Capítulo 33

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Cuatro meses y medio.

Las últimas semanas fueron tranquilas. Tenía todo al día en la universidad aunque me costaba bastante concentrarme. Últimamente, tenía mucho sueño y quería pasar todo el día durmiendo. Y claro que no podía hacerlo. Era el último semestre y debía esforzarme.

Definitivamente mi vientre era de una mujer embarazada y todo el mundo lo sabía. La ropa que antes usaba, ahora ya no me queda. Subí pocos kilos a pesar de comer como un pequeño cerdo.

Estábamos con Tomi en la sala de espera del hospital para el control de este mes. Si todo sale bien, hoy sabremos que es.

-¿Ansioso?-le pregunto ya que veo como mueve su pierna.

-Bastante, quiero saber que es-me sonríe-¿Tu?

-Igual, espero que se deje ver-le respondo.

Pasan unos minutos y reviso mi celular. Todos están igual de ansiosos que nosotros por saber el sexo. Tengo mensajes de mis amigas, mis padres, la hermana de Tomás y algunos compañeros de clase.

-Smith-escucho que me llaman y guardo mi teléfono para ponerme de pie. Mi novio hace lo mismo y toma mi mano para dirigirnos hasta donde está el doctor esperándonos.

-Hola doctor-saludo entrando al consultorio.

-¿Cómo venimos Magui? ¿Algún problema en el último mes?-pregunta sentándose al frente mío en su escritorio.

-Por suerte no. He estado demasiado cansada pero nada más-le respondo.

-Bien, ¿mareos, nauseas?-sigue preguntando mientras anota en su computadora.

-Nada de eso-contesto.

-¿Cómo está tu apetito? ¿Está comiendo bien?-le pregunta ahora a Tomás. Claro que la segunda parte. No creo que le interese el apetito de mi novio.

-Demasiado bien-le doy un pequeño golpe en su hombro y el doctor ríe.

-Eso es bueno. Recuerda que comes por dos personas-asiento-Pasemos a la camilla y veamos si hoy ese pequeño se deja ver.

Hago lo que el doctor dice y me recuesto, dejando mi vientre al descubierto. Pone el frío gel y empieza a mover el aparato. Nos dice que todo marcha bien, lo cual me hace sentir aliviada. Tomás mira todo con mucha atención.

-Bien, ¿listos para saber que tendrán?-nos pregunta y los dos asentimos. Sigue observando a la pantalla hasta que sonríe y nos mira.

-¿Qué será?-pregunta Tomás.

-Tendrán una niña, felicidades-nos dice y empiezo a llorar-Los dejare solos un momento-se levanta y sale del consultorio.

-Tendremos una niña-digo sollozando. Tomás se acerca a mí y me besa.

-No sabes lo feliz que me hace eso amor-dice cuando nos separamos y lo abrazo. Es todo tan perfecto que quiero detener el tiempo aquí.

Cuando el doctor volvió, nos dio un par de indicaciones y salimos del hospital. Tenía varias llamadas de mi madre pero habíamos quedado que lo diríamos en el almuerzo con ambas familias reunidas. Sería la primera vez que se ven y espero que todo salga bien.

-Linda quiero llevarte a conocer un lugar-habla Tomás cuando subimos a su auto.

-Claro, ¿adónde?-le pregunto.

-Es sorpresa-me responde y lo miro mal. Soy demasiado curiosa y quiero saber todo. Pero sé que aunque insista, no me va a decir nada.

Veo que nos dirigimos al centro de la ciudad y mi curiosidad aumenta. Estaciona frente a un lindo edificio y eso me desconcierta aún más.

-Ven bajemos-me dice y hago lo que dice.

-¿Dónde estamos?-le pregunto tomando su mano. No me contesta y empieza a caminar.

Cuando entramos, saluda al encargado y nos subimos al ascensor. Marca el piso cuatro y sigue sin hablarme. Se abren las puertas cuando llegamos y salimos. Veo que hay dos puertas y camina hasta una de ellas. Saca unas llaves y abre.

Ahora entiendo todo. Es el departamento en el que viviremos. Es hermoso. Veo una pequeña sala con un televisor y un juego de sofás, del otro lado está el comedor. Sigo caminando y entro a la cocina. No es ni pequeña ni grande, tiene el tamaño justo que necesitamos. Tiene dos dormitorios, uno aún está vacío por lo que se que va a ser del bebé.

Vuelvo a la sala y veo un balcón. Salgo y me doy cuenta de la gran vista que tiene. Se puede ver toda la ciudad.

-¿Te gusta?-pregunta Tomás abrazándome por la espalda.

-Es perfecto. Me encanta mi amor-le contesto.

-No sabes el alivio que me da escuchar eso. Quería que todo sea de tu agrado-me dice.

-Lo es. Es hermoso-lo tranquilizó.

-Está listo para cuando tú te sientas preparada linda. Yo me mudare esta semana.

No habíamos hablado mucho de este tema entre nosotros en el último tiempo. Yo les había dicho a mis padres y mamá se puso a llorar porque estaba demasiado grande pero me dio todo su apoyo. Para mi sorpresa mi padre también. Así que ahora estaba en mí decidir cuando me mudaría.

-Si te digo que esta semana también, ¿me ayudaras con mis cosas?-le pregunto y veo felicidad en su rostro.

-¿Me estás hablando en serio?-asiento-Claro que te ayudare tonta, no tienes idea lo feliz que me pone escuchar eso.

-Seremos una familia-le digo.

-No dejas de hacerme feliz Magui-lo abrazo-Te amo.

-Yo te amo a ti. Gracias por esto, es muy lindo-le digo refiriéndome al departamento. Nos quedamos un rato en silencio, disfrutando de nuestra compañía.

-Será mejor que vayamos a tu casa-claro, el almuerzo.

-Sí, mejor. Así llegamos antes que tus padres-digo y nos dirigimos a la salida.

-Todo saldrá bien, relájate.

El departamento queda a unos diez minutos de mi casa. La ventaja de que este en el centro. Tomás estaciona en la entrada de mi casa y nos bajamos. Por suerte su familia no ha llegado aún.

-¿Qué será?-pregunta mamá apenas entramos la puerta.

-Me asustaste-le digo-Lo sabrás cuando estén todos.

-¿Ni una pista?-insiste.

-Nada mamá-le digo y tomo a Tomás de la mano para ir a la sala.

Al rato su familia llego y para mi suerte, todos se agradaron. La comida transcurrió entre bromas y demasiada insistencia por saber el sexo del bebé.

Mi madre y la de Tomás ya se habían puesto de acuerdo para ir a comprarle cosas. Me gustaba que todos se hayan llevado bien, ese era uno de mis miedos.

-¿Quieres que lo digamos ahora?-me susurra Tomás.

-Sí, antes de que me cansen con las preguntas-le digo y él ríe.

-Les diremos ahora antes de que alguien vuelva a preguntar-habla él y mira a nuestras madres. Ambas sonríen inocentes y miran atentas-Magui...

-Bien, será una niña-digo feliz.

Mamá pega un gritito y corre a abrazarme. Todos hacen lo mismo y nos felicitan. Ahora empiezan a preguntar el nombre y los miro mal. No pueden mantenerse callados un rato.

-Otra cosa más-digo cuando todos nos sentamos. Me miran esperando a que siga hablando-Nos mudaremos esta semana-todos vuelven a felicitarnos. Me alegra ver que ambas familias convivan. 

Siempre el mismo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora