-Eres un puto.
-pero… me extrañaste.-me abrazó, rodé los ojos, bueno es cierto.
-sí… ni tanto.-fingí indiferencia, lo miré y este sonreía como estúpido.- ¿Qué?-pregunté.
-solo que… si la enfermera nos ve así pensará mal de nosotros como… “¡ay Dios, ¿Qué están haciendo?!”-lo último lo dijo con una voz chillona.-no sé tú pero… tengo una reputación que mantener, vi a la rubia que se babeaba por mí.-fruncí el ceño, locas enfermeras con hormonas. Rodé los ojos… ¿eso es una broma o algo así?, quité mi pierna de encima suyo.
-sí, ese puede ser tu chance de tirártela, espera me quito de aquí…- y me iba a levantar.
-nah. Que piense lo que quiera la pervertida esa.-me apretó como si fuera un osito. Me moví intentando zafarme. No pude. Puto ninja.
-okay…, no entiendo, se supone que debo quitarme o ¿no?
-no, no. Claro que no.
El aire estaba denso, y sentía el subir y bajar de su pecho, mientras pasaba mis dedos por su brazo que estaba envuelto en un yeso… escayola. Lo que sea. Lo había rayado y ahora tenía dibujos de cat-dog.
La curiosidad por cosas que no sabía me llenó.
-¿te molesta si te bombardeo de preguntas?-pregunté mirando el cielo raso.
-no… si yo también puedo preguntar.-suspiré. Buen trato.
-okay.-me alejé de él y me senté para quedar mirándonos frente a frente.-empieza…
-okay… no estaba preparado para esto.-sus ojos comenzaron a rodar por la habitación pensando, mientras el azul parecía volver a su estado normal, ni cansancio, ni dolor, solo el mismo mar de siempre.- si tuvieras que eliminar algún recuerdo de tu vida, ¿Cuál sería?
Se me despelucó el cuerpo. Bajé la mirada y este entendió.
Suspiró.-mala pregunta, yo también borraría ese.
Sabía que ambos nos referíamos a lo difícil de sorpresa.
-mejor comienza tú.-dijo él. Mirando a otro lado.
-¿Cómo es que si eres Zafiro, estabas es tu casa y en tu departamento a la vez? Y… ¿Cómo es que vives en ambos?
Frunció el ceño.-no vivo en ambos, uso el departamento cuando quiero pensar o escribir. O estoy angustiado, y también como punto para las cosas que me envían los lectores. Tú sabes…
-sí, claro.-asentí.- ¿Cómo es que te costeas una casa y un departamento?-se me escapó. Este casi rió.
-no me costeo el departamento, los edificios son míos.
Fruncí el ceño.- ¿son tuyos?
-ajá. Si no fueran míos, ¿crees que el señor Lloyd te lo hubiera regalado?
Fruncí el ceño aún más.- ¿Por qué no decírmelo?
-porque pensé que una cosa llevaría a la otra y descubrirías lo de Zafiro y bueno… ambos sabemos que hubo una época en la que yo no… no quería que lo supieras. No es que la gente lo sepa.
-¿tus hermanos lo saben?-pregunté entornando los ojos.
-no.-dijo simplemente.
-okay…-sentí como que era algo medio especial, o algo así. Quizá solo me lo quería decir a mí. Quizá.- ¿Qué harás en tu cumpleaños? Ya se acerca.
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Anónimamente Yo. ©
RomanceEl verdadero amor de Cloe es su escritor favorito. O eso cree ella. Compartir su amor por cantantes, bandas y su crush solo la ayuda a seguir escribiendo. Pero, ¿Qué tal si ve a un chico casi desnudo desde la ventana de su habitación? Quizá él es e...