-¿Quieres explicarme que paso?-pregunto la ojiverde de pie junto a mi viendo a su prima menor sentada de copiloto en su Camaro, Pablo estando a su lado.
-Nada.
-¿Nada? ¿Porque ibas a golpearla?-se agachó para poder ver mejor a la castaña-Dímelo.
-Ella estaba insultándote.
-¿Qué? ¿Por qué?-preguntó confundida mientras alzaba su cabeza para verme.
-Ella sabe lo nuestro-dije con dificultad. La ojiverde abrió los ojos sorprendida mientras se levantaba y me veía fijamente.
-¿Cómo?
-Nos vio el día de nuestra cita, nos siguió.
-¿Qué pasa? No entiendo nada-habló Pablo desde dentro del auto.
-Luego te explico-dije haciendo una seña con la mano, la profesora aún seguía con sus ojos en mi-¿Isabel?
-¿Qué te dijo?
-Solo que lo sabe y que...-
-Esa perra va hacer algo, tiene una maldita obsesión contigo Diego, estoy muy segura que no se quedara quieta.
-Hablaré con ella-dije viendo a Isabel que tenía la mirada perdida.
-Solo harás que las cosas empeoren-suspiró la ojiverde-Solo tomémonos un tiempo.
-¿Qué? No, claro que no. No voy a separarme de ti-hablé firmemente tomando su mano derecha pero ella la retiró rápidamente.
-No Diego, este no es un buen lugar.
-Vamos a tu casa-ella negó-Vamos a tu casa Isabel-cerró los ojos y dejó salir el aire de sus pulmones.
-Vamos-desbloqueó su auto y subió en el, segundos después estaba saliendo del parqueadero.
-¿Estas saliendo con la profesora Leardi?-Pablo apareció en mi campo de visión.
-Sí.
-¿Qué? ¿Cómo es que tú y ella...-
-Te explico más tarde ahora tengo que hablar con ella.
-Suerte lerdo-miré a Juliana y me sonrió-La necesitaras-caminé hacia mi auto. La verdad era que estaba totalmente nervioso.
Cuando llegué a la casa bajé del auto y prácticamente corrí a la puerta, toque el timbre dos veces y esperé los segundos más largos de mi vida. Al abrirse la puerta Isabel me miraba seria pero podía notar un poco de nervios.
-Entra-dijo señalando adentro de la casa. Pasé y dirigí mis pasos a la sala.
-Diego-tomó aire y lo botó situándose frente a mí-Debemos poner un alto.
-No, esa no es una solución.
-No quiero arriesgarme-miraba mis ojos.
-Pero no puedes terminar esto-intenté tomar su mano pero no lo permitió.
-Diego entiéndeme, yo nunca debí aceptar que te acercaras, no debí hacerlo-caminó hacía un lado dándome la espalda.
-Te estas arrepintiendo de todo lo que hemos vivido-di unos pasos hacia ella, mientras se volteaba.
-No, no me mal entiendas.
-Entonces explícame.
-Me gusta estar contigo, lo disfruto. Eres una persona especial pero no puedo arriesgar mi trabajo y mi ética por esto que tenemos.
YOU ARE READING
Tu mi amor, tu mi profesora
Random¿Tendré una oportunidad alguna vez con esa maravillosa mujer? No lo se, pero cada día que pasa sus sonrisa, sus palabras, su presencia me enamora mas.