Capitulo 28

1.7K 145 0
                                    

Estaba de pie frente a aquella casa que traía miles de recuerdo que me aturdían. Me había dado cuenta que lentamente estaba regresando mi memoria pero que lo hacía de una manera lenta y dolorosa, como si me desgarraran cada parte de piel del cuerpo y luego quieran ponerla en su lugar nuevamente. Di un paso en falso e iba a caer de rodillas pero Jack me detuvo antes.
-Estas bien?- pregunto con clara preocupación.
-Si... solo... un mareo- susurre mientras miraba nuevamente la casa.
Las luces de la planta baja se encontraban encendidas y apenas unos susurros se escuchaban del otro lado de la puerta. Logre escuchar solo unos pocos.
-El llamó urgente y dijo que nos quería aquí en 15 minutos, donde está ahora?- se escuchó la voz de Ivy.
-Te dije que podía venir solo, no era necesario que...- contestó Byron.
-No te dejare solo, cuantas veces te lo voy a decir?-
-Son desesperantes, podrían casarse de una vez?- hablo Caleb.
Abrace mi cuerpo con fuerza y retrocedí unos pasos, por un momento sentí el impulso de salir corriendo de ahí y fingir que nada había ocurrido, pero ya no estaría escapando todo lo que me quedaba de vida. No lo haría. Jack pareció notarlo pues me abrazo con ternura y beso mi frente, ese contacto me pareció tan nostálgico que solo pude cerrar los ojos para disfrutar de ese efímero momento. Lo miré y este me ofreció una sonrisa que devolví al instante.
Vi como Jack daba dos pasos al frente y tocaba la puerta tranquilamente, yo me dirigí a su espalda y me refugie en esta apretando su playera entre mis dedos.
La puerta se abrió dando paso a la luz del interior.
-Por fin llegas! Pensé que tendría que seguir escuchando los regaños de Ivy!- se escuchó la voz de Caleb.
-No seas tan gruñón y amargado- dijo Ivy que estaba en el pórtico.
Trate de hacerme un poco más pequeña pero las cosas no parecían estar de mi lado.
-A quien traes ahí?- Byron apareció a la espalda de la pelirroja.
La chica parecía un poco sorprendida y se asomó un poco por encima del hombro de Jack. Este la detuvo haciendo que retrocediera un poco tomándola por los hombros.
-Chicos... les tengo una sorpresa enorme pero necesito que guarden la calma y que Ivy sea detenida por Byron en caso de emergencia- hablo mientras yo me mantenía oculta.
Ambos chicos se hicieron a un lado y regresaron al lado de Caleb.
-Te puedes dar prisa? O envejeceré- soltó Caleb de manera brusca mientras permanecía sentado en el sofá.
Fue entonces que Jack dio unos pasos al frente entrando a la casa y dejándome desprotegida en la entrada, di unos pasos al frente quedándome apenas separada del ojiazul.
Un jadeo de sorpresa fue lo único que escuche de parte de Ivy, se llevó las manos rápidamente a la boca mientras noté como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. El rostro de Byron se encontraba deformado por la sorpresa y el de Caleb era todo un espectáculo, tenían la quijada hasta el suelo. Pase una de mis manos por mi brazo contrario y desvíe la mirada. Tal vez no había sido muy buena idea ir, tal vez debí decirle solamente a Jack que me ayudara.
Sentí que en cualquier momento caería de rodillas bajo la mirada de ellos, la cabeza me daba vueltas de una manera insoportable y tenía delante de mi a varios de los "causantes" de mi estado, veía a los chicos pasar en mis recuerdos que iban golpeando en mi memoria haciendo que mi cabeza se sintiera explotar. Di un paso hacia atrás cuando Caleb se puso de pie.
-Emily?- susurro sin apartar su mirada.
Di otro paso atrás, podía sentir la culpa comiéndome los huesos.
"Te fuiste" susurro la voz en mi conciencia.
"Pero yo no sabía" traté de defenderme.
-Yo... yo...- mi lengua se encontraba adormecida, no era capaz de que las palabras salieran de mi boca.
-Emily- escuche a Byron decir mientras detenía a Ivy que parecía que en algún momento brincaría sobre mí derramando lágrimas.
"Tú no querías recordar, no querías regresar" ese pensamiento se enterró en mi e hizo a mi corazón estrujarse.
Di otro paso hacia atrás pero entonces choqué contra la madera de la puerta, no sabía en qué momento está se había cerrado pero así era.
Sentía como mis rutas de escape se cerraban.
"Has vivido cosas peores y mucho más peligrosas pero ahora no eres más que una chica asustada de enfrentar el pasado" me dije a mi misma.
Mis ojos se encontraban humedecidos mientras más y más recuerdos me destruían, invadían y conquistaban mi mente.
Mi hermano estaba acercándose más... un paso tras otro, lentamente. Como si el más mínimo movimiento brusco fuera a hacer que el conejo regresara a su madriguera.
Ya no podía huir por más que quisiera. No iba a correr.
Levante mi mirada encarando a Caleb que se encontraba solo a unos centímetros de mi, su expresión parecía tan abrumada de tantas emociones pero solo me abrazo. Me abrazo con fuerza y nada más.
-Estas viva- susurro en mi oído con alivio.
Yo sentí como las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos. Intente decir algo pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta solo dándole paso a un sollozo lastimero.
Mis sollozos comenzaron a transformarse en gritos de dolor, entre los recuerdos que rompían mi mente y el haberme reencontrado con mi hermano. Me dolía el pecho. Sentí las lágrimas de él caer en mi cabello mientras sus brazos me envolvían con fuerza.
Nadie nos molesto, nadie interrumpió. Solo estábamos Caleb y yo, nada más.
Cuando el ambiente se tranquilizó él se separó de mí y acunó mi rostro en sus manos.
-Donde habías estado?- me preguntó y vi como frunció el ceño -Emily, que fue lo qué pasó aquella vez? Pareces alguien completamente distinta-.
Yo solamente me limité a desviar la mirada. "No... todavía no estoy lista... no quiero enfrentarlo" me dije mentalmente.
-Yo... solo estuve haciendo unas cuantas cosas- dije bajo.
Fue entonces que escuche a Ivy.
-Te fuiste! No sabíamos si estabas viva o muerta!- la pelirroja lloraba a mares y trataba desesperadamente quitarse a Byron de encima -desapareciste y cuando te volvemos a ver matas monstruos y nos apuntas con un arma! Que carajos?!-
Cerré los ojos. Sentí una lágrima deslizarse por mi mejilla y en el momento que sentí cómo está moría en mis labios me juré que esa sería la última que derramaría de esa manera.
"Tiene razón... y por eso no deberías llorar... ella está llorando... tu hermano, tu mejor amiga... y tú estabas en la comodidad de no recordar" me recriminé.
Levante la mirada y le sonreí tiernamente.
-Perdóname por hacerte sentir así Ivy- ella se petrificó -Lamentó el haberme ausentado así... no recordaba nada-.
Ivy se separó de Byron lentamente y en esa ocasión él no la detuvo. Ella camino hacia mi mientras que mi hermano se apartaba, sus ojos azules demostraban esa tristeza que le lastimaba el corazón. Lo entendía. No había sido una gran amiga.
-Pensé que te había perdido, pensé que ya no regresarías, rogué porque estuvieras bien... no quería perder a mi hermana... no lo soportaría... y dos años pasaron... pensé...- su voz se quebró y se detuvo delante mío -pensé que ya no volverías...-
-Estoy aquí, sigo aquí- susurre y la abrace.
Ella enseguida utilizó mi hombro para romper en llanto. Yo acariciaba sus hebras rojizas mientras trataba de hacer que su llanto cesara por lo menos un poco.
Vi como los chicos veían la escena enternecidos. Los sollozos de la chica hicieron que mis ojos se humedecieran pero no me permití llorar, no hasta aliviar el dolor de mi mejor amiga.
Las imágenes de cuando éramos pequeñas pasaron por mi mente, cuando jugábamos, cuando estábamos en secundaria, en la preparatoria, cuando estábamos en la universidad, cuando salíamos de compras, nuestras pijamadas... todo me golpeo con fuerza haciendo que mis rodillas flaquearan.
Ambas quedamos hincadas en el suelo mientras nos abrazábamos.
El llanto de Ivy fue disminuyendo poco a poco hasta que no eran más que unos suspiros lastimeros. Nos separamos y nos ofrecimos una sonrisa como muchas veces lo habíamos echo.
Fue entonces que nos pusimos de pie y los tres chicos solo sonreían.
-Bienvenida a casa- me dijo Jack acercándose.
Sonreí entonces unas imágenes pasaron por mi mente. Jack se encontraba en una fiesta, yo estaba buscándolo junto a los demás y fue cuando lo encontré que sentí mi corazón estrujarse. Mi último recuerdo. Después la imagen del beso con Aura me hizo dar un traspié.
Los chicos se quedaron extrañados por mi repentino cambio de estado.
-Emily... estás bien?- pregunto Byron.
La escena a través de mis ojos donde estaba corriendo por varias calles sin detenerme hizo mi respiración más pesada.
-Preciosa?- Jack me tomo por los hombros.
El sonido de unas llantas y las luces de un auto cegaron mis ojos.
-Em- la voz de Jack.
Levante mi vista y me encontré con sus ojos azul eléctrico.
"Suéltame! No me toques!" Escuche mi voz entre mis recuerdos.
Me aferré a él con fuerza, no lo iba a soltar y escondí mi rostro en su pecho.
-No me vuelvas a traicionar, no lo soportaría y esta vez, por favor, no me sueltes- susurre con pesar.
Sentí como el cuerpo de Jack se tensaba al momento.
Sentí la pesadez de mi cuerpo. El dolor de mi cabeza fue abrumador. Tantas emociones que me hicieron caer.
Lentamente fui desvaneciéndome en sus brazos, la voz de Jack no podía llegar a mis oídos y lo último que vi fue una mirada de preocupación por parte de él.
Mis sentidos adormecidos me arrastraron por el mundo de los sueños donde me encontraba, estaba en completa oscuridad, mis muñecas y tobillos se encontraban atados por unas cadenas que no me permitían el solo moverme, mis ojos se encontraban vendados, mis oídos estaban alerta y al más mínimo sonido me giraba.
"Monstruo!" Escuche el grito de varias personas al unísono.
Sentí un escalofrío en mi cuerpo.
Intente levantarme pero solo conseguí que las cadenas me hicieran detenerme y volver a hincarme en el suelo.
"Eres un monstruo! Una bestia!" Escuchaba las voces susurrar a mi oído.
Negué rápidamente provocando que la venda se desacomodara dejándome apenas poder apreciar a mi alrededor, vi un cuarto con la paredes bañadas en sangre, está bajaba por estas que antes parecían ser blancas entonces sentí como el suelo bajo de mi desaparecía dejándome caer en algo que al comienzo creí era agua pero conforme fui hundiéndome lo que cubría mis ojos se fue con el flujo del líquido rojo que me envolvía. Estire una de mis manos buscando aferrarme a algo que me sacara de ahí pero ese lugar no parecía tener fondo. Solo me hundí.
Sentí el frío envolverme y al abrir mi boca unas cuantas burbujas salieron de esta.
Comenzaba a perderme, entonces un dolor casi insoportable fue lo que me hizo retorcerme en ese mar de sangre. Mi piel estaba siendo consumida como si de ácido se tratara.
Insoportable.
Veía mi piel borrándose hasta quedar en carne viva y la piel que había comenzado a generarse nuevamente. Poco a poco la piel que me había sido arrancada volvía a la normalidad.
No.
Era una nueva. No era mi vieja piel.
Lleve mis manos a mi rostro y después miré hacia arriba.
La oscuridad había desaparecido, había una luz al final. Comencé a nadar y flotar hasta la superficie.
Salí de ese mar.
Abrí mis ojos, parpadeando varias veces para acostumbrarme a la luz encontrándome en una habitación con paredes moradas. Era la mía. Estaba en mi habitación. Miré alrededor, todo estaba en su lugar incluso cuando yo había dejado un desastre.
-Dos años- susurre para mi.
La puerta de la habitación se abrió dejando ver a Jack y Byron que me veían preocupados mientras se acercaban lentamente a la cama.
-Que ocurrió?- pregunte una vez Byron se sentó a la orilla de mi cama.
-Te desmayaste- contestó el rubio -parece que no has estado del todo bien desde que llegaste... vimos las heridas... incluso algunas que parecen recientes-.
-Emily- voltee a ver al ojiazul -dime... qué fue lo qué te pasó estos dos años-.
Lo miré y no conteste enseguida pues no sabía por donde comenzar. Que debía decir?
Hey chicos! Estuve cazando monstruos y pasándomela de lo lindo con un hombre que no sé si es un demonio o un ángel caído.
-Me atropellaron... al salir de esa fiesta- hablé cuando la frase pasó por mi mente.
Ambos chicos se quedaron mudos.
-Yo...- me quede mirando un punto fijo -fui enviada a matarlos a ustedes-.
Los chicos parecían sorprendidos.
-Tenía que eliminarlos pero... no pude, no quería hacerlo-.
Entonces miré a Byron que me veía con los ojos bien abiertos.
-Sé lo que eres, estaba sorprendida pero me di cuenta que eso podría ser algo bueno y qué tal vez eso serviría de mucha ayuda-.
Vi como este trago saliva. Se escuchó una carcajada y ambos volteamos a ver a Jack.
-Parece que el lobito no sabe jugar a las escondidas- se burlo Jack.
-Pudrete- El rubio frunció el ceño y regresó su mirada a mi.
-Cuando fue que...- deje la frase a la deriva.
El chico parecía algo aturdido pero aún así contestó.
-Cuando me mude... un día en la secundaria tuve un proyecto largo y me quede hasta tarde en la casa de un compañero, iba de regreso a la mía cuando algo me atacó, desperté en el hospital con una mordida en el hombro y varios rasguños, los doctores me dijeron que había sido atacado por un animal, yo les creí pero después de un tiempo me di cuenta que no era así- tomo aire y lo soltó lentamente -No fue algo asombroso como te cuentan en las películas-.
Yo no apartaba mi vista de él, estaba sorprendida, mi amigo había sido transformado y aún así trataba de hacer su vida normal, no muchos podían hacerlo. Miré a Jack.
-Tu lo supiste todo el tiempo?- levante una ceja.
-El cachorro apesta a sorna, eso lo delato-.
Gire los ojos.
"Así que por eso no se podían llevar bien" me dije mentalmente.
Fue entonces que la seriedad volvió a llenar la habitación.
-Y ahora dinos qué eres tú?- dijo Byron mirándome fijamente.
-De que hablas?- dije levantando una ceja.
-Emily, puedes decir que todo está bien y que no te ha pasado mucho desde que te fuiste pero puedo olerte... hueles muy distinto, no como era tu aroma en la universidad- dijo Byron.
-Yo también lo huelo, está esencia es muy distinta, incluso me atrevería a decir que hueles como uno de nosotros- secundo Jack.
Mi garganta se secó. Que estaban tratando de decir?
No recordaba haberme convertido en nada, ningún rasguño, posesión o mordida que me cambiara. Nada.
-Preciosa- Jack se acercó a mi y se hincó a lado de la cama tomando mi mano, entrelazando nuestros dedos -cuéntanos todo, que fue lo que ocurrió, ni siquiera tu color de ojos es el mismo-.
-Que?- lo miré fijamente.
Entonces solté su mano y con rapidez me levante de la cama para después entrar corriendo al baño, dándome cuenta que mis ojos se encontraban de un color entre el grisáceo de siempre y un tono ámbar. Parpadeé y estos cambiaron de color, azul, ámbar en cada parpadeo y finalmente regresaron al gris de siempre. Parpadeé varias veces más esperando que volvieran a cambiar pero no fue así.
Que carajos había sido eso?
Miré mi reflejo viendo las oscuras ojeras que tenía bajo los ojos, unas cuantas líneas de viejas heridas que aunque hubieran sanado se mantenía la evidencia en mi piel, entonces por primera vez me fijé en mi cabello, tenía unos cuantos mechones blancos justo como lo había dicho Víctor y entonces unos ojos azul eléctrico estaban observándome desde atrás con cierta preocupación, voltee a ver al chico de cabellos negros. Yo sabía que tenía una mirada lastimera en mi rostro. No me había reconocido en el espejo. Esa... esa no era yo.
Camine rápidamente a él y me refugié en sus brazos, estos me envolvieron mientras que sentía como los labios de Jack depositaban un beso en mi cabello.
-Tranquila... yo estoy aquí- susurro.
Cerré mis ojos con fuerza, esperando que esa simple acción regresara el tiempo dándome cuenta que todo había sido una pesadilla. Pero no era posible.
Estaba ahí. Y tenía que enfrentarla.
Me separé del chico, nos miramos por unos instantes que parecieron una eternidad, él asintió y volví a entrar a la habitación con él siguiéndome, me di cuenta que habían llegado mi mejor amiga y mi hermano. Se encontraban sentados junto a Byron en mi cama, me miraban esperando que dijera algo. Trague saliva armándome del valor necesario y entonces sentí el brazo de Jack envolviendo mis hombros dándome esa fuerza que necesitaba.
-Yo... todo este tiempo me mantuve oculta- desvía mi mirada -no hice cosas muy buenas y tampoco me interesaba mucho recordar, solamente renuncié a esta vida-.
La mirada de Ivy parecía al borde del llanto y mi hermano había bajado la mirada mientras que Byron miraba un punto fijo en la habitación escuchando atento.
Tome aire y lo solté lentamente.
-Estuve trabajando con dos hombres los cuales se hicieron cargo de mi después del accidente, sinceramente disfruté de lo que hacía pero hasta hace poco comencé a sentirme extraña- sonreí de lado -ustedes siempre estuvieron tan cerca pero yo trataba de evitarlos inconscientemente, lo lamento-.
-Pero ahora te quedarás con nosotros, verdad?-  dijo Ivy.
Quería responder que si hasta que note que la luz del sol había comenzado a colarse a través de las ventanas, toda una noche fuera.
"Víctor!" Gritaron todos mis sentidos.
Tenía que regresar, Víctor estaba con Julián.
-No...- susurre mirando a través de la ventana -no puedo quedarme, tengo que volver-.

Mi Amado DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora