Y yo no tenía. En serio, en momentos me arrepiento por nunca hablar con nadie y de parecer que odio a todos cuando simplemente tengo sueño.

La clase empieza pero mi mente no está en conectada, en los único que pienso es en la hoja blanca pasando puesto por puesto, cada vez más cerca de mí.

Veo como la hoja suena, de solo eso me fijo, mi cabeza no logra descifrar lo que el profesor dice, mis oídos solo escuchan murmullos sin sentido.

Mi vista viaja del profesor a la hoja que está cada vez más cerca.

— ¿Alguien falta inscribirse?—Grita una chica levantando el papel. Al no haber respuesta la pasa a su compañero de al lado, el chico anota algo y al ver que nadie le pide la hoja, se levanta dejándola encima el papel blanco encima del escritorio del profesor.

Uff.

Dejo caer mi cabeza para atrás pensando en alguna solución. Pero, la única que alcanzaba ser algo factible, era la de ser sola, sola. Cosa que en este momento de mi vida, no quería.

Espero, hasta que el profesor termina su charla sobre el conductismo aplicado a la política para levantarme y darle a conocer mi posición.

Algunos grupos de amigos se ponen a hablar animadamente, mientras otros revisan sus celulares. Aquel pequeño break, que dio el profesor mientras ordena los temas por parejas parece aprovecharlo al máximo para no hacer nada.

Me levanto de mi asiento acercándome al profesor que tenía sus lentes medios caídos apoyados en su nariz.

—Profesor Kim— junto mis manos y sonrió— quiero plantearle un problema que tengo.

—No tienes pareja, ¿cierto?— me apunta con su dedo y baja su mirada nuevamente a la lista de parejas.

¡¿Cómo lo sabía?!

Aprieto mis manos evitando soltar un insulto.

— ¡SI! Es por eso que quería decirle si podía ser sola— muestro mis dientes, pareciendo ser simpática, cuando en realidad solo quería golpear su calva cabeza. El señor Kim levanta su cabeza, mirando sin un expresión aparente, parecía más que enojado o fastidiado, aburrido como si esta charla la hubiera tenido con más de algún estudiante.

—Has lo que quieras— me tiende la hoja con la hoja— inscríbete allí rápido.

Asiento la cabeza repetidas veces, como si esos gatos de juguetes que cuando le presionan la cabeza la mueven repetidas veces de arriba a abajo.— Gracias Señor Kim.— hago una reverencia y tomo el papel.

Apoyo mi brazo en una mesa vacía cercana para poder anotar mi nombre, cuando el chico que me estaba molestando estos últimos días me la arrebata de las manos.

— ¡Oye!— le grito dándome vuelta— ¿Qué haces?— pregunto cuando veo que él también está anotando algo— ¡La tenía yo primero!— intento quitársela pero su brazo lo tenía extendido impidiendo poder acercarme a él.

Doy unos pasos hacia atrás, para tomar fuerza con el único propósito de arrebatarle de su comodidad. Comienzo a caminar con rapidez pero cuando estoy a punto de lanzarme sobre Ten bruscamente él se levanta mostrándome una sonrisa y el papel en las manos.

— ¡Listo!—dice entusiasmado— Ahora tienes pareja.

— ¿Ah?— giro mi cabeza un poquito, haciendo notar que no entiendo lo que está diciendo.

—Solo mira Hee. —me entrega la hoja, la comienzo a leer. Kim, Park, Boo, Jeon. Hasta que llego a mí apellido —misteriosamente— junto al largo nombre de Ten

PERSONAL [Ten]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora