✧ Capítulo 26

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El choque del metal de algún utensilio con una copa de cristal le hizo dar un pequeño brinco

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El choque del metal de algún utensilio con una copa de cristal le hizo dar un pequeño brinco. El sonido ni siquiera había sido lo suficientemente fuerte para conseguir asustar a alguien, pero por alguna extraña razón, Chloé tenía un mal presentimiento y la mínima cosa la ponía alerta en exceso.

El señor robusto que yacía en el fondo del jardín la miró con fastidio. Chloé sintió la pequeña chispa de molestia arder en su pecho pero prefirió ignorarla, direccionando su atención el anfitrión de aquel evento: Gabriel.

Si bien aquel señor había sido indiscreto, ella —por increíble que sonará—, conseguía entender la razón de su enojo: Chloé simplemente no encajaba en ese lugar.

El jardín de la mansión Agreste estaba abarrotado de gente adinerada e importante en el mundo de la moda y absolutamente todos, pasaban de los treinta años. André había obligado a su hija a asistir al evento, en su nombre, puesto que él estaría ocupado y no podía fallarle a su gran amigo Gabriel; o eso fue lo que le había comentado Jean-Jack cuando apareció en la puerta de su habitación con un precioso vestido de tela mikado celeste y unos tacones platas de punta.

Su padre ni siquiera había tenido la decencia de ir hasta su cuarto para informarle de aquello y eso sólo consiguió cabrearla más. Se hubiera negado a la orden de no ser porque, en ese caso, estaría poniendo en riesgo el trabajo de Jean-Luc y no quería perjudicarlo.

Ahora se encontraba en un evento de altísima clase, con un vestido tremendamente esponjado, unos zapatos que comenzaban a lastimar y el cabello tan libre que, debido al aire, terminaba por pegársele en los labios retocados por uno de los más caros lipsticks.

Sin duda deseaba salir de ahí, pero debía mantener las apariencias, por su padre; porque era lo que un Bourgeois haría.

—¡Buenos días a todos! —exclamó, con alegría. Chloé levantó una de sus cejas, pues no recordaba haber visto al señor Agreste tan feliz alguna vez—. No puedo expresar lo agradecido que estoy de tenerlos presentes en este evento tan importante para mí y para la compañía. Hoy, ustedes serán testigos del arduo trabajo y esfuerzo que realizamos en Gabriel's para poder mostrarles la nueva línea de ropa Noviembre 2018: «Lottie» —los aplausos no tardaron en hacerse esperar, pero Chloé no aplaudía. La revelación de la línea de ropa había conseguido que el corazón de ella diera un vuelco de ternura pura; Gabriel le había dedicado una completa línea de ropa a Charlotte. El anfitrión levantó la copa y todos lo siguieron—. Quiero brindar, en reconocimiento a todos ustedes, por siempre apoyar los pasos de la compañía. Gracias a todos los socios, amigos y compañeros. Gracias Bernard, por nunca desconfiar —El señor robusto que minutos atrás la había mirado fastidiado levantó más su copa, apuntando a Gabriel, con una sonrisa de oreja a oreja. Chloé viró los ojos. Detestaba a Bernard—, y gracias Audrey, por estar aquí... ¡Salud!

Chloé observó curiosa a la señora a la que Gabriel había nombrado al final. Ella le daba la espalda, pero aun así, alcanzo a percibir la blusilla de seda negra y su rubio cabello corto, debajo del sofisticado sombrero con líneas blancas y negras. Chloé no pudo verle el rostro, pero se recordó mentalmente que necesitaba comprar un sombrero tan lindo como ese.

stitches ↠ marichatWhere stories live. Discover now