Capítulo 15

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Cameron

El lunes llega en menos de nada. La alarma hace su función embarde porque ya estoy despierto, dormí poco.

La noche pasada fue igual como si estuviera solo como en años anteriores, lo estoy en verdad. Tengo ese vacío que siempre pretendo llenar con trabajo, salidas, únicamente para no escuchar el eco de la soledad.

Ellos no están vivos para reclamarles el porqué de no haber tenido otro hijo así no me hubieran condenado a la amargura de ser únicamente tú cómo descendiente de una pareja.

Hay familiares que solo me buscan cuando necesitan algo y a base de muchas acciones así, creé lo que se le llama ser un tempano de hielo. Qué se las arreglen como puedan.

No estuvieron cuando me faltaron.

Cada mañana lo pienso, busco respuestas luego de años, solo son incógnitas mías porque ya no hay nada más que hacer.

Desahogo la opresión en el pecho contra el saco de boxeo, Drogo me mira con sus grandes ojos cuando pateo más de lo normal.

Melanie se encerró todo el día, tuve que buscar algo de ropa de mi padre para vestirme, Drogo fue el único que me hizo compañía, cenó conmigo, tuve que bañarlo y secarlo por estar lleno de barro, luego se acostó en el espacio sobrante de la cama y henos aquí, en el dilema otra vez.

—Drogo —ladra —. Vas a ayudar con algo, ¿De acuerdo?

El canino merodea entre mis piernas, él me entiende.

Yo tengo que empezar a actuar, no puedo tenerla aquí encerrada, merece ver el exterior, darle libertad y ganarme esa oportunidad de que me conozca, que sepa mis intenciones.

No sé hacer esto, no soy de eso, pero lo intentaré, por ella.

Encuentro un traje perfectamente planchado al salir del baño con la toalla envuelta en la cintura.

Desde el día anterior no me dejó entrar por nada, supongo que a Christine sí.

No debo quejarme, yo busqué esto y soy consciente de que Melanie no quiere estar aquí, la estoy reteniendo en contra de su voluntad y lo mínimo que debo hacer es respectar su espacio.

Cuando estoy listo bajo simplemente por un café para tomar.

—¿Qué no piensas desayunar? —regaña Christine.

—No tengo hambre —contesto —. Cuando Melanie despierte que se le sirva el desayuno donde ella lo prefiera, puede andar por toda la casa.

—¿Nada más por la casa? Cameron, esa muchacha no está muy acostumbrada a estar encerrada, ¿Te has dado cuenta?

Yo más que nadie lo sé, la seguí por años.

—Voy a encargarme de eso —aseguro.

Salgo al jardín con Drogo pisándome los talones después que obtuvo su primer desayuno.

Le doy instrucciones, es un perro muy bien educado, los animales si les das costumbres actúan semejante a las personas.

Elijo el auto con el que me iré a trabajar hoy, los escoltas me seguirán atrás en las camionetas dispuestas para ellos.

Tengo varias pruebas que hacer de motores lo que conlleva un arduo día de trabajo.

También atesoro unas ideas increíbles, esta colección de coches será en honor a la persona más importante de mi vida.

Quizá a Melanie le guste pasear con Drogo por el condominio, el entrenador del canino llega por la tarde siempre, no solo es eso, ideo, no obstante, debo tener esa conversación con ella, que quiere hacer, lo que ella decida, demasiado he decidido yo por ella.

Casada a mi corta edad © [Danielson 1]Where stories live. Discover now