🏳️‍🌈diecisiete🏳️‍🌈

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—Es que, Jirō, ya te digo, el reggaetón está infravalorado aquí en Japón

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—Es que, Jirō, ya te digo, el reggaetón está infravalorado aquí en Japón.

—Kaminari, ni siquiera sabes español.

—¿Cómo qué no? O sea, Maluma baby.

Las risotadas de Jirō se escucharon por todo el bus, aunque no duraron mucho, pues la chica rápidamente se tapó la boca avergonzada de la estruendosa carcajada que se le escapó, y no dudó en darle un golpe en el hombro al rubio por hacerla reír de tal manera, provocando unas estruendosas carcajadas en el contrario, que no dudó en recalcar el sonrojo de la chica asumiendo e indicando que era por la vergüenza de haberse reído tan fuerte.

Bakugō presenció todo, pues se había girado a pedirle su celular al chico del quirk eléctrico, ya que anteriormente se lo había entregado tras quedarse sin batería, y como de costumbre, usaban al rubio de cargador portátil. Estuvo a punto de cuestionar la inteligencia de Denki ante su ingenuidad cada vez que pasaba algo así con Kyōka, sin embargo, ya no podía; hasta él admitía que debía de ser muy caradura para hacerlo luego de... bueno, luego de todo lo acontecido las últimas semanas.

Suspiró, y decidió pedirle después el móvil. Simplemente se acomodó mejor en su asiento, dejándose caer un poco hacia adelante. Solo quería llegar de una vez por todas al hotel, estaba cansado, pero por más que lo intentó apenas y pudo dormir durante el viaje. Lamentablemente nunca había sido de los que podían dormir con facilidad en un vehículo en movimiento, menos un bus.

Al menos ya estaban en Chiba, nada más faltaban unos minutos para llegar al hotel en el que se quedarían.

Se giró a mirar a Kirishima, que dormitaba a su lado. Lo envidiaba, pues el pelirrojo apenas duró unos veinte minutos despierto antes de ponerse a dormir, y así estuvo prácticamente todo el viaje.

Era irónico como realmente era una piedra cuando dormía. Sero y Ashido estaban sentados atrás de ellos, y a pesar de las risotadas que se pegaban hablando o haciendo quién supiera qué, Kirishima seguía secuestrado por Morfeo. Incluso le sacó el audífono de la oreja, y ni así se inmutó.

Lo observó fijamente, preguntándose cómo mierda alguien podía caer en un sueño tan profundo que podría haber un terremoto y ni cuenta se daría. Para cuando se iba a volver hacia la ventana una vez más, un marcador rojo se cruzó en su campo visual. Siguió con su mirada el brazo de quien sostenía el marcador, y para cuando miró hacia arriba, la parejita del año estaba arrimada en su asiento desde atrás, sonriéndole de una forma demasiado maliciosa como para ser buena.

—¿No quieres hacernos los honores? —preguntó Sero en un bajo murmullo.

Katsuki alzó una ceja, cruzando sus brazos y mirando inquisitivamente al dichoso par.

—Maduren, por favor.

—No somos fruta —respondió la chica con total simpleza, tomando el lápiz de la mano de su novio—. Y bueno, tú te lo pierdes, aguafiestas.

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2022 ⏰

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¡Sí, soy gay! 🌈kiribaku/bakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora