Capitulo 3

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Me desperté, había dormido como una roca y no me di el tiempo para hacer las tareas que me había propuesto a hacer. Revisé mi teléfono, entre en pánico, la alarma no despertó y las clases iniciaban en 20 minutos. Escuché como tocaban a mi puerta y mi madre entró a mi cuarto.
-Oye, no planeas ir a la universidad?- preguntó con una ceja alzada aunque después de verme sonrío levemente -por lo que veo te quedaste dormida, Ivy me dijo que nunca le contestaste, entonces que no iba a recogerte.
Mi madre, Berenice, parecía recién levantada. Tenía su cabello negro recogido en una coleta desordenada, su piel clara y unas pequeñas ojeras que hacían sobresalir sus ojos grises. Ella se pasaba la noche en vela por cualquier cosa que fuera del trabajo.
Yo estaba como loca acomodando las cosas y corriendo de un lado a otro mientras pensaba una forma de llegar.
Oh dios, que mal inicio de día.
-Maldición, no habrá alguna manera de irme?- hable bajo mientras me preparaba para darme la ducha más rápida de mi vida.
Rápidamente corrí al baño y abrí la llave para que el agua fría cayera, aunque estaba helada me metí. Mi madre estaba apoyada en el marco de la puerta viéndome.
-Podría llevarte pero tengo todavía trabajo que hacer, el lanzamiento del nuevo libro está demasiado cerca y tengo que ir a ver al escritor- suspiró pesadamente -lo siento, cariño.
Se marcho y después escuche la puerta de mi cuarto cerrarse.
Mi madre trabajaba en una editorial, se encargaba de que los autores hicieran su trabajo y revisaba el texto para asegurarse de que el libro se presentara en su máxima calidad. Parecía bastante sencillo pero ella decía que no lo era, la había visto irse durante días incluso semanas solo para conferencias o mantener vigilados a los autores que vivían demasiado lejos. Era una vida a la que me había acostumbrado.
Una vez, en mis terribles 12 años, me quedé sola en casa por una semana, todo fluyo tranquilo hasta que ocurrió ese cambio fisiológico que golpea a las mujeres conocido como "el periodo". Era la primera vez que me ocurría así que le hablé aterrada a mi madre, creí que me iba a morir hasta que la madre de Ivy me visitó para calmarme. Ivy incluso después de años se siguió burlando por aquel terrible acto que monte.
Pasaron unos minutos y salí corriendo de la ducha con una toalla alrededor del cuerpo. Miré el espejo, el cabello oscuro me caía en cascadas húmedas alrededor del pálido rostro, mis ojos grises parecían más profundos por las eternas ojeras que tenía, consideré que parecía protagonista de película de terror. Me dirigí a mi armario, busqué algo aceptable que ponerme. Encontré una blusa gris que dejaba un hombro descubierto y que traía un estampado de una calavera en negro, me puse un pantalón negro y botas negras, estaba casi lista. Me veía decente.
Escuché el rugir de una moto afuera de la casa y me asomé por la ventana para ver de que se trataba. Casi me dio algo por encontrar a Jack montado en su Harley estacionado en la calle. Me alejé como si tuviera miedo de que me viera. Miré alrededor, mi peine estaba sobre la cama, casi me lancé sobre él y lo pasé por el húmedo cabello negro que llegaba un poco arriba de la cintura, lo llevaría suelto ese día.
El timbre de la casa sonó. Entré en pánico, aunque no sabía la razón. Apenas me puse algo de maquillaje y terminé de acomodar las cosas en la mochila cuando mi madre se metió en mi cuarto. Ella también se había arreglado, su cabello rizado estaba sujeto en un chongo perfecto e iba pulcramente vestida con un traje, fue una transformación total.
-Emily, uno de tus amigos se encuentra abajo, dice que te llevará.
Ella parecía algo sorprendida, aunque tampoco la culpaba, nunca llevé a otro amigo que no fuera Ivy a la casa.
Agarré mis cosas junto a una chamarra y salí disparada de mi habitación. Al pasar a lado de mi madre le di un gran beso en la mejilla y baje las escaleras. Jack estaba sentado en el sofá tarareando alguna canción y yo lo observé un momento antes de acercarme.
-Hola, qué haces aquí?- trate de sonar lo más normal que pude.
Él volteo a verme, enseguida dibujo una sonrisa con sus labios; sentí mi rostro arder y desvíe los ojos para darme el valor de mirarlo.
-Vine a recogerte, casualmente Ivy me dijo que no tenias como llegar y aproveche para hacer mi buena obra del día- dijo levantándose del sofá y acercándose a mi.
-Cómo sabes dónde vivo?- la curiosidad me picó.
-Simple, le pregunte a Ivs y ya- habló restándole importancia.
Al tenerlo frente a frente, sin nadie alrededor, parecía más alto de lo que recordaba y sentí que daría un paso hacia atrás pero no me moví.
-Vaya, eso sí que es un lindo detalle de tu parte- sonreí de lado.
Aprecié como soltaba un risa tranquila y después señaló a la puerta principal.
-Nos vamos? O la chica mala quiere llegar tarde?- habló con tono juguetón.
Sonreí y salí de la casa.
Frente a su Harley, Jack me pasó un casco que sacó del compartimiento y me indicó que me subiera.
-Estás seguro que no moriré?- dije mientras me ponía el casco.
-Oh vamos preciosa, no eres la primer belleza que llevo, te puedo asegurar que nunca antes reportaron una queja- se montó en el asiento de cuero negro.
Voltee los ojos después de la clara insinuación del mujeriego. Me subí con nervios.
Jack arrancó, lo abracé fuerte y apreté mis piernas contra su cuerpo, él iba bastante rápido pero gracias a eso pudimos llegar apenas la campana sonó. Me bajé con la adrenalina disparada y mis piernas temblaban.
-Te han dicho que manejas demasiado rápido?- le entregué el casco.
-Algunas veces, pero si así hago que te aferres a mi de esa manera entonces lo repetiré encantado- su profunda voz acarició cada palabra, mi piel se erizó.
Me perdí en su ojos por varios segundos, parecía que me desnudaban. Se acercó peligroso a mí, una de sus manos se posó cintura, el ligero contacto derribó parte de mis defensas. La escena continuó hasta que se escuchó una voz llamándome.
-Em!- vi a Byron dirigirse a nosotros.
-Oh, buenos días- me aparté de Jack.
-Tú también llegaste tarde, es raro viniendo de ti- ignoró a Jack -me hubieras dicho y habría pasado por ti.
-No era necesario, me quedaba de paso- interrumpió el de ojos azules.
-Uno nunca sabe cómo actuará una persona extraña o qué intenciones ocultas tendrá.
-Bueno, pero tampoco se puede confiar en los amigos, a veces son más peligrosos y toma en cuenta que dejaron de hablarse por un tiempo.
Estaba sorprendida, el ambiente se sentía pesado y era incómodo, no quería que iniciarán una pelea.
-Que estás tratando de decir, imbecil? Que soy capaz de lastimar a Emily?- Byron se puso a la defensiva.
-No lo sé, dímelo tú, idiota- Jack tenía los brazos cruzados.
Ambos se veían enojados así que decidí intervenir.
-Vamos, Jack, se nos hace tarde- lo tomé del brazo y lo jale -Byron, también a ti se te hace tarde, nos vemos después.
Nos alejamos y ninguno pudo decir nada más. Afortunadamente. Jack se mantuvo distante, caminó unos pasos adelante y tenía los puños cerrados. Los pasillos se hallaban vacíos. Estaba a punto de entrar al salón y él me acorraló contra la pared, sus manos apoyadas a los de mi cabeza. Lo miré sorprendida, las palabras no salían de mis labios. La mirada de Jack era indescifrable e intimidante, nos quedamos así unos segundos que parecieron eternos hasta que suspiró.
-Escucha Em, no quiero que escuches lo que diga él, no le hagas caso sobre las cosas que diga de mí- apoyó su frente en mi hombro desnudo, el contacto hizo temblar mis piernas -por favor, confía en mi-.
Se separó de mi y me observó como si esperara una respuesta, caí ante sus ojos suplicantes y sonreí con calidez.
-No te preocupes, yo soy la que decidirá si eres un psicópata, o no.
Él levantó una ceja y una chispa divertida se reflejó en su mirada.
-Te parezco un loco?
-No lo sé, puede ser, tal vez- levanté los hombros, me puse algo seria-No tienes a alguien escondido en tu sótano, verdad?
Él rió bajo, yo sonreí.
Se separó y entramos al salón, ya había iniciado la clase. Pedimos permiso para entrar, el profesor señaló con la cabeza que nos sentáramos y nos escabullimos hacia dónde Ivy estaba sentada en rincón muy atrás. Había lugares vacíos que la rodeaban y los ocupamos.
-Por qué se tardaron tanto?- susurró la pelirroja.
-Una larga historia- contesté.
El resto del día, Jack se acercaba a mí y lo permití ya que me había ayudado en la mañana. Los tres hablamos de muchas cosas, aunque me había percatado que él evitaba hablar de su vida personal, era extraño. En la hora de la salida, caminamos y reíamos hasta que alguien me tomo del brazo. Giré con rapidez, era Byron.
-Em, puedo hablar contigo?- estaba serio.
Sus ojos verdes se clavaron en los míos y eso me intimidó, intenté no mostrarlo.
-Claro- me dirigí a los otros dos -vayan, yo los veo alcanzo.
-Okay, iremos a la cafetería que está enfrente de la biblioteca, te esperamos- respondió Ivy y miró a Byron con una sonrisa -deberías acompañarnos.
Ella guiño un ojo al rubio y después se alejaron, Jack lo había mirado de mala forma pero no dijo nada.
-Que ocurre? Estás actuando extraño- le hable a Byron levantando una ceja.
-Te dije que no te acercaras a él, por qué lo sigues?- sonó molesto.
-Yo no lo estoy siguiendo, si te das cuenta Ivy se junta con él y lo único que hago es no dejarla sola. Tengo en claro que es un poco misterioso pero no parece malo- crucé mis brazos sobre mi pecho -qué es lo que tanto te altera sobre él?
Él soltó un suspiro como si se hubiera rendido y sonrió cansado.
-No es nada, sólo me preocupo por ti-.
Acarició mi mejilla y alejó su mano.
-Por qué no te preocupas así por Ivy?- me ganó la curiosidad.
-Porque no parece mirarla como te mira a ti-
-Y como lo hace?
-Como si fueras su presa.
Era extraño ya que a veces sentía que Jack era como un depredador pero creía que mi amiga estaba en más peligro que yo.
Después esa platica extraña y tenebrosa, me despedí del rubio, le había insistido que nos acompañara pero él se negó, dijo que tenía algo pendiente por hacer. Fui a la cafetería en la que había quedado de verme con los chicos. Al llegar, Ivy llamó mi atención levantando los brazos bien alto, me senté en el asiento que estaba de frente a ella.
-Te tomaste tu tiempo- sonrió con picardía -Y nuestro sexy amigo?
-Estoy sentado justo a tu lado- respondió Jack.
-Oh no cariño, me refiero al otro sexy amigo-
-Tenía cosas que hacer así que no vendrá.
Ivy hizo un puchero, miré a Jack y nos sonreímos.

Mi Amado DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora