Lo que siempre me callé.

Palabras de mudos.

Estamos destinados a no ser.

Terminamos haciendo todo aquello que juramos no hacer.

Ni éramos cielo y queríamos llegar a atardecer,

No por tu culpa sino por la mía que todo lo que encuentro en ti lo vuelvo a perder.

Ya me maté más veces de las que me asesinaste.

Luchaste contra el viento pero con el fuego no aguantaste.

Con una flor me apuñalaste.

A mí del juego me descalificaste.

El tema no es la competencia,

El tema es lo que quiere el premio.

De qué sirven los trabajadores si no tienen un gremio.

Que si no te besaría, pues no te amaría.

Que si tú quisieras hasta mil estrellas alcanzarías.

Que si yo quisiera la Luna bajaría,

Que si tú pudieras tu corazón me entregarías.

Que después de un tiempo todo va aumentando tanto como disminuyendo,

Que la balanza está rota y la vives corrigiendo.

Que todos te preguntan "¿qué andas haciendo?"

Para después falsificar y decir que estas perdiendo.

Que después de un tiempo te das cuenta que no te miento.

Que no era lo que sentía sino lo que hacia con esos sentimientos.

Que al final la diversión se vuelve aburrimiento.

Que la paz si existía pero en modo ahorramiento.

El mundo se va pintando de un color que no existe.

Un color tan amargo, más que las escalas de grises.

Vivimos rogándole al cielo que nos ayude a ser feliz

Y cuando el cielo nos oye nos regala momentos y no los vivís.

Aunque no lo veas también existen colores dentro del gris.

Tú no disfrutas vivir, tú solo dices "me quiero morir".

Tienes todo para ser feliz, y no lo eres.

Y te das cuenta que la rutina no cambia papeles.

Que después de un tiempo no sabes ni qué quieres.

Que solo cuidas del pájaro para que después te vueles.

Que el amor no es lo que nos enseñan, sino lo que experimentamos.

Que los sueños son papeles que constantemente arrugamos.

Que el corazón no vale dinero hasta que acordamos

Que las mentiras se obsequian y el verdadero amor nos los ganamos.

Que si te importa más el cuerpo, pues soporta sus mentiras.

Que regalamos muerte y robamos vidas.

Que el beso se volvió solamente una de las caricias,

Y que el rose de dos almas verdaderas no se olvidan.

¿De qué sirve mostrarle al ciego las pruebas del sordo mudo?

¿De qué sirve la frontera si no tiene un muro?

¿De qué sirve apreciar si el respeto queda nulo?

¿De qué sirve amar si te causa un nudo?

Y después te darás cuenta que el no vidente no es el ciego,

Ciegos somos nosotros que nos hacen daño y no los vemos.

Ciegos somos nosotros que estamos al frente y no nos miramos,

Y no nos queramos aunque ojos tengamos.

Después te das cuenta que la ciega soy yo,

Que tiene todo para ser feliz y por ello lo soy.

Ciega soy yo que te tengo pero igual no te tengo a vos.

Que no quiere dos por uno, quiere tres por dos.

No es ciega la mujer que usa ese bastón,

Ciega soy yo que sé dónde están las piedras pero aún así me pego el tropezón.

3 de diciembre de 2017.