«CAPÍTULO VEINTICINCO»

1.2K 132 100
                                    


Capítulo Veinticinco.

Nicole parpadeó varias veces intentando atar cabos y procesar toda la información que la castaña le había dado. Era imposible, increíble e irrazonable. Conocía muy bien a su amiga desde hace muchos años y sabía que ella era inocente. A pesar de "odiarla", todos sabían muy bien que los sentimientos de Nicole por Dakota nunca habían desaparecido y nunca lo harían, pues el dulce carácter de la chica la había cautivado desde el primer momento y desde esa vez que había probado sus labios la sensación se había impregnado en ellos llevándola hacia otro mundo, hacia otra galaxia. Nicole nunca olvidaría esa noche donde saboreó los alcoholizados labios de Dakota, donde tuvo la oportunidad de hacerle el amor pero no lo había hecho por respeto a ella.

Dakota era de las pocas chicas que se atreverían a maltratar a alguien y que ahora le estén diciendo que es una asesina le parecía cosa de otro mundo.

—No, no, no... ¡No, tía! ¡Lo que me estáis diciendo no tiene ningún puto sentido!

—Nicole, no te lo estoy diciendo solo yo. También esta Marco.

—¡Pero Dakota no lastimaría ni a una putera mosca! ¡La conoces, Mabel! ¡Por Dios!

Mabel había estado consciente desde el primer momento en que Nicole saldría a favor de Dakota, eran las mejores amigas del mundo... y tal vez algo más que nadie sabía y nunca debería saber.

Necesitaba a Nicole de su lado, no se sentía segura, ni ella ni su novia. Sentía que estaba dentro de un matadero en donde Bill o su novia podría aparecer en cualquier momento para clavarle un cuchillo en la garganta, o peor aún, clavárselo a Pacifica.

No podía si quiera pensarlo, los pelos de sus brazos se erizaban como si le pasaran un globo lleno de estática. Había progresado tanto con esa rubia, no quería que las cosas se vayan a la mierda por un par de psicópatas que no tenían nada más que hacer que atormentar vidas ajenas.

—Dakota ya no es la misma de antes después de todo lo que sufrió por Bill. Desde el velorio algo andaba mal en ella, algo se quebró—narraba desesperada Mabel—. ¡Está loca al igual que Bill y ambos están juntos! Mi seguridad y la de Pacifica está en peligro.

—E inclusive la tuya—intervino la rubia—. Si quieres mandarnos a la mierda, está bien. Pero cuando te encuentres con Bill con una pistola en frente tuyo no vengas a decir que no te lo advertimos. ¡Oh verdad! ¡No podrás hacer porque estarás muerta!

—Pacifica tiene razón. ¿Qué te garantiza que Billgard no querrá asesinarte? Ya lo hizo con él mismo ¿Por qué no hacerlo contigo?

Esas palabras lograron por convencer plenamente a la pelinegra. Era costoso, e inclusive doloroso, peor eran tres contra una. Los comportamientos de la castaña ya no eran los mismos desde que perdió a Billgard.

Cuando él murió.

Ella también lo hizo.

Solo un trabajo más bastaba para salirse con la suya. O bueno... dos y una más de propina. Billgard contaba los billetes que le había pagado la señora Northwest por darle una buena paliza a Mabel, con esto podía tener su vida entera resuelta. La señora Northwest sí que sabía muy bien de negocios y eso le encantaba, que lo entiendan.

—No sé usar armas—habló la castaña haciendo un puchero—. Yo... tengo miedo.

El rubio miró a su chica y puso el ojo en blanco. Le fastidiaba tanto que se haya vuelto tan multifacética. Un día era una chica sexy, otro era una chica adorable y otro era una chica perversa ¿Cómo podía lidiar con eso? Se sentía un niñero cuidando a una adolescente que no sabía controlar sus emociones.

Había pensado más de una vez tirarla a la mierda y dejarla a su suerte para que se la comieran los perros, descuartizando su sensual cuerpo, desgarrado cada parte de ella hasta que no quede rastro alguno...

Pero...

La amaba.

Desgraciadamente lo hacía y no podía dejar de hacerlo por más que lo desease. Amaba cada virtud y defecto que tenía, a pesar que haya perdido un poco la cordura, ella era la única que lo apoyaba en todas las situaciones posibles.

Lo amaba.

Se amaban.

Billgard le quitó el arma a Dakota y le apuntó en la frente. La castaña soltó un pequeño chillido y sintió su cuerpo débil, había dejado de funcionar por unos segundos al ver la acción de su novio. Lo único que podía hacer su cuerpo era temblar.

Sus ojos se habían humedecido en un santiamén por el susto ¿En serio iba a hacerlo?

—En sencillo, solo apuntas a la persona en la cabeza y... disparas.

Y sin más que decir el dedo del chico apretó el gatillo.

La policía ya estaba trabajando, Mabel y Pacifica no se habían quedado de brazos cruzados. Eran conscientes que solas no iban a lograr nada pues no estaban especializadas en investigación como lo estaba la policía. Nicole también estaba de su lado y Marco también. Lo único que quería la pelinegra era a encontrar a su preciosa castaña, decirle lo que sentía y besarla hasta que sus labios se sequen.

Marco deseaba venganza, que aquellas personas que le habían arrancado la vida a su compañero paguen por todo lo que estén haciendo.

Todos deseaban algo... pero ninguno sabía si sería fácil obtener.

🌸♥🌸♥🌸♥🌸♥🌸♥🌸

¿¡Me extrañaron!? ¡Yo sé que sí! ¡Introduccion al último capitulo! ¡Espero que estén preparados para lo que se viene! Wowowowow

Es solo una intro, por eso esta cortita :v

Creo que será el último, de repente me extiendo y hago más... hahaha no sé.

¡Por cierto! ¿Son fans de shingeki no kyojin o boku no hero? ¡Unanse a shingeki no hero squad!

¡Es gratis!

❀D A A L; la mangos.

Lesbian «Mabifica» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora