Capitulo 15

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Mi hermano estaba frente a mi, sentado del otro lado de la mesa, después de todo el tiempo que habíamos estado separados. Parecía pensativo. Todavía me costaba creer que estaba totalmente despierta, quería pellizcarme para saber que en realidad él estaba ahí pero solo me limitaba a jugar con mis manos bajo la mesa.
Lo miré, este no se parecía en nada al niño que recordaba, era mucho más alto, mucho más musculoso, mucho más maduro. Claro, después de casi 8 años cualquiera cambiaría, no podía seguir siendo un niño para siempre.
Fue entonces cuando comencé a preguntarme: Quien era la persona que tenía delante de mi?
Que era lo que realmente sabía de él después de todo este tiempo? Solo éramos unos niños.
Nunca recuperaríamos el tiempo perdido.
Yo no sabía nada de mi hermano y el no sabía nada de mi.
Solo estábamos ahí en silencio, sentado uno frente a otro sin decir ninguna palabra mientras que nuestra madre se encontraba en la cocina preparando café. Parecíamos unos completos extraños.
No me atrevía a decir nada pues sentía que lo único que saldría sería una mezcla de palabras incoherentes.
-Así que...- fue Caleb el primero en romper el silencio -Ya estas en la universidad?-
-Si, el semestre está por terminar- hable nerviosa.
Su voz era áspera pero tenía ese tono tranquilo que yo recodaba.
-Que carrera?-.
-Comunicación-.
-Vaya, es bastante interesante-.
-Si, me encanta-.
Volvió a aparecer el silencio así que lo primero que hice fue deshacerme de él.
-Y tú? Estas estudiando?- pregunte tratando de parecer tranquila pero en realidad parecía más un robot.
-Estoy estudiando arquitectura pero estamos de vacaciones- el si parecía más tranquilo.
-Wow, te falta muy poco para terminar, no?-.
-Si, año y medio, el tiempo se pasa volando-.
Solté una leve risa.
-Para mi fue totalmente al revés, el tiempo es lentísimo, me aburro- comenté.
Él también rio bajo, enserio el ambiente era increíblemente incómodo pero nuestros intentos porque este se tornara más normal solo nos hacía darnos cuenta de que éramos unos desconocidos.
-Y como te diviertes aquí?- pregunto sonriente.
-Pues salgo con Ivy de compras, pijamadas, salimos con los chicos y cosas así, nada que un estudiante normal no haga- le reste importancia.
-Chicos?-levantó una ceja.
-Si, Jack y Byron, ellos siempre están con nosotras, bueno, Byron es de otra carrera pero siempre nos encontramos con el, es la ventaja de que sus horarios concuerden con los nuestros- explique.
-Un segundo, entonces sigues siendo amiga de Ivy y Byron después de todo este tiempo?- Claro que él los recordaba, antes éramos los cuatro.
-De que te sorprendes, siempre fuimos grandes amigos y lo seguimos siendo-.
-Y este chico, Jack?-.
-Lo conocimos en la universidad, va en nuestro salón, al inicio me molestaba mucho pero dejó de hacerlo- sonreí al recordar nuestras tontas peleas.
-Es tu novio?- pregunto con el ceño fruncido.
Me sorprendí y lo miré con los ojos bien abiertos.
-Porque dices eso?- dije torpemente.
-Lo supuse por la tierna sonrisa que acabas de poner- me señaló.
Entonces escuchamos los pasos de nuestra madre acercarse y llegó con tres tazas de café, el mío era el que tenía más leche mientras que el de Caleb era totalmente negro.
-Lamentó la tardanza- sonrió y repartió las tazas entonces se sentó -y no pude evitar escuchar la platica, tienes razón, Jack es el novio de Emily, es guapísimo y siempre anda con el-.
Hablo para el, ignorando que yo estaba en ese lugar.
-Oye!- dije fuerte.
-Mmm parece que tendré que cuidarla más de lo que pensé- comentó Caleb pensativo pero después me mostró una sonrisa de lado.
Me recordó tanto a esa sonrisa que siempre ponía cuando se le ocurría alguna travesura pero también había algo de malicia en ella.
Lo miré levantando una ceja e intercambié la mirada con mi madre que parecía algo divertida con el comentario protector de Caleb.
Entonces él nos miró a las dos y después miró el líquido oscuro dentro de su taza y le dio un gran sorbo que me sorprendió que no se quemara la lengua.
-Quería quedarme aquí por un tiempo- dijo mirándonos a ambas -No quiero ver a mi padre por un buen tiempo, aparte de que me gustaría pasar tiempo con ustedes-.
Mis ojos se abrieron como platos al escuchar eso y mi madre comenzó a ahogarse con el pequeño trago de café.
-Enserio?- pregunte -Pero que fue lo qué pasó? Que pasara con nuestro padre?-.
Debió sentirlo como una enorme cubeta de agua fría porque bajo la mirada con el ceño fruncido, se veía molesto.
-El no es mi padre, estoy cansado de todas sus estupideces, después de que nos fuéramos tuve que soportar que llevara una mujer nueva casi cada día, ellas solo le robaban dinero y tuve que aprender a cuidarme solo mientras él se iba a embriagar casi todas las noches aparte de que me golpeaba cada vez que llegaba borracho, me canse de tolerar todas sus apuestas perdidas que luego me tenía que poner a trabajar porque yo tenía que pagar por el, estoy harto- me miró y sentí el fuego en sus ojos -solo me alejo de ustedes, rogaba cada día por volver, no podía esperar para regresar pero sabía que tenía que arreglar las cosas con mi padre antes, no las quería involucrar en problemas con él pues muchas veces casi las involucra en sus apuestas de dinero, eso fue lo más difícil de todo, no lograba juntar el dinero para viajar y siempre perdía más de lo que ganaba, hasta que simplemente logre juntar para un vuelo y aquí estoy-.
Mi corazón dio un vuelco, mi estómago se estrujó y mi pecho se aplastó, de repente sentía odio por aquel que era mi progenitor del cual no sabía desde hacía años. Por un momento creí entender el infierno que él había vivido. Yo había querido rendirme, creer que él nunca iría a buscarme.
Me puse de pie y me acerque a él dándole un abrazo envolviendo su cuello con mis brazos. Este cerró los ojos disfrutando del contacto y con una ligera sonrisa dibujada en sus labios.
Él había regresado, había cumplido su promesa y eso me generaba una increíble paz.
Entonces Caleb me miró sonriendo.
-Y cuéntame, que tanto me he perdido estos ocho años?-.
Le conté acerca de todo, de Ivy, Byron y Jack, de que era lo que hacíamos cuando estábamos aburridos, de cómo Ivy siempre aprovechaba para hacerme burla, mis clases, mi trabajo, mis pasatiempos, quería llenar ese espacio de ocho años en solo unas cuantas horas.
El también me había contado bastantes cosas, como que le empezó a gustar tocar la guitarra, que por un tiempo tuvo una pequeña banda, que también era fan del Atletismo, en los lugares que había estudiado, sus amigos, su experiencia trabajando en un bar y me contó varios hechos como los que Ivy me contaba cada vez que le pasaba algo divertido en su trabajo, las cosas que le gustaban como la comida, los gatos, la buena música; incluso me contó de las novias que había tenido y que varias de ellas eran unas maniáticas que no podían soportar que él las terminara, sus partes divertidas de la vida pero me daba cuenta que evitaba totalmente hablar sobre nuestro padre. No lo podía culpar. El hombre era un desgraciado total.
Seguíamos hablando en el momento que mi celular comenzó a sonar.
-Oh- mire la pantalla, se trataba de Jack, miré a Caleb y le sonreí tímida -disculpa, será rápido-.
-No te preocupes- me miró con atención.
Conteste.
-Aló?- fui la primera en hablar.
-Hola preciosa- sonreí automáticamente.
