Capítulo 8: Empapada de enojo.

41.3K 1.7K 161
                                    

Me miró de arriba abajo, pervertido, tenía esa mirada de imaginación.

¿tu novio?-preguntó Jean, miré a Zeev.

-él… yo…-por el amor de lo que más ames Kavanagh desenreda esa lengua.

-Zeev, su novio, si.-okay, comienza a considerar a Zeev tu amigo, vio lo horrible del momento, te salvó. Te debo una y un montón mas Cárdigan.

-wau, muy diferente a lo que solía gustarte.

-¿disculpa?, ¿gustarme?

-sí, decías que te gustaban los tipos inteligentes y creativos, como el tal escritor ese que tanto amas “Zafiro Z. C.”

-¿Qué te hace creer que tenías algo de eso?

-salías conmigo.

-no había nada mejor en la pecera, no quería estar sola en el estanque.

-Cloe, no discutas.-me discutió Zeev

Me agarré de sus hombros para llegar a su oído.

-que te quede bien claro Cárdigan, amo discutir, es mi fuerte.-le susurré

Jean siguió con sus palabrerías, intenté evitarlo cortésmente, pero la verdad un tipo así no se lo merecía.

Lo intente, enserio, juro que intente no ser grosera pero su conversación, estaba sacando de quicio.

-lo que no entiendo es por qué me dejaste así como si nada…

Esa fue la gota que derramó el vaso.

-¡¿Cómo si nada?!, déjame recordarte miserable cara de trasero que me invitaste a tu casa a tomar vino y “oh a quien sabe lo que surja”, y allí estaba yo, llegando tres horas temprano para ayudarte, y que veo ¡¡BAM!!, tú y la asiática cogiéndose en el suelo de la cocina. “Oh, pero Cloe es que como tú eras tan tímida y no querías lanzarte conmigo”, Dios sabe que le agradezco verte en ese instante por que de seguro aun seguiría estancada aquí, contigo pedazo de imbécil.-lo dije todo con tanta calma que eso lo asustó aún más.

-Cloe…-decía Zeev mientras sostenía la puerta del copiloto abierta para mí, me adentré, mis ojos escocían con las lágrimas de rabia por salir, idiota, y mil veces cara de trasero, lo odio con mi alma.

Suspiré.

Zeev no dijo nada y hecho a andar el auto. Las lágrimas no contuvieron más, obviamente no quería que me viera llorar y pensara: “oh si, llora por todo, llorona.” No quería eso, gente siempre pensaba lo peor en todas las ocasiones. Respira. Estira los dedos. Respira. Sonríe. No sucedió nada.

-eso fue algo poco esperado.-comenzó Zeev.- ¿ex novio?

-sí.

-¿Cuántos novios has tenido?

-no creo que quieras saber eso.

-intento ser amable preguntando, ¿te has involucrado con muchos?

-bueno con Jean, serían unos… solo Jean.

-¡¡oh por Dios!!, ¿eres una de esas niñas ternurita?

-¿ternurita?

-si tú sabes… que esperan a un solo chico toda su vida para pasarla junto a él, dejar flores rojas en su cama en la luna de miel.

¿Soy una ternurita?, claro que no lo soy, o intentaba no serlo, necesitaba vivir la vida, quería escribir sobre ello, pero a nadie le apetecía estar conmigo, y no es que exista algo tan interesante en mí.

-¿tenemos que hablar de esto Zeev?, ¿enserio?

-mira, solo digo que te servirá decir lo que sientes, tengo primas, sé que eso de hablar mucho les gusta.

Anónimamente Yo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora