Lesbian «Mabifica»

«CAPÍTULO VEINTISIETE: FINAL»

Capítulo Veintisiete: Final (parte dos).

Sus ojos se encontraban llenos de lágrimas, sintiendo el pesar de no tener a su novia a su lado. Su cuerpo no se movía, hace algunos minutos que ya había despertado pero no se sentía preparada para levantarse y afrontar la terrible realidad que la abrumaba en estos momentos.

Y lo peor, era que no quería recibir ayuda de nadie después de las últimas palabras que dijo Dakota. ¿Lo había dicho en serio o simplemente para desviarla de la realidad?

Nicole se encontraba a su lado acariciando su cabello después de haber llegado última. No pudo creer lo que sus ojos creían pero a eran muchos testigos los que le afirmaban que Bill y Dakota estaban juntos, con vida y torturándoles la existencia.

Dianne, Marco, Will y Phill fueron los invitados de aquella fiesta y uno de ellos los había traicionado. Mabel estaba segura de ello, si no ¿Cómo pudieron Dakota y Bill saber dónde se encontraban ella y su novia? No tenía ningún puto sentido.

Pero... todos ellos los habían ayudado. Dianne era la novia de Tyrone, Will siempre corregía a Bill, Phill nunca se había metido con nadie; ya que era gay también y Marco los había apoyado en todo.

¿Quién pudo haber sido?

—Tranquila, Mabel. La policía ya les están siguiendo los pasos a Dakota y Bill.

—Lo sé, Nicole pero...—la castaña miró sus manos confundida—. Alguien nos ha traicionado.

Nicole abrió mucho los ojos sin poder creérselo. No podía ser cierto, se suponía que todos estaban del lado de las novias y que esta reunión era para celebrar con ellas.

—¿Por qué dices eso, tía?

—Dakota... agradeció a uno de ellos cuatro por la información—la pelinegra trago saliva—. Y luego me golpeo hasta noquearme y se fue...

—Dakota está loca, puede haberlo dicho para...

—Lo sé, pero... ¿Cómo supieron ellos donde estábamos?

—Tal vez los siguieron.

—No—la castaña apretó los puños—. Estoy segura de que me han traicionado.

Fueron eternas las horas que pasaron para que el teléfono sonara. La policía había encontrado la localización de dos sospechosos con las mismas características que los secuestradores de Pacifica. Mabel sentía que el corazón de le iba a salir por la boca, le había pedido permiso a los oficiales si es que podía acompañarlos los cuales accedieron para corroborar si eran los maleantes que ella había denunciado.

—¿Los encontraron? —preguntó Marco acercándose a ella.

—Sí, los oficiales vendrán por nosotros.

—Genial...—respondió Nicole colocándose un abrigo.

El auto policial se encontraba en silencio por dentro, por fuera se oían las sirenas. La preocupación de Mabel aumentaba en cada instante al no estar al lado de su novia. Ninguna de las dos merecía esto, ni ella, ni Pacifica.

¿Qué es lo que habían hecho mal?

¿Amarse?

¿Por qué tanto odio a la gente que ama a las personas de su mismo sexo?

Esto ya no era un tema tabú, el amor era amor. Las personas aman personas, los tiempos cambiaban y en pleno siglo veintiuno era inaudito que haya tanta violencia.

Su corazón palpitó con fuerza al llegar y ver a los policías apuntar a la pareja que tenía secuestrada a su querida Pacifica. La rubia se encontraba llorando con el brazo de Bill sosteniéndola del cuello y un arma apuntándole la cabeza.