo y una fuerte punzada en mi hombro me hizo detener, estiré mi mano que comenzaba a tiritar y bajé un poco el cuello de mi traje para observar esa área. Tenía la marca de dientes en mi hombro y estos se habían transformado en unas pequeñas manchas negras con forma de triángulo en cada lugar de los dientes. Un sollozo escapó de mi boca por el dolor causado al moverme.

-Jimin. –Dijo él atrás de mí.

No volteé, no quería verlo... no entendía el porqué me había mordido de esa forma. Una de sus manos se posó en mi otro hombro y lo apretó despacio.

-No me toques... -Murmuré entre dientes.

Su mano no se quitó de mi hombro, no emitió ninguna palabra. Me moví lento para levantarme y mordía mi labio para que ningún sollozo escapara de mi boca.

-El dolor pasará... -Dijo haciendo que me molestara.

-¡¿Por qué lo hiciste?! –Exclamé volteando a verlo muy enfadado, sujetando mi hombro.

Nos mirábamos sin decir nada, él aun tenía su forma de humano y eso me distraía más que su forma normal.

-Protegerte. –Respondió después de unos segundos.

-¡Ah! ¿Protegerme? ¡Protegerme! –Alegué sin entender como una mordida podría protegerme. Idiota.

-Sí, tu mío... protegerte. –Repitió, enfureciéndome. Le di un empujón moviéndolo unos pocos centímetros.

-¡NO SOY TUYO! –Grité cerrando los ojos apretando los puños.

-Si lo eres... -Murmuró frunciendo el ceño.

-¡NO, NO LO SOY! –Exclamé golpeándolo nuevamente.

Miré alrededor de nuevo y noté que estábamos en un área restringida, seguramente era la sala donde se reunían los del comité.

Necesito volver con mamá.

Mis ojos se abrieron bastante cuando noté que el aparato de clonación y mi mochila ya no estaban.

-¿Dónde están mis cosas? –Pregunté mirándolo. Él me observó unos segundos sin responder y luego sonrió un poco.

-Están en lugar correcto. –Respondió tranquilo poniendo sus manos en su cadera.

-¿Eh? –Dije sin entenderlo. -¿Lugar correcto?

Él asintió y volvió a sonreír poniéndome incómodo.

-¿Qué lugar? –Pregunté apartando la mirada.

-Con humanos. –Respondió acercándose a una gran ventana para mirar la inmensidad del espacio.

¿Humanos? Él fue... ¿Al refugio? 

-¿Fuiste a... -Balbuceé sin terminar la pregunta, no sabía como interrogarlo para saber a que humanos se refería.

-Familia, tú familia. –Respondió de espaldas. Él tenía su mano apoyada en el cristal.

Tenía muchas preguntas y la curiosidad me mataba. ¿Me decía la verdad o solo mentía? ¿Él vio a mi madre? ¿Se refería a el refugio? Y muchas preguntas más. 

-Tu madre es linda. –Soltó haciendo que saliera de mis pensamientos.

Esta es mi oportunidad...