Un padre

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El silencio alrededor de la mesa era insoportable, le parecía que en cualquier momento estallaría la bomba nuclear. Claro, cuando Jake le sirvió un poco de tequila no pudo evitar tomarlo de un solo trago y chupar el limón con sal con ganas. Carlisle le miraba con paciencia. Pero sus manos estaban tocando demasiado la orilla de la mesa, como si mirar comer a Billy Black fuera lo más interesante del mundo en aquellos momentos.

—¿Qué opinas sobre la relación de nuestros hijos?—Carlisle fue directo mirando a todos los invitados uno a la vez.

Billy le miró por encima de su vaso de vino que le había ofrecido la linda e imperativa Alice Cullen que le había frotado la mano contra su espalda para hacerle saber que ella nunca sería su enemiga en esa reunión familiar. Porque ya eran familia desde el momento que Jacob tuvo la imprimación con Edward. Las manos le temblaron y tuvo que dejar la copa en la mesa para evitar romperla.

—Mientras tu hijo mantenga la ponzoña lejos de mi hijo no tengo problemas—corto su filete como si no estuviera hablando de la marca que las parejas se daban al tener relaciones.

Carlisle enrojeció hasta las orejas mientras intentaba buscar las palabras adecuadas. No sabía exactamente si era por la vergüenza o sentir que estaban insultando a su familia. Jake cubrió su rostro con sus manos mientras las deslizaba por su cara intentando aplacar el sonrojo nervioso que le coloreaba hasta las puntas de las orejas.

—¿Qué pasa, cachorro?—le susurro Edward al oído, mientras cruzaba el brazo por la espalda baja dando caricias.

—Mi padre habla sobre marcarnos—susurro por lo bajo, con desgana y un un nudo silencio que dejó escuchar lo que hablaban.

Billy soltó el tenedor y cuchillo de manera poco elegante haciendo sonar los utensilios contra la vajilla de porcelana que se había comprado especialmente para aquella ocasión. La mano de Edward no pasaba de la espalda baja de su hijo, pero el beso dejado en la nuca demostraba que marcarse no era el menor de los problemas de los chicos. Miro al rubio enfrente suyo con el celo fruncido mientras que Sam evitaba hablar ante la disputa en territorio enemigo.

—Mi hijo nunca lastimara ha Jake—la voz le salió dura.

Aro miraba todo mientras platicaba con Seth, o lo más cercano a una plática con él menor ignorando le por Jasper que sostenía su mano entre las suyas para calmar de manera eficiente su transformación. Porque todos estaban pelando en la mesa.

—¡Nadie asegura nada!—entro Sam por primera vez en la conversación—, ¡Jacob nos atacó por defenderlo!

Seth miro mal al otro «Alpha» con un gruñido potente saliendo desde el finde de su garganta, sus ojos tomaron un color dorado y se soltó de las manos de Jasper para enfrentarse al inmundo lobo que insistía en inculcar miedo y desconfianza en Billy.

—¡Es su pareja!—declaron el pequeño lobo de la manada pegándole a la mesa con fuerza—¡Tenía que defenderla con las garras!

Alice le hizo una señal al menor para que se sentará y no prestará tanta atención a palabras vacías. Pero la que nunca se esperaron que se levantará para defender lo que ahora resultaba era parte de la familia fue Rosalie.

—¡Toca ha mi Edward o Jacob y juro que usaré tu pelaje de lobo como trapeador!—grito la rubia con los ojos brillando hambrientos y los colmillos listos para traspasar la piel delgada del cuello.

Su voz suave de Jacob no pudo escuchar por encima de los gritos de Billy, mientras Jasper se metía usando su don esperando calmarlos. Emett intentaba detener a Seth por los hombros con fuerza para que no se lanzará encima de Sam. Aro observaba todo maravillado por aquel despliegue de fuerza bruta que demostraba ser el metamorfo.
Edward siguió a Jake hasta la entrada principal dejando a Leah sentada mirando como todo se venía a bajo. Aún saliendo pudo escuchar de fondo algunas cosas.

—Sí se atreve a marcarlo contra su voluntad...—amenazo con fuerza Billy ignorando todo lo que había provocado.

—¡Edward no sería capaz!—el suspiro de Esme se perdió de fondo con toda la nueva familia pelando.

Jacob se desplomó en las escaleras apenas estuvo afuera. Edward se sentó a su lado acariciando su pierna con calma y susurrando pequeñas cosas lindas para que él lobito no se sintiera tan mal con todo el desastre que resultó ser ese pequeño almuerzo. Sus manos tomaron la barbilla con suavidad y sus labios se juntaron en un beso profundo, necesitado y anestésico para sus sentidos.

—¿Hmmm?—le miro aturdido cuando sus dientes mordierom su labio inferior.

—¿Por qué hablaba tu padre sobre morderte?—cuestiono al ver como sus hombros dejaban de estar rígidos.

Cuadro los hombros con calma y una sonrisa lozana deslizándose tan radiante como suprema. Porque no había fuerza sobre la tierra que le hiciera negar que tenía al novio más lindo cómo guapo del universo. Sus manos se buscaron a tientas y se enredaron con calma muy necesitada.

—Cuando hagamos el amor—esta vez no sé sonrojo al decirlo—si eres él dominante tienes que morder mi nuca—señalo con calma pero con las manos temblorosas—y como pasivo me toca morder tu cuello.

—¿Para qué?—cuestiono curioso, habían tenido toqueteos indecentes y una que otra vez sexo oral ya no le sorprendía.

—Es un efecto de sumisión, pero entre metamorfos.

El silencio no era incómodo cuando Edward no contesto ante aquello. Era más bien un silencio relajante, como si no dudarán que cuando llegara el momento Jacob estaría de cuerdo en estar unido (más que eso) al chico.
Beso su mejilla al verlo perderse en la naturaleza, hasta que un pequeño de no más de unos cinco años apareció entre los árboles lleno de sangre, la ropa rota y realmente asustado como si algo le persiguiera.

—¿Ese es un niño?—Edward sostuvo su mano de Jacob con fuerza, no quería que avanzará más de lo necesario.

—Edd, necesito ir a ver—soltó sus manos con calma—, mi deber es proteger a todos los habitantes del pueblo.

—No, Jake—le hablo mientras intentaba atraparlo con su velocidad—no es para nada seguro.

Todo sucedió demasiado rápido, el grito del menor aturdió a Edward y los sollozos del pequeño niño que apareció de la nada logro calmar las peleas dentro de la casa. Solo entendía que estaba intentando alejar al neofito del que ahora era su novio, y que había demasiada sangre para estar seguro de cómo actuaría con el menor que sirvió de carnada para el vampiro.

Hey! Actualizando, claro cuando me pierdo en memes mi adorable y servicial beta Jun-Asai me hace querer actualizar. Y no,no me presiona, es un Beta increíble. Así que :v este capítulo era una deuda pendiente y los memes no me dejaban actualizar. Amo la rana

 Amo la rana

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La luna nueva (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora