🏳️‍🌈 prólogo 🏳️‍🌈

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¿Lo seguirían invitando a almorzar con ellos? ¿Lo seguirían buscando para hablar con él de par a par? ¿Lo seguirían invitando a jugar videojuegos los sábados en la noche como en esos momentos ocurría?

Suspiró, saliendo de sus pensamientos gracias a aquello último mientras dejaba el control a un lado. De hecho, no entendía porqué siempre terminaba de la misma forma cuando jugaba videojuegos en conjunto con sus demás compañeros, y es que, ya llegaba a cansarle un poco el griterío que armaba Katsuki cada que perdían... o ganaban. La cosa es que siempre el resultado involucraba explosiones y gritos.

Era un sábado por la noche, y tal como empezaron a hacerlo desde hace ya medio año cuando compraron en conjunto una consola nueva para ellos, cierto grupo de hombres del 2-A se juntaban a las nueve de la noche a ser partícipes de un "mini torneo" de algún videojuego de los que tuvieran. En esta ocasión, los que participaron fueron Mineta, Satō, Tokoyami, Ojirō, Kirishima, Bakugō, Sero y Kaminari, y el juego que escogieron fue el Super Smash Bros., cortesía del último chico nombrado. Y pues al parecer Denki pasaba jugándolo ya que salió victorioso junto a su compañero de equipo Hanta por sobre los otros finalistas: Eijirō y Katsuki.

Y este último no estaba muy contento.

—¡AHHHH! ¡TRAMPOSOS DE MIERDA, NO VUELVO A JUGAR MÁS CON USTEDES! —gritó el rubio completamente furioso, poniéndose de pie y tirando el control de la consola al suelo, aunque eso no afectó en nada la ruidosa celebración que sus contrincantes tenían tras haberles ganado la "final" del mini torneo. No les preocupó ya que era una reacción bastante común proveniente de Bakugō, por no decir que era la que siempre tenía cuando perdía. Conste que los demás eran los tramposos, él jamás perdía por no ser lo suficientemente bueno en un juego.

—¡M-mi control! —exclamó Mineta mientras se tiraba al suelo junto a los restos del objeto nombrado, lágrimas habían empezado a acumularse en sus ojos. Y es que esos controles eran demasiado caros para su gusto.

—¡Y A MÍ QUÉ ME IMPORTA TU CONTROL! —Lanzó una explosión al objeto en el suelo para que ya no quedara nada de este, provocando otro gritito por parte de Mineta.

—Oye, oye, ¡cálmate! —Kirishima se acercó al rubio, poniendo una mano en su hombro, la cual fue inmediatamente apartada con brusquedad. Diablos, ¿por qué tenía que ser tan mal perdedor?

—¡DÉJAME TRANQUILO! ¡MUÉRANSE, PUTOS TRAMPOSOS! —gruñó por última vez antes de retirarse a los ascensores, lanzando aún más maldiciones e improperios al aire.

—¿A dónde crees que vas? ¡Todavía tienes que pagar lo que apostamos! —exclamó Denki entre risas, mas no recibió respuesta tal y como se esperaba.

Apenas se escucharon las puertas del ascensor abrirse y cerrarse, el silencio que se había formado en la sala a excepción de los sollozos del más bajo de los presentes fue roto tras unos cortos segundos por Kaminari y Sero, que estallaron en risas y los demás siguiéndoles al poco rato... A excepción de Kirishima, claro. Aunque no iba a gritarles insultos a los ganadores como su amigo, también le dolía un tanto el haber perdido... Y por tan poco.

—Voy a ver a Bakugō... —dijo el pelirrojo poniéndose de pie e ignorando las risas de sus dos amigos mientras festejaban, sacándole en cara la victoria a los otros jóvenes allí.

—¡Anda a consolarlo, a ver si aprende a perder! ¡Y de paso que nos dé el dinero! —dijo Hanta entre una carcajada y otra, golpeando la espalda de su rubio compañero que seguía riendo junto a él.

Kirishima rodó los ojos y soltó una risa floja, dirigiéndose por el mismo lugar donde se fue el de ojos escarlatas antes. Entró al ascensor, subió al piso donde se encontraba la habitación, y se encaminó a esta. Una vez llegó tocó la puerta, recibiendo como respuesta un gruñido. Volvió a tocar la puerta con más fuerza, ahora escuchando pisotadas acercándose a esta para seguido revelar la imagen de un Katsuki notablemente molesto.

¡Sí, soy gay! 🌈kiribaku/bakushimaWhere stories live. Discover now