-Que ocurre?-.
-Adivina quien me hablo para que mañana fuéramos a su lugar de trabajo en el lujoso bar- parecía divertido.
-Mmm déjame pensar- dije cantarina burlándome un poco -yo lo sé, estoy casi segura que lo sé, mmm podría ser Ivy?-.
-Bingo- me siguió el juego -que te parece? Suena interesante, me encantaría verte de nuevo en un vestido como el que llevaste aquella vez-.
El tono sugerente en su voz hizo que mis mejillas se tiñeran de rojo y entonces vi a mi hermano que me miraba con una ceja alzada junto a una ligera sonrisa de lado.
-Ah, no puedo, acaba de suceder algo increíble y tengo que resolverlo-.
-Que pasó? Todo está bien? Te atacaron de nuevo?- Su preocupación salió a flote.
-No no, está vez no, es solo que alguien llegó, nada más-.
Por alguna razón no quería decirle exactamente que mi hermano era quien había regresado después de tanto tiempo.
-Ya veo... pero piénsalo, si cambias de opinión iré por ti-.
-Esta bien-.
-Hablamos después, preciosa-.
-Bye bye- solté con voz cantarina.
Corte la llamada y me hermano me veía con su barbilla apoyada sobre la palma de su mano.
-El novio?- sonrió de lado.
-Si, quiere que mañana vayamos a ver a Ivy a su trabajo, pero esta vez me quedaré para estar contigo, no quiero perder tiempo-.
Entonces escuche como él soltó un suspiro.
-Vamos, yo también quiero ir, quiero ver que fue de la chica que es la mejor amiga de mi hermanita y también aprovecharía para conocer a ese novio tuyo, no crees?-.
Levante una ceja, realmente comprendía su punto pero no creía que fuera buena idea dar la noticia tan rápido, sobre todo a Ivy. Ella gritaría y lo más seguro tiraría una botella entera si lo veía, tenía que prevenirla pero escucharla gritar a través del teléfono sería arriesgarme a perder la audición de un oído. Me di una bofetada mental. "No más excusas, díselo, no seas cobarde" me dije a mi misma.
Esa vez fue mi turno de suspirar tratando de prepararme mentalmente para destrozar mi oído.
-Esta bien, vamos pero por favor, no alteres mucho a Ivy, ella es algo ruidosa y eso sería un pequeño problema- junte mis manos haciendo una cara de súplica.
Asintió. La noche ya se hacía presente y yo no sabía con exactitud la hora, el tiempo había pasado totalmente rápido así que miré mi celular dándome cuenta que ya pasaba de la media noche.
-Si que ya es tarde- comentó Caleb.
-Deberíamos ir a dormir-.
Ambos miramos a nuestra madre que se encontraba recostada sobre el sofá roncando con la taza de café completamente vacía sobre la mesa de centro, la escena me dio risa y vi como mi hermano se ponía de pie para dirigirse a ella.
-Hey, Berenice, a dormir- la sacudió un poco para despertarla.
-Mmm no iré a trabajar esta semana, no molestes Em- contestó entre dormida y molesta dándole la espalda a Caleb.
Gire los ojos y el me miró con una ceja alzada.
-Te hace esto muy seguido?- pregunto algo divertido.
-Cada maldita semana- suspiré.
Caleb soltó una ligera risa y después tomó a nuestra madre en brazos.
-Donde está su habitación?-.
-Arriba, donde siempre- me levante y me acerque a él dándole una palmada en el hombro -Es bueno tenerte de regreso-.
Sonreí con ternura y el me miró de la misma manera.
-Me alegra estar de regreso-.
Después de eso se dirigió al cuarto de mi madre.
Un rato más tarde yo ya me encontraba en mi habitación y ya le había mostrado la habitación de huéspedes a mi hermano, aunque anteriormente era de el, el verlo tirarse a la cama mientras soltaba un gran suspiro relajado fue algo reconfortante.
Me encontraba cambiándome de ropa cuando escuche un sonido proveniente de afuera lo cual me resultó extraño, me acerque con precaución a la ventana y corrí la cortina  llevándome la sorpresa de que Jack se encontraba sentado en el árbol que estaba a unos metros de mi ventana. Me tape la boca para evitar gritar y maldecí a mi lindo novio en mi mente.
-Que rayos haces ahí?- dije mientras abría la ventana.
-Visita nocturna- parecía divertido -me deja pasar, mi lady?-.
Torcí los labios y asentí, este brinco dentro de la habitación y volví a cerrar la ventana.
Solo bastaron unas milésimas de segundo para sentir sus brazos rodearme fuertemente desde atrás de la cintura. Yo giré mi mirada y él tenía apoyada su frente en mi hombro, lleve una de mis manos a su cabello y lo acaricié con suavidad.
-Que haces?- dije sonriendo.
-Pasando tiempo con mi chica, eso hago-.
Solté una risa y sentí como este me cargaba para llevarme a la cama y arrojarme sobre ella mientras yo no paraba de reír, aunque no tan fuerte como para despertar a los demás.
-Tiene alguna queja, jovencita?- se colocó sobre mí y apoyó sus manos a cada lado de mi cabeza dejando un corto espacio entre nosotros.
-A decir verdad tengo una-.
Lo atraje a mi y lo besé con calma sonriendo en medio del beso.
-No me has saludado- dije al separarnos.
Este sonrió y volvió a retomar el beso que aunque inició lento poco a poco se fue tornando más y más demandante, apasionado y candente, sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo bajando lentamente comenzando a explorar debajo de mi blusa de la pijama, acaricio mi cintura y después fue subiendo lentamente mientras yo envolvía mis piernas en su cadera haciendo que se apegara más a mi notando ese bulto que se escondía bajo sus pantalones. Me sonreí internamente mientras él se separaba de mis labios comenzando a recorrer desde mi cuello hasta mi clavícula con los suyos dejando un camino de besos que no paraban de arrancarme suspiros, mis manos comenzaron a recorrer su espalda subiendo con lentitud hasta que mis dedos se enredaron en su oscuro cabello.
Recordaba la primera vez que lo habíamos hecho, había sido algo lento, sensual y erótico. El solo recordarlo me hacía desear más aquellas caricias, aquellas sensaciones.
Solté un jadeo cuando una de sus manos comenzó a explorar dentro del pantalón de mi pijama, sus manos se movían con destreza provocando miles de corrientes eléctricas en mi columna. Poco a poco me comenzaba a olvidar del mundo pero no al punto de perder el control, él era mi droga y mi ancla al mismo tiempo.
Ansiaba sentirlo dentro, su calor, el roce de estar piel con piel, él cumplió todos y cada uno de esos deseos.
Sentía la adrenalina del momento corriendo por mis venas, hacer esa clase de cosas mientras que mi madre y hermano estaban en las habitaciones contiguas era excitante, y Jack también lo sentía así.
Esa noche pasó con nosotros entre caricias, besos, mordidas y un toque de salvajismo.
Cuando abrí los ojos en la mañana me di cuenta que estaba recostada sobre el pecho desnudo de Jack que parecía dormir plácidamente y quise imitarlo así que volví a cerrar los ojos pero no volví a soñar, sino que escuchaba todo a mi alrededor y también sentía lo que pasaba en este; la respiración de Jack rozándome los hombros, sus manos rodeando mi cintura, nuestras piernas entrelazadas, su calor y su aroma envolviéndome. De repente sentí como este se movía, supuse que tenía los ojos abiertos y juraba sentir su mirada sobre mi, entonces levante mi rostro y lo besé, un beso lento y delicado.
-Buenos días- susurre sobre sus labios cuando nos separamos.
-Que manera tan excitante de despertar- sonrió.
-Se supone que tú también tienes que decir buenos días-.
Tomo un mechón de mi cabello enredando su dedos en él y se lo llevo a los labios dando un pequeño beso.
-Buenos días, preciosa-.
Sonreí y me recosté completamente sobre el, juntando mi pecho desnudo al suyo y apoyándome sobre mis antebrazos para mirarlo a los ojos.
-Si nos descubren sería problemático- comenté.
-Si lo sería- acarició mi espalda -Pero valdría la pena-.
Solté una pequeña risa.
-Eres un chico malo- dije juguetona.
-Claro que si- me jalo para dejar un casto beso en mis labios -Soy un demonio-.
Volvimos a unir nuestros labios comenzando una danza algo erótica con nuestras lenguas, cuando nos separamos nos miramos fijamente a los ojos sonriéndo.
-Oh, cierto, hoy si voy con ustedes para visitar a Ivy- comencé a dibujar círculos en su pecho.
-En serio? Que te hizo cambiar de parecer, preciosa?-.
-Caleb dijo que estaba bien, que nos acompañaría- solté despreocupada.
-Caleb?- me miró con una ceja alzada.
-Ah- recién notaba lo que había dicho -mi hermano, así se llama, él... regreso apenas ayer por la tarde y al principio quería quedarme con él pero insistió en que quería ver a Byron e Ivy-.
-Mmmmm-.
-Y también conocerte a ti-.
Jack guardó silencio y su mirada era un poco fría, acaricié su mejilla a lo que él cerró los ojos disfrutando del contacto.
-Oh vamos, no te pongas celoso- dije juguetona.
Él abrió los ojos y afirmo su agarre en mi cintura.
-Pues es normal cuando tu chica habla de otro que no conoces cuando está contigo en la cama- frunció el ceño -a todo esto, por que regreso?-.
-Tuvo muchos problemas con nuestro padre y no pudo regresar antes pero lo consiguió así que vino lo más pronto que pudo-.
-Suena sospechoso, no te parece?-.
-Tú también eres sospechoso y no te digo nada-.
-Es distinto, yo soy un demonio-.
-Vamos Jack, es mi hermano, tengo que creer en el, cumplió su promesa de que volvería- lo miré con ojos de cachorro.
El solo suspiro y llevo una mano a mi mejilla.
-No confió en el, pero confió en ti- me sonrió.
Lo besé en respuesta a eso.
Después de unos cuantos minutos me puse de pie y cubrí mi cuerpo con lo primero que encontré que fue la playera de Jack la cual me quedaba increíblemente grande, incluso hasta los muslos. "Cosas de ser de tamaño compacto" dijo mi conciencia.
Camine hasta el baño mientras que Jack todavía permanecía recostado pero sin apartar su mirada de mi.
-Será mejor que dejes de comerme con la mirada- dije cuando me adentré al baño para lavarme la cara.
-No me pidas imposibles- contestó divertido.
Me estaba secando la cara cuando escuche como del otro lado de la pared había movimiento. Era temprano, muy temprano así que no creía que mi madre se había levantado... hasta que escuche su voz hablando con alguien... Caleb. Rayos. De todos los días habían escogido ese para madrugar. Salí casi corriendo del baño cuando me encontré a Jack vestido sentado sobre la cama a excepción de su playera.
-Si que eres rápido- me acerque.
-O tú te tardas mucho- contestó burlón.
-Cállate, ya se levantaron y no tardarán mucho para que vengan a invadir mi habitación-.
-Tranquila- se puso de pie y besó mi frente - nos vemos en la noche, y espero que lleves alguno de esos vestidos asesinos-.
Dejó un corto beso en mis labios y se acercó a la ventana.
-No cuentes con eso- levante una ceja cuando abrió esta -te irás así? Y tú playera?-
-Te la regalo, te ves más hermosa así- me guiño un ojo.
Después desapareció entre la fría mañana unos segundos antes de que Caleb tocara la puerta de mi habitación.
-El desayuno- dijo.
-Voy- dije mirando a la ventana.
Me encantaban nuestros pequeños secretos.

Mi Amado DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora