¿Qué está pasando aquí?

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No era realmente un alboroto de sangre, bueno, no en el momento en que se apartó de su cuello dejando paso a la curación y la solución del veneno que había Sido inyectado en su cuerpo en consecuencia de ser mordido. No era más que lo suficiente para que enfermara unos diez o quince minutos, sudara frío como si no importará realmente que él era un metamorfo y su alta temperatura solía eliminar todo virus infeccioso que estuviera en contacto con él.

—Jacob—Edward intentaba apartar al menor que caminaba desde el principio de los árboles—¿Estás bien?

Él cuerpo del vampiro estaba destrozado, él pequeño Neofito que fue tomado como carnada sollozaba mientras caminaba ha pasos tambaleantes. No estaba totalmente seguro de sí era un niño inmortal, olía como ellos, pero al mismo tiempo no era así. Desgarro un pedazo de su camisa para poder presionar sobre la yugular mientras estaba sanaba, la sangre no le parecía complemente cuativante en esos momentos, muchísimo menos cuando Carlisle salió por la puerta con un botiquín de primeros auxilios.

—Edward—le llamo tranquilo el rubio al ver como el de cabello cobrizo se negaba a dejar su puesto—, hijo—la palmada en su hombro le hizo levantar la mirada—. Ve con tus hermanos, yo cuídare de Jacob y él pequeño—señalo al niño que era cargado por un muy feliz (de la manera tétrica) Aro.

—Ve—su voz salió baja y aguda—todo estará bien.

—¿Es un niño inmortal?—la voz de Alice detuvo las tensiones sobre Billy que miraba ha su hijo con preocupación.

—Algo así—la voz fría del vampiro milenario hizo temer lo peor a los Cullen—, la sangre corre por sus venas.

Aseguro arrullando al menor con una canción de cuna Italiana. Porque no había nada mejor en el mundo que las nanas cantadas por las viejas madres de Italia que preservaban tradiciones mejor que cualquier otra cultura (menos la mexicana).

Bambino chi udero ochi
tesoro sono conte.

Jacob cerró los ojos aún con las manos de Carlisle deslizándose suaves y firmes por el punto de su yugular que ya estaba cerrando sin problemas algunos. Aunque pudo sentir la aguja sobre su piel para impedir que la sangre siguiera manchando su ropa.

ti prego di durme presto, 
io sono sempre, viccino te. 

Tu ci sogni sarano belli, 
tu ci sogni i sarano blu. 

Terminó durmiendo con el cuerpo un poco frío (más de lo normal en ellos) y con el aroma dulce de Edward en su nariz. Tenía un toque a bosque-dulce-hogar-tierramojada.

Ti guardano i cherubini 
o il piu bello sei tu. 

Oh... 
Il piu carino sei tu.

—¿Qué haces?—la voz suave y enojada de Edward le hizo levantarse de la cama.

Hizo una mueca de asco al ver los restos de sangre aún manchando su ropa y cuerpo.
Se sentía mejor y claramente lo estaba. Pero ahí, en el fondo sabía que no podría sentirse menos usado que en aquellos momentos de su vida. Ni cuando su padre le había mentido claramente con que se había imprimado de su difunta madre (¿Tenía cara de estúpido?).
No recordaba con exactitud mucho de lo que había sucedido aquel día en donde el almuerzo; casi cena familiar termino en un desastre de insultos mal aplicados, lenguaje machista y realmente vulgar que no era capaz de recordar con un claridad, no era porque le gustara evadir el tema. Sí por él fuera ya hubiera tomado a cada uno de los cachorros que estuvieron presentes (hasta su padre y Sam) del cuello para hacer que se disculparan de la manera más adecuada con los Cullen. Más bien era por el hecho del pequeño ataque que había tenido lugar luego de salir con Edward a calmarse un poco, su cuerpo tembló en esta impaciente, mientras sus manos jugaban con el mantel perfectamente colocado por Esme. Tal vez eran mentiras de su mente para alejarlo del momento realmente traumático de aquel día, como la sangre, los gritos, Edward tomándolo de los hombros con fuerza.

Podía recordar la voz de Aro entonando de manera perfecta y hasta hermosa una Nana Italia, de esas que las viejas abuelas tradicionales estarían más que encantadas de entonar les a sus nietos, niños pequeños que no serían capaces de dañar a una persona.

Bambino chi udero ochi,
tesoro sono conte.

ti prego di durme presto,
io sono sempre, viccino te.

Tu ci sogni sarano belli,
tu ci sogni i sarano blu.

Ti guardano i cherubini
o il piu bello sei tu.

Oh...
Il piu carino sei tu.    

Aro seguía cantando aún sobre los gritos de la familia. Pronto se encontró acariciando las sábanas de la cama con cuidado, sus dedos se enredaron en las colchas con fuerza, busco hundir su cara contra la almohada para volver a dormir. Pero sus manos picaban con ansiedad para poder limpiarse mientras Edward regresaba.

Se sentó en la cama sin preocuparse por ser descubierto desnudandose con calma, primero la camisa que ya no tenía caso conservar, la sangre aún no estaba seca, si pegajosa, pero nada que no pudiera quitarse con un buen baño. Tocó con sus dedos donde había tenido la mordedura de vampiro, nada, todo perfectamente en su lugar.

—¿Qué haces?—la dulce voz de Edward le distrajo de su trabajo.

—Me aseguro que no seas como Alexander Hamilton—soltó divertido señalando un lugar en la cama.

—No hay ninguna María Reynolds, no pienso casarme con Eliza—afirmo tomado a Jake de la nuca.

Sus largos y finos dedos de pianista acariciaron detrás con suavidad, jalando un poco su cabello.

—¿Y qué hay de Angélica?—se pego a su costado cruzando sus brazos por su cintura para tenerlo cerca.

—No tienes hermanas—empujo hacia él su cuerpo disfrutando del toque cálido.

—Tengo dos hermanas—afirmo divertido besando su clavícula por encima de la ropa—y normalmente negaría las cosas, pero es la verdad.

Las manos se deslizaron por debajo de su ropa haciendo un camino corto hasta el ombligo de Edward, mordió la camisa jugando con ella y jalando lo suficiente para dejar claras sus acciones.

—Eres un tonto—declaro apretando sus cuerpos lo suficientemente cerca gracias a la posición—no soy una versión brillante de Hamilton. Y tú sin duda no eres él John Laurens—lo tumbo a su lado en la cama—. Eres mi novio Jacob Black, él hombre de mi vida y futuro padre de los hijos adoptivos que tendremos.

Para el próximo capítulo tendremos Hard :b y quién sabe cómo salió. Solo se que mañana trabajo y sería malo no poder publicar. Mi Beta Jun-Asai es todo un amor, me ofreció memes cuando tuve un bloqueo de escritor.

La luna nueva (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora