Capítulo 44

61.8K 3.2K 305
                                    

Melanie

Después de pasar aquella noche en un hospital, descansé la semana entera, de lo más relajada, mientras le contaba a Cam todo lo referente a nuestro o nuestra bebé que no se deja ver.

En efecto, me pasé a este lado de La Romana, para poder estar más cerca de los médicos y tengo facilidad para todo, sin contar que pese a que Ashton es de Puerto Rico, pasa más tiempo en Rep. Dom desde que me conoció que en su natal.

Damaris de vez en cuando viene a verme, pasamos horas charlando, me traen cositas para mi bebé, todo unisex, porque no se deja ver, control, tras control y siempre está jugando sin separar sus piernitas, otras veces duerme.

La primera patada que sentí fue tan especial, me conmocionó, le estaba grabando a su papá como me veía frente al espejo, he subido de peso, parezco que tengo dos barritas y mientras le hablaba a mi vientre, lo sentí en sí, dándome su aprobación, desde entonces no para, suele hacerme despertar en la madrugada cuando tiene hambre, después de comer algo, podemos dormir los dos.

Papá está loco con todo esto, feliz, emocionado y consciente en todo lo que puede, ha evolucionado mucho en su recuperación, no al cien, pero sí bastante para cómo llegamos.

Al principio traté de mantenerme bajo perfil, más los lugareños son tan amables que me fue imposible, siempre apoyándome, hablando conmigo y no falta quien te regale cosas para los bebés que fueron de los suyos.

Me dieron un puesto para vender manualidades con ayuda de Ashton que los conoce, a mi padre no le agrada mucho y siempre está cerca cuando viene a visitarme, si bien es amable y tiene sus intenciones que al parecer no comprende del todo que yo no puedo estar con alguien más, no he roto mi matrimonio, ni nada, quizá Cam esté enojado, pero mi corazón aguarda las esperanzas de que pronto nos reuniremos.

Sigo paranoia con las sospechas de vigilancias, por días se intensifican, luego no, es un sube y baja que me marea.

Mientras voy vendiendo mis diseños de joyería, aprendo mejor el idioma que me ayuda a montar una extensión de ropa diseñada y con ayuda cocidas, no puedo extremarme por más que me guste el arte de la moda.

El día había sido completamente agotador, para mi no supone ningún inconveniente, pues a pesar de eso disfruto mucho lo que hago, sobre todo la felicidad con la que cada cliente ve la ropa y además de lo satisfechos que las mujeres y hombres se encuentran con su compra es más que suficiente.

Más la persona dentro de mi, agradece que me sumerja en la bañera de la pequeña casa alquilada, papá está haciendo la cena. Mimo a mi angelito con todo el amor del mundo, ahora entiendo eso que dicen las madres, cuando llevas a alguien dentro de tu ser y que lo esperas, hasta los momentos amargos son llevaderos, es mi inspiración y en parte estoy  haciendo lo que siempre he soñado, diseñar, ropa para damas y caballeros, no fue fácil empezarlo, más se dio y muchos turistas compran, es más, hay quienes han llegado al pequeño espacio por referencias de amigos.

Tengo cinco meses de embarazo, tengo más cuerpo por así decir, vivo tirándome fotos con la cámara, tengo un móvil que casi no uso más que para pedidos, es precaución, sin embargo, eso no evita que ya guardo fotos de sus piernitas, manitas, cabecita, todo su cuerpecito, está fuerte, sano o sana, y ¿Cómo no? Me tiene comiendo al doble, es hermoso a simple vista a través de ese monitor.

—Papi te ama, mi amor, a que lo sabes, ¿No? —Recibo una patadita que me enamora más.

He llorado muchas veces por esto, de felicidad más que todo y tristeza. Yo crezco y cambio con el embarazo, con tallas más, Cameron se volvería loco con los antojos y los cambios hormonales, le extraño cada día más.

Casada a mi corta edad © [Danielson 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora