Capitulo 5

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La salida, al día siguiente, me costó un dolor de pies por los tacones. El fin de semana pasó y el lunes en la mañana la mayoría de los estudiantes parecían zombies recién salidos de la tumba, yo incluida entre ellos. A la mitad del domingo, recordé una exposición que debía presentar para la clase de lengua temprano a primera hora. Utilicé mi capacidad de hacer las cosas bajo presión y terminé pero tuve que sacrificar varias horas de sueño.
Mi ropa era un desastre y mi cabello estaba atado en una coleta de lado, varios mechones caían y tapaban parte de mi rostro; gracias a Ivy me enteré de un par de bultos morados bajo mis ojos. Mi amiga iba a mi lado, caminamos a nuestro salón y vimos que afuera estaba Byron, hablaba con Jack. Me pareció extraño no encontrarlos a punto de matarse, al parecer mi amiga creyó lo mismo y los interrumpió.
-Hey, jóvenes! No se permiten las peleas dentro del campus.
Voltearon a ver a la pelirroja pero no se veían disgustados.
-Pasa algo?- alterné la mirada entre los dos -volvieron a discutir, cierto?
-Al contrario, preciosa, llegamos a un acuerdo e hicimos las paces para evitar molestarlas más- Jack mostró su sonrisa traviesa, una chispa se encendió en mí.
-Tiene razón- Byron me sonrió con ternura, se acercó a mí y pasó su brazo sobre mis hombros -no te preocupes, nos hemos portado bien.
-Más les vale, sino les daremos una golpiza por mentirosos- afirmó Ivy.
-Juramos que nada malo pasó- dijeron al mismo tiempo.
La campana anunció el inicio de la clase.
-Me tengo que ir- se despidió Byron, a Ivy y a mi nos dio un beso en la mejilla.
Lo vimos alejarse, Jack se colocó a mi lado y después lo miré, me regresó la mirada acompañada de una sonrisa.
-Te ves del asco, preciosa, acaso dormiste mal?- dijo en tono de burla.
-Ay por favor, cállate- le di un codazo y me metí al salón mientras volteaba los ojos.
Escuché las risas de Jack e Ivy detrás de mí, quería golpearlos.
Las clases transcurrieron demasiado lentas, no hubo ningún contratiempo y tampoco ocurrió algo fuera de lo común. Estuve a punto de caer dormida con las tediosas explicaciones de los profesores, sin embargo cada vez que estaba a punto de estampar la frente en el escritorio, mis lindos amigos se encargaban de despertarme. A veces me lanzaban bolitas de papel o me jalaban el cabello. Los docentes estuvieron a punto de sacarlos por sus risas indiscretas. En un descanso había logrado despertarme después de tomar un café de las maquinas expendedoras,aunque no sabía si se debió a la quemadura que me puse en la lengua o por la cafeína.
El resto del día fue más llevadero. No me sentía tan mal como en la mañana. Cambiamos de salón las ultimas clases y siempre sentí ese constante piquete en mi nuca, alguien me observaba. Aura me veía como si fuera el bicho más asqueroso del mundo desde el otro lado del salón. Ivy la señaló de forma disimulada mientras fingimos que hablábamos. Ella trataba de ser discreta, no quería que su séquito del mal se diera cuenta que mi insignificante presencia afectaba a la todopoderosa rubia oxígenada. Había enfadado a la reina con mis atrevidas declaraciones?
Aura a los 10 años fue una persona buena e incluso me agradaba, una niña dulce que siempre ayudaba cuando alguien se lo pedía pero al crecer se volvió más y más molesta. Manipulaba a los demás para que hicieran su trabajos, no le costaba mucho tomar el papel de víctima. También hablaba mal a espaldas de las personas, no importaba si era sobre la familia de alguien o algún problema serio; ella no sentía remordimiento en tirarle piedras. Era la más popular en la secundaria y en la preparatoria también, pero el número de personas que la odiaban se disparó al cielo por todas las cosas crueles que era capaz de decir, aparte de que inventaba mentiras sobre las personas. Traté de permanecer fuera de su radar, Ivy tampoco quería verse involucrada con la reina de los chismes pero aun así encontró la excusa para que fueramos el blanco de sus mentiras. Comenzó a decir que Ivy y yo éramos lesbianas, que robabamos cosas de las mochilas y que éramos violentadas en nuestras casa por las familias "disfuncionales" que teníamos. Todo fue desmentido. Ivy se volvió novia del más guapo de la generación, no había pruebas de los robos y nuestras madres fueron con el director para aclarar que las palabras de la rubia eran mentira. Casi al salir de la preparatoria, todos nos enteramos que Aura chantajeó a varios de los profesores para que sus calificaciones subieran, había hecho "favores especiales". Claro que varios creyeron que ella era la víctima. Los profesores fueron despedidos pero ella no fue expulsada. Tiempo después empezó a decir que nosotras conseguíamos buenas notas de la misma forma. En ese momento apenas cruzábamos las miradas para dedicarnos miradas de odio.
Parecía que Ivy y yo fuimos las unicas en darnos cuenta de la mirada asesina que me perseguía.
Estabamos en la última clase y la rubia me veía de reojo. Traté de ignorarla. Miré el pizarrón pero la voz del profesor no era clara por los susurros de mis amigos. Pensé que la pelirroja estaba contandole una de sus locas anécdotas, a veces escuchaba unas risas bajas.
-Señorita Lovelock, Joven Gotham, tienen algo que aportar a la clase?- el profesor llamó la atención a mis queridos compañeros.
Voltee a verlos. Ivy se encontraba rígida por ser descubierta, Jack seguía con su sonrisa burlona.
-Lo sentimos profesor, no pudimos concentrarnos con su muy largo monólogo acerca de algo que ya leímos- contestó el acusado.
-Cállate- regañó mi amiga.
-Será mejor que no busque problemas en mi clase, joven Gotham- advirtió nuestro pacífico profesor.
La risa de varios de mis compañeros incluyendo una pequeña mía hicieron eco en el salón. El ceño fruncido del profesor se marcó más y creí que una vena iba a palpitar en su frente.
Las clases terminaron, fue una eternidad. Los tres nos dirigimos a la salida y nos encontramos con Byron, nos estaba esperando en la puerta principal.
-Buenas tardes, jóvenes- saludó como una sonrisa y se acercó a Ivy, la abrazó por el hombro -como les fue hoy?
-Regañaron a este par por habladores, fue gracioso- contesté.
-Ni me lo recuerdes, sentí pánico cuando este tarado le contestó- Ivy señaló a Jack.
-Yo solo dije lo que pensé y ya- le restó importancia el de ojos azules.
-Mejor no pienses, así nos evitamos problemas- agregué.
Reímos y llamamos la atención de algunos curiosos.
-Bueno, yo tengo que dar una vuelta a la biblioteca, me esperas?- le dije a Ivy.
-Lo lamento Em, tengo que llegar temprano a casa hoy, mi madre se enfermo y está montando uno de sus dramas, al parecer esta vez si se muere- contestó con una cara de cansancio.
Mi corazón se rompió al escucharla. Irme en autobús era de lo peor, no llegaban hasta mi casa y tenía que caminar mucho. En una ocasión me habían quitado mi mochila. Suspiré y miré a Byron.
-Crees poder llevarme?- supliqué a Byron.
-Lo lamento Em, voy a ir a reunirme con amigos para un trabajo que nos dejaron- sonó apenado.
-Y qué tal si Jack te lleva?- sugirió Ivy.
Miré al mencionado y me guiñó. Se veía divertido, me tomó por la cintura y sonrío a los otros dos.
-Claro, yo me hago cargo de ella.
Ivy y Byron vieron la actitud de Jack con extrañeza, no era normal tanta cercanía entre nosotros.
-Esta bien, chicos, no se preocupen estaré bien- los calmé.
-Me mandas un mensaje cuando llegues a casa- dijo Ivy protectora
Ellos se fueron y me aleje de Jack y lo miré con una ceja alzada.
-Que estás haciendo? Desde cuando somos tan cercanos?
-Oh vamos, preciosa, sabes que te atraigo y no es malo que nos divirtamos un poco- habló cerca de mi oído, tan suave y lento que me paralizó.
Una corriente escaló desde mis pies y recorrió mi cuerpo hasta mi cabeza. La sensación no fue agradable pero tampoco la odie.
Me separé mientras sentí la sangre subir a mis mejillas y él sonrío complacido por mi reacción.
-Quién te metió esas tonterías en la cabeza?
-Si si, lo que digas- mi respuesta no pareció muy convincente -será mejor que nos apresuremos para que hagas lo que tengas que hacer.
Él se adelantó, no me moví y aprecié su espalda. Se veía ancha pero no tenía músculos exagerados, era alto, bastante más que yo pero no me sentía pequeña a su lado. Apreté mis puños, acertó en una cosa: me atraía.
Lo seguí y troté un poco para alcanzarlo. Nos subimos a la Harley y Jack condujo hasta llegar a la biblioteca, era el lugar más asombroso del Campus. Grandes ventanales que permitían apreciar tantos estantes que contenían todo tipo de escritos en sus tres pisos, unas cuantas mesas donde los chicos leían en silencio y unas cuantas computadoras para investigaciones. Las mesas de afuera estaban llenas de estudiantes que se entretenían leyendo o hablando.
Antes de entrar, me miré a Jack que me seguía de cerca. Me ponía nerviosa.
-Oye, quiero entrar yo sola, te parece si te veo aquí en media hora?-
Él sonrío de lado y se acercó.
-Por qué quieres que me aleje? Te hago sentir intranquila?- tenía una expresión burlona.
Hasta donde tenía el ego ese idiota?
-Basta de bromitas Jack, no lo dije por eso, no quiero te quedes aburrido mientras me esperas- me crucé de brazos.
-Ya entendí ya entendí, no te enojes, preciosa, te veo aquí en media hora- se fue por otro lado.
Entré y me dirigí a la recepción. Había una bibliotecaria que no se veía mucho mayor que yo, me atrevía a decir que era una estudiante. Solicite empleo en ese lugar. En verdad quería trabajar ahí. Solo sería después de clases y salía temprano para hacer los trabajos de clases, la paga sería para cosas personales. Empezaría al día siguiente pues era inicio de semana y me pagarían al final semana. Perfecto.
Salí satisfecha y feliz de ese lugar. Vi a Jack al otro lado de la calle, sonreí y corrí con entusiasmo hacía él.
-Jack!- grité.
Agité mi brazo mientras cruzaba la calle.
Escuché el claxon de un auto y lo vi, no tuve tiempo de reaccionar cuando alguien me jaló hacia atrás. Me quitó del camino mientras el coche pasaba a toda velocidad. No sabía que había ocurrido. Unos brazos me rodearon con fuerza, el calor se extendió por todo mi cuerpo. Él me alejó y nuestras miradas se conectaron.
-Por dios Em! Fíjate antes de cruzar! Qué haré si algo malo te sucede?- su mirada era aterradora.
Yo todavía no salía del shock.
Como podía ser que Jack estuviera frente a mí y que fuera mi salvador si un segundo antes de encontraba al otro lado de la calle?
-Jack? Pero como... -señalé donde antes estaba.
-Estás bien?- acunó mi rostro en sus manos -te duele algo?
Cerré mis ojos y me rendí, tal vez estaba muy cansada o mi mente me jugó una mala pasada.
-Si, estoy bien- le devolví la mirada.
En la mirada azul pude ver algo que no había visto antes, reflejaban preocupación, miedo y angustia, se veía asustado. Noté su suave y cálido toque. La sensación era extraña pero familiar. Lo anhelé, posé mi mano sobre la suya. Le sonreí.
-Maldición Emily, no hagas eso- su voz se volvió un susurro, sus ojos brillaron.
-Hacer que?
-Mirarme de esa forma y sonreírme, no tengo tanto control- se acercó un poco más, sentí su aliento sobre mis labios.
Fue un momento tan intimo, tan nuestro que no me importó la mirada de los demás.
Mis defensas caían con tanta facilidad que me aterraba, los muros que traté de mantener en pie se desmoronaron, quería tenerlo más cerca. La voz en mi cabeza murmuraba que era peligroso. Qué debía hacer? Qué debía sentir? Los pensamientos me embriagaban y nublaban mi juicio. No quería pensar. Deseaba perderme en ese mar azul, quería que me consumiera. Ansiaba ser absorbida por él. Tan escasos centímetros entre nosotros, nuestro aliento mezclándose y los labios en un suave roce que me enloquecía, quería romper esa distancia tan diminuta.
Una alarma se disparó en mí y me forzó a alejarme. No quería hacerlo.
-Sucede algo?- preguntó cuando retrocedí un poco.
-No, solo que...- desvíe la mirada, no podía darle una respuesta si no tenía ninguna -será mejor que nos vayamos.
Él asintió y se alejó de mí. El frío que vino después de que el calor de sus manos desapareciera fue solitario. Jack caminó delante mío. No lo seguí.
-Qué me has hecho?- susurré tan bajo que mis palabras se las llevó el viento.
Ver su silueta fue suficiente para provocar una punzada en mi corazón, no sabía significaba. Una duda apareció en mi cabeza. Por que yo?
No supe cuánto tiempo me quede ahí. Reaccioné al ver que Jack me ofrecía su mano con una tierna sonrisa dibujada en sus labios.
-Vamos, preciosa- su voz fue tan suave como el terciopelo y cedí ante él.
En el trayecto a mi casa lo abracé y enterré mi rostro en su espalda para aspirar su aroma. Fue silencioso. Al llegar, bajamos de la moto y él me acompañó hasta la puerta.
-Segura que estás bien?- acarició mi mejilla con el dorso de su mano.
Desvíe mi mirada, él tomó mi mentón con su mano, fue delicado, y me obligó a mirarlo.
-Emily?- su mirada hurgó en mi ser.
-Estoy bien Jack.
Giré para abrir la puerta, la mano de él me detuvo, lo miré y sonrió tranquilo, me soltó.
-Salgamos el próximo viernes.
-Por qué tan de repente?- sonreí, su propuesta me resultó tentadora -a donde te gustaría?
-Es un secreto, iremos después de clases.
-Tengo trabajo.
Se me había pasado el detalle de que no le había dicho de mi nuevo empleo. Pareció sorprendido.
-En serio?
-Hoy me aceptaron en la biblioteca, empiezo mañana- dije con orgullo.
-Entonces después de eso pero no te escaparás tan fácilmente de mí.
Solté una risilla ante su seguridad.
-Esta bien, es una promesa.
Sonreímos. Se separó, se dirigió a su Harley y arrancó mientras se despedía con un gesto de mano.
No pude borrar mi sonrisa al pensar en él y entré a la casa.
En la noche me quede en mi habitación, escuché música y no podía sacarme de la cabeza que tenía una cita con Jack, que sería lo que pasaría? Estaba algo ansiosa.

Mi Amado DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora