Capítulo 43

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Cameron

Las personas suelen ser masoquista, como único reaccionan haciendo lo que es mejor por el bien de todos, es si le metes presión, estos días he estado en Alemania, ocupado sumergido de lleno en el trabajo, mientras mi cabeza hace los cálculos que ya hice casi un mes desde que no veo a mi esposa y estás punto d cumplí los cuatro meses de gestación.

Ponerle el peso sobre lo que representó en los hombros de Dominic Fisher, ha dado los resultados adecuados, no me muevo con la política y las altas entidades de Alemania, el si, es un sensor y ahora estoy ingresando a la sala donde voy a cerrar este asunto de una vez.

Cara a cara luego de nueve años, la última vez que nos vimos me desquité en lo que participó mientras estaba indefenso,nos partimos la cara y todo por una mujer que no vale la pena que jugó con ambos al mismo tiempo y que ahora pretende que ambos bailemos al mismo son de la música que ella baila.

Ben Schmidt, luce desmejorado, estuvo secuestrado junto con la niña que no se le separa en ningún momento de los brazos, tiene en la cara el miedo y la desconfianza plasmada.

—Nueve años desde aquella vez —murmura Ben sin apartar la mirada de mi y con la pequeña en brazos.

—La cicatriz de tu ceja es un recuerdo para toda tu vida —señalo con satisfacción.

El alemán asiente, estando de acuerdo, no se inmuta, parece tan sereno que ha de imaginarse el por qué estoy aquí.

—En tus ojos veo que Allison ha vuelto a jugar con los dos —nos señala.

No puedo negarlo del todo, este encuentro se está dando precisamente por sus juegos macabros.

—En parte tienes razón, pensé que nunca volvería a verte —soy sincero, la impaciencia me hace sentarme en unos de los inmuebles que hay en la estancia.

Ben imita mi gesto, poniéndose enfrente mío con Norma en brazos que como todo niño de su edad observa todo con curiosidad, en principal a mi.

—Pensé lo mismo.—coincide él.

—Papá —le llama Norma por lo bajo.

No siento nada, dicen que la sangre llama, pero no me pasa, no me encuentro familiarizado con ella, ni tampoco puedo imaginarme que me diga igual.

—¿Qué sucede, cielo? —le pregunta Ben con tanta ternura.

A mi mente llega la imagen de mi mismo cargando a mi bebé. Que me encuentre de esta manera, me da una calma que no sabía necesitaba.

—¿Quién es él? ¿Por qué estamos aquí? Quiero volver a casa, ya fue suficiente de jugar. —He de suponer que tuvieron que mentirle con todo esto del secuestro, tiene una vocecita angelical y es una niña muy tierna.

—Él es...alguien que conocí antes —nunca fuimos amigos, así que agradezco que no sea tan hipócrita de decirle una mentira.

—Soy Cameron —me presento, es solo una niña.

—Yo soy Norma, me quiero ir, papá —insiste —. No lo conozco, no quiero estar aquí.

Es mejor que agilicemos esto de una buena vez.

La madre de Allison viene por ella, mientras yo me enfrento a la realidad con Ben.

—Necesito salir de dudas, ¿Es o no mi hija?

No me interesa alargar más este asunto, estoy harto, necesito estar concentrado en encontrarlos, para al menos saber si están bien y quienes los rodean.

—Allison jamás ha hablado con ella, nunca le dio pecho y siempre tuve la duda que tienes instalada tú —se saca un viejo sobre del bolsillo.

Últimamente todo lo malo me lo entregan de esa manera, un hijo no es una maldición, pero yo con Allison no quiero nada.

Casada a mi corta edad © [Danielson 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora