Capitulo 29

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Cuando una persona siente el peligro está inmediatamente huye y trata de luchar por sobrevivir pero la diferencia que existía entre los demás y yo era que yo me encontraba luchando por regresar a la boca del lobo.
Me encontraba discutiendo con Jack, quería salir de esa casa y regresar con Víctor, Julián podía hacerle algo y no me perdonaría que fuera por mi culpa, pero el chico demonio me detenía preguntándome a donde tenía que ir y porque.
-Déjame ir!- grite mientras el chico me sujetaba por un brazo.
Intente liberarme pero parecía que cada vez que estaba a punto de soltarme, el apretaba su agarre.
-Jack es en serio! Tengo que irme!- volví a decir.
Ivy, Byron y Caleb veían como yo peleaba con Jack pero preferían mantenerse al margen así que se quedaron sentados en el sofá de la sala con la boca cerrada y los ojos bien abiertos mientras nosotros nos manteníamos cerca del pórtico.
-A donde?!- respondió él con tono furioso -Dime a donde tienes que irte esta vez?!-
-No puedo decirlo!- me quede de pie frente a él.
-Vas a regresar con ese hombre?! El que te alejo?! El que te hizo...- lo interrumpí.
-Lo haré! No puedo renunciar así como así! Deje algo valioso atrás y ahora tengo miedo de que Julián quiera matarlo!- vociferé sin pensar mucho en mis palabras.
Vi la mirada de Ivy y Caleb tornarse en una llena de confusión mientras Byron solamente se mantuvo en silencio sin expresar nada y la mirada de Jack parecía llenarse de asombro, sus ojos se abrieron y podía jurar que sus pupilas se había dilatado al extremo. Aflojo lentamente su agarre mientras que un extraño ambiente comenzaba a llenar la habitación, sentí el aire más pesado y una presión en mi pecho que no había sentido en algo de tiempo, también pude escuchar el gruñido de Byron desde atrás de Jack y vi unos colmillos sobresalir de su boca.
-Quien?- el ojiazul se acercó a mí un paso y yo me quede en mi lugar -Quien has dicho?-
Abrí los ojos mientras que mis labios entreabiertos comenzaban a sentirse resecos al ver la mirada del demonio, esa sensación la había experimentado con Julián, Jack estaba enojado al punto que podía tomar una forma aterradora.
-Repítelo- siseó él.
Los demás se encontraban callados mientras apreciaban la escena.
-Julián- dije en voz fuerte y clara, con la misma seguridad que me había generado mi trabajo.
-No puede ser- susurro el.
El mismo hombre del cual Jack se supone que iba a protegerme, caí en sus garras y lo ayudé justo como ese ángel caído había querido, no me obligó a nada, yo me había ofrecido en bandeja de plata, sin oposición, sin peros, un trabajo limpio y sin errores...
Byron parecía encontrarse muy concentrado en lo que había dicho mientras abrazaba de manera protectora a mi mejor amiga. Él sabía del peliblanco, él mismo peliblanco me había dicho que el lobo había estado metiéndose en sus planes... Pero... Cuales eran esos planes?
Que es lo que quería conseguir al eliminar criaturas, conseguir información y unos cuantos aliados?
Parecía estar planeando una guerra pero... Contra quien?
Mi mente dejó de divagar al momento en que vi como Jack daba otro paso hacia mi, se acercó más y estiró sus manos hacia mí, queriendo alcanzarme. Me quede quieta en ese lugar mientras él acunaba mi rostro en sus manos tenía aún esa mirada de furia pero también parecía haber algo de rencor aunque tampoco parecía dirigido hacia mi. Se acercó más al punto en que nuestros labios se rozaron provocándome una corriente eléctrica que bajo por toda mi columna, mi mente se nublo y mi pecho se llenó de un sentimiento que hacía mucho creí haber perdido, fue dulce y suave como recordaba, mis manos fueron subiendo lentamente hasta que se detuvieron en los hombros de Jack en busca de más cercanía. El me había besado con delicadeza.
-Este aroma es de él- susurro el ojiazul con dolor -Apestas a él-.
Vi como este cerraba los ojos y respiraba profundamente soltando lentamente el aire.
-Yo deje que esto pasara- volvió a decir mientras me veía a los ojos -deje que fueras la marioneta de ese hombre, deje que... deje que la chica que amo saliera herida cuando prometí protegerla-.
Lo miré con tristeza pues por un momento vi el brillo en sus ojos que parecía que iba a dejar caer una lagrima pero no fue así, me miró con todo el amor que estaba dispuesto a entregarme y sentí que la que terminaría llorando sería yo.
Entonces me aferre a él, lo abrace como si tuviera miedo de perderlo otra vez pues así era, no me permitiría perderlo una vez más.
-Te amo- susurre bajo.
-Yo también, preciosa, como no tienes idea- unió nuestros labios en un pequeño ósculo.
Nos separamos entonces recordé donde nos encontrábamos y miré a los tres chicos que veían la escena con una sonrisa de oreja a oreja y yo les correspondí de la misma manera. Miré a Jack y suspiré.
-Tengo que ir, deje a alguien en ese lugar y no quiero dejar que ese desgraciado le haga algo- dije un poco más segura.
-Seria peligroso que tú regresaras sola- dijo el ojiazul.
Fue cuando vi a Byron levantarse y dirigirse a nosotros con una mirada indescifrable en su rostro, parecía querer decir algo sin embargo fue Jack quien lo interrumpió.
-Ese desgraciado está allá afuera y ella sabe dónde encontrarlo, es nuestra oportunidad- dijo con seriedad.
-Tenemos que acabar con él antes de que se desate el desastre- secundó Byron.
Yo me limité a alternar la mirada entre ellos, parecían saber algo y si así era yo quería saberlo. Yo había trabajado con el, estaba en todo mi derecho de saber. Lo acabaría con mis propias manos.
-Pero que es lo que busca?- dije mirando a Jack.
Este me miró como si no quisiera decirme pero en el momento en que fruncí mi ceño ante su silencio este soltó un suspiro y acarició mi rostro.
-Preferiría que te mantuvieras al margen de esto, preciosa, nosotros podemos hacernos cargo de esto- me contestó con una mirada tranquila.
-Por favor- gire los ojos -yo estoy más adentro de esto que ustedes, soy el centro de este desastre y es hora de que arregle mi error, sabes cuantas criaturas he cazado estos dos años? Cuantos demonios, dioses páganos y alimañas mate? Mis manos están manchadas de sangre, no vendría mal la sangre de ese estupido ángel caído, me las pagará-.
Sentía un fuego crecer dentro de mi, lo quería a él, le daría caza, no dejaría que nadie más se interpusiera.
Me había quitado mi vida, alejado de mi familia, de mis amigos, no podía regresar a lo que era y eso me causaba una enorme rabia que sabía que se aliviaría si era yo misma la que le daba caza.
Jack me miraba directo a los ojos y Byron puso una de sus manos en mi hombro.
-El busca una guerra entre ángeles caídos incluyendo a lucifer, quiere despertar a todos ellos pero quiere asegurarse de ganar- dijo mi amigo -nosotros nos atrevimos a decir que no queríamos participar en eso, incluso frustramos alguno de sus planes pero eso nos llevó a ser su objetivo de caza-.
-Por eso está reuniendo a las criaturas- susurre.
-No dejare que te metas en esto, fue nuestra culpa que te involucraras así que tienes que permanecer alejada de la tempestad- volvió a decir el demonio.
Lo miré con seriedad y este me miró con sorpresa.
-Ya te lo dije, estoy en el centro de esto, no creo que pueda salirme aunque quiera- conteste fría.
-Ella viene, Jack- me apoyó Byron.
El mencionado no parecía muy emocionado con la idea sin embargo soltó un suspiro con resignación.
-Te estaré cuidando lo mejor que pueda- dijo acariciando mi mejilla.
-Yo daré todo en esta batalla- sonreí levemente transmitiéndole la calma que él necesitaba.
-Nosotros también vamos- escuchamos la voz de Ivy a nuestras espaldas.
Mi mejor amiga y mi hermano se encontraban de pie a unos metros de nosotros, enseguida los tres al unísono soltamos un frío y seco:
-No-.
-Ay por favor, ustedes irán a meterse a la boca del lobo, porque nosotros no?- soltó la pelirroja.
-Porque si algo te sucede no voy a estar tranquilo por nada del mundo- contestó Byron acercándose a ella.
-No soy una dama en apuros- mi amiga era terca.
"Por algo es tu mejor amiga" me dije a mi misma.
-Tal vez no lo seas pero eres igual de peligrosa que un hámster con rabieta- secundé -No te dejaré ir, nosotros estaremos ocupados y no podremos cuidarte-.
Ella frunció el ceño e iba a decir algo más pero en ese momento las ventanas de la casa estallaron en fragmentos que salieron disparados a todos lados. Yo me lancé al suelo cubriéndome de estos y vi como los demás hacían lo mismo entonces varios rugidos se escucharon fuera de la casa, me levanté tan rápido como pude pero un dolor en mi costado me hizo soltar un gruñido. Un vidrio un poco más grande que un puño se encontraba incrustado en mi piel, no lo retire para evitar una hemorragia, sentía mi espalda llena de pequeñas heridas pero nada que fuera grave.
Miré a mi alrededor dándome cuenta que varios demonios en sus formas monstruosas tanto como en humana se encontraban rodeándonos también noté que había otro tipo de criaturas como hombres lobos, lamias, brujos. Un ejercito completo.
Miré a Ivy y Caleb, ellos parecían algo sorprendidos pero si estaban asustados no lo demostraron.
-Que carajos?- escuché decir a mi hermano.
-Vienen por mi- susurre.
Escuche un pequeño rugido antes de que las criaturas se lanzaran contra nosotros. Byron se puso en frente con unos colmillos surgiendo de sus fauces y garras afiladas atacando a cualquiera que se pusiera en frente, yo llevé mis manos a mi espalda para sacar el par de armas que tenía guardadas pero un demonio se acercó a mi, por un momento creí que me alcanzaría pero su cabeza fue cortada antes de que sucediera, miré al responsable, Jack se encontraba sonriéndome con una par de guadañas en sus manos, parecían normales excepto por el color negro que poseía la hoja y también por el mango que parecía que unas raíces crecían y se incrustaban en la piel de Jack.
-Será mejor que te cuides, preciosa- dijo mientras se daba la vuelta.
Encaro a las criaturas que se acercaban y poco a poco fue deshaciéndose de ellas.
Saque mis armas rápidamente y comencé a disparar a diestra y siniestra, deshaciéndome de criatura tras criatura mientras poco a poco comenzábamos a bajar el número de enemigos.
-Detrás de ti!- escuche gritar a Ivy.
Me giré a toda velocidad disparando enseguida al hombre lobo que quería tomarme desprevenida y dispare a un demonio que se estaba acercando a mi amiga. Me acerqué a ellos sin dejar de disparar.
-Esto es una locura- dijo Ivy.
-Me creerías si te dijera que estuve haciendo esto durante dos años?- dije mientras soltaba una de mis armas y sacaba mi cuchillo cortándole la cabeza a una lamia aunque esta logró hacer un corte en mi mejilla.
Las criaturas se acercaban pero vi a un brujo en especial, tenía el rostro marcado con heridas mientras que se encontraba vistiendo completamente de negro, su cabello negro le caía sobre la frente, yo lo había capturado e interrogado, este me miraba con odio y después dibujó una sonrisa de lado que me dio escalofríos.
-Byron! A él!- le dije al chico que se encontraba luchando contra un demonio.
Byron se deshizo de manera rápida de él y después miró donde yo le señalé, al momento en que comenzó a acercarse para atacar un estruendo se escuchó y todo se puso negro, escuche el grito de Ivy y un rugido, la poca luz que había regresado dejó ver en penumbra. Solo estábamos Jack, Byron y yo.
Ivy y Caleb no estaban.
Las criaturas tampoco estaban. Pero había una sombra que se mantenía en el lugar, en un rincón.
-Maldito hijo de perra- solté mientras veía al brujo.
-Julián quería que te dejara un mensaje-.
Me acerqué a él para atacarlo pero puso su mano en alto y sentí como mis piernas se sentían pesadas pero no deje de avanzar, este parecía sorprendido aunque lo pasé por alto.
-Como haces eso?- dijo con un tono grave -se supone que no deberías poder moverte-.
-Tal vez tus trucos no son tan poderosos- sonreí socarronamente.
-O escondes algo más- ese tipo dio un paso atrás -bueno, Julián quiere verte enseguida , claro, si es que sobrevives... será mejor que corras o matarán a tus amiguitos-.
Este se desvaneció en una nube de humo mientras yo me quedaba de pie a unos metros, volví a sentir mi cuerpo ligero y volteé a ver a los chicos que todavía tenían una mirada pensativa pero Byron parecía tener también furia contenida.
-Maldita sea!- el lobo golpeó el sofá mandándolo a volar hasta el otro lado de la habitación.
-Mi madre verá esto y le dará un infarto- dije mientras miraba a nuestro alrededor.
Había manchas de sangre y líquido negro en todas partes, la sala se veía completamente destruida.
Mi madre. Agradecía enormemente que no se encontrara en casa, según me contó Jack ella se encontraba en un viaje y no regresaría en unos cuantos días.
Miré a los chicos con fiereza.
-Tenemos que darnos prisa, voy a matar a ese ángel- dije con rabia.
Los chicos asintieron, me dirigí a la puerta de entrada cuando escuché unas garras arriba de las escaleras.
-Carajo- susurre y escuche a los chicos maldecir por lo bajo al ver lo mismo que yo.
Había una manada de perros del infierno viéndonos desde encima de las escaleras, unos cuantos gruñidos se escucharon, nos quedamos quietos por un momento pero después salimos a toda prisa de la casa al tiempo que escuchábamos el ensordecedor ladrido de esas bestias.
Jack se subió rápido en su Harley mientras que yo saqué algo de la pequeña maleta que estaba a un costado de mi Custom 1200, cuatro cartuchos de magnum guardados en el arnés que rodeaba mi cintura y subí a mi moto saliendo rápidamente de ese lugar.
Byron corrió a mi lado unos metros y después vi como este se transformaba en un lobo de considerable tamaño de pelaje algo claro con algunas partes más oscuras mientras sus ojos verdes resaltaban.
Mientras conducía saqué el pequeño trozo de cristal de mi piel y solté un gruñido de dolor. Saque mi arma y la cargue.
Los perros se estaban acercando así que deje que Byron se adelantara y gire mi cabeza extendiendo mi mano derecha apuntando con el arma en dirección a las bestias mientras con la otra aferraba fuertemente el acelerador.
Tome aire. Y dispare. Vi al perro del infierno caer al suelo. Sonreí.
Las balas de hierro funcionaban.
Regrese mi vista al frente mientras los perros corrían detrás mío, disparaba cada vez que uno se lanzaba a mi, deshaciéndome poco a poco de los animales.
Jack iba delante mío y noté que había una cadena negra que se arrastraba por el suelo mientras el otro extremo estaba enredado en la muñeca de Jack. Un perro del infierno trato de atacarlo pero entonces hizo un movimiento y la criatura fue envuelta del cuello por la cadena para después ser arrojado con fuerza contra una construcción.
La fuerza con la que Jack pudo levantarlo me sorprendió.
"Es un demonio" me dije internamente mientras una sonrisa de lado se dibujaba en mi rostro.
Voltee mi cabeza cuando escuche el ladrido desgarrador de Byron, este estaba frente a un perro y después vi como este se lanzaba contra el, escuche el chillido de mi amigo.
-No!- dispare en su dirección.
Empezaron una pelea que me hacía temer cada vez más por la vida del lobo, me iba a detener hasta que vi como este lograba matar al perro, me miró por unos instantes y soltó un ladrido para después regresarse e ir por otro perro que se estaba acercando.
-Byron!- pensaba en regresarme.
Fue Jack quien me detuvo.
-Vámonos! Nos conseguirá tiempo!- dijo a mi lado.
-No puedo dejarlo!-.
-Se enfurecerá si algo le ocurre a Ivy! Date prisa!-.
Tome firmemente el acelerador. No podía estar pasando. Acelere todo lo que pude hasta que nos comenzamos a acercar al refugio, un aura peligrosa se comenzaba a sentir desde lo lejos. Esta se fortalecía a cada metro que nos acercábamos.
-Ahí es!- grite mientras señalaba el almacén.
Jack me miró de forma profunda y asintió mientras me seguía de cerca.
Entre al estacionamiento del lugar con él detrás mío, todo estaba inquietantemente silencioso, no era una buena señal. Me di cuenta que mis armas no estaban donde siempre y que habían unas cuantas manchas negras en el suelo.
-Demonios- susurre para mi misma.
Mientras Jack miraba en todas direcciones.
Que era lo que me podía esperar ahí dentro?
Sangre, guerra y un centenar de criaturas tal vez.
Pero estaba segura que le daría su merecido a ese ángel.

Mi Amado DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora