La casa del brujo [COMPLETA]

━━ ✧Capítulo 2✧━━━━━

Buchanan se incorporó lentamente del sofá, caminó con continuos pasos hasta la entrada, tomó la manija plateada de su puerta y la abrió bruscamente, percatándose de aquella presencia no era otra que la de Erick Jordan, quien era uno de sus amigos.

Erick Jordan era un hombre de piel morena, era alto y musculoso, destacaba por su forma de jugar baloncesto, desde pequeño había mostrado interés por aquella área: el deporte.

Buchanan suspiró de alivio y lo jadeo fuertemente del brazo de su compañero, adentrando al hombre a su casa — Amigo, ¿Qué pasa? — le preguntó Erick con una sonrisa burlona, mientras daba unos pasos hacia atrás.

Buchanan observó confundido—  ¿Tú me has hecho una broma? — preguntó Buchanan.

Erick lo miró de una forma peculiar, una mirada de incertidumbre y confusión, estaba extrañado, así que solo respondió negando con la cabeza, pidiendo al mismo tiempo a Buchanan que se tranquilizará.

James se sentó de nuevo en el sofá,  trataba de relajarse, exhaló aire de nuevo y comenzó a contar desde el principio — Alguien entro a mi casa — dijo con un tono inquietante, mientras pronunciaba cada palabra, recordaba cada momento de aquella extraña mañana —. Hay un par de rasguños en la puerta principal — su voz se torno. Era más aguda e incluso se quebraba por los nervios — También recibí un mensaje — añadió—. Creo que alguien quiere jugarme una broma... o peor quiere hacerme daño — terminó de hablar, mientras pasaba sus manos por su cabeza.

Erick pasó algo de saliva, pues aquello era inquietante, aunque en aquella mañana en la que había tocado la puerta de su amigo, no se había percatado «de ningún rasguño o algún mensaje».

— No creo que sea ninguno de los chicos, me lo habrían informado — respondió Erick de forma seria —. Pero no te preocupes, Bucky; seguro que no es nada malo — añadió, mientras se acercaba a su amigo y colocaba su mano sobre el hombro de James — .Quizás fue alguien del vecindario, todo va a salir bien, mejor relájate y vamos a tomar un café — sonrió Jordan.

Erick también era amante del café, sobre todo del café Espresso, se trata de un café negro fuerte-logrado a través del agua hirviendo a alta presión que atraviesa los granos de café. De todos los tipos de café es el de más rápida preparación y sabor concentrado, y era aquello lo que más le gustaba a Jordan, además comenzaba a pensar que Bucky se estaba volviendo loco, por ello no quería permanecer más tiempo en aquella casa, pues si su amigo tenía razón, permanecer era lo bastante perturbador, tanto que prefería marcharse a otro lado y enfocar su mente en otra cosa.

Bucky lo miró con una sonrisa forzada, pues estaba muy preocupado, ni siquiera se atrevía a llamar a su familia, pues no quería alarmarlos, además ellos aún residían en Nueva York y en ocasiones era difícil localizarlos.

Bucky y Erick salieron de la casa mirando todo a su alrededor, las cosas lucían como siempre, parecía  que no había nada porque temer, se dirigieron hasta el café, era un pequeño lugar esquinado al final de la calle, la superficie era de color magenta, mientras las orillas tenía un purpura oscuro. En lo alto había un enorme letrero con unas letras doradas que decían "Harvey". La puerta era de vidrio y tenía un mensaje con la palabra: Bienvenidos. Al entrar se escuchaba el sonido de una campanilla que colgaba por encima de la puerta.

Jordan y James se adentraron, observando todo a su alrededor, justo al fondo en una de las mesas estaba sentado Robert.

Robert "Rob" era un muy buen amigo de Bucky y Erick, era un chico tímido, pero bastante confiable, además que era bueno dando consejos y escuchando. Erick y Bucky se apresuraron para sentarse junto a él, quien al verlos, los saludo levantando la mano, moviendo su palma en los aires.

— Que gusto verlos, chicos  — les dijo Rob con un buen gesto en su rostro, pues la presencia de sus amigos le alegraba. Bucky le lanzó una sonrisa fingida y no era que Rob no le agradará, simplemente el asunto de aquella mañana lo tenía muy pensativo, tanto que su mirada se nublo y se perdió ante el cristal del local, pues sus ojos estaban observando por todos lados y a todas las personas.

Bucky se encontraba demasiado ausente en sus pensamientos, se limitaba a conversar, no sabía ni en qué pensar, incluso ni siquiera escuchaba la charla entre Erick y Rob, pero finalmente volvió en sí cuando se acercaron a su mesa.