Lesbian «Mabifica»

«CAPÍTULO DOS»

Capítulo Dos.

—¿Estás segura de esto? —preguntó Mabel mirando aquel celular con una mueca.

—¿Quieres que pague o no?

—Sí pero... Dakota está involucrada.

—Bueno, también tenemos que darle una lección a esa chiquita. Tiene que darse cuenta de que lo que hace no es bueno—dijo Nicole mientras cruzaba sus brazos.

Mabel bajó la mirada y vio el mensaje que estaba escrito en aquel celular robado.

—¡Envíalo!

La castaña cerró un ojo y presiono el botón que tenía un pequeño sobre, enviando el mensaje.

La rubia al escuchar su celular vibrar no dudó en agarrarlo, se encontraba caminando en dirección a la casa de Wong, pues Bill le había dicho que tenía que estudiar para un examen.

Chasqueó la lengua y deslizo su dedo por la pantalla para abrir el mensaje.

¿Billgard Cipher el novio perfecto? Anda al centro del mall y verás como tu opinión cambia en menos de un segundo ;)

Pacifica frunció el ceño.

¿Qué clase de mensaje era este? Bill era el novio perfecto y lo había demostrado muchas veces.

Pero todas las chicas tienen ese defecto de ser muy desconfiadas y curiosas.

Algo que puede resultar ser un tanto irritante para los hombres.

Golpeó su pie contra el suelo varias veces meditándolo. Hizo una mueca, soltó un gruñido y se dio media vuelta para empezar a caminar en dirección del centro comercial. Se maldecía un millón de veces por desconfiar de su novio. Sabía que todo estaría bien, que cuando llegará al mall no habría nada y habría perdido su tiempo en ir.

Ella sabía que un chico tan maravilloso como Bill jamás podría hacerle algo malo. Ella sabía cuánto él la amaba y él sabía cuánto ella lo amaba.

Eran el uno para el otro, eran la pareja perfecta, hasta habían sido "los reyes del baile" el año pasado.

Las expectativas que tenía de Bill eran altas y siempre serán altas.

O eso creía hasta que lo vio.

El rubio miró a Dakota la cual estaba sentada con los brazos cruzados y mirando hacia otro lado.

—¡Ya te pedí disculpas!

—Me dejaste en ridículo.

—¡No quise hacerlo! ¡Me desesperé y no quería que te metieras en la pelea!

La chica viró los ojos sin mirarlo.

—Trataste mal a mis amigas.

—Tus amigas no se encuentran en nuestra relación, las relaciones son de dos por lo tanto no deberían importarte.

En ese entonces fue cuando la chica volteó la cabeza de inmediato.

—Tienes razón—sonrió cínicamente—. Las relaciones son de dos. Tú estás con Pacifica, yo solo salgo sobrando—el rubio frunció el ceño, ya sabía lo que venía—. Yo no puedo seguir con esto, no quiero ser más tu juguete.

—No eres un juguete, Dako...

—Se acabó—el rubio abrió los ojos desesperado—. Adiós Bill.

La chica se dio media vuelta para irse pero el rubio fue más rápido y tomó la mano de la chica para atraerla y aprisionarla contra él sosteniéndola de su cintura.