37/37

1.7K 122 3
                                    

Daphne

Me arreglé para irme al despacho y a enfrentarme a las preguntas de mi mejor amiga respecto a los resultados. Ella no había ido a trabajar un día antes, así que no pude decirle nada.

Ella llegó sonriente como siempre. Se acercó a saludarme.

- ¡Hola! ¿Cómo estás? - me da un beso en la mejilla.

- embarazada- respondo con un tono medio burlón.

Ella abre los ojos y la boca en señal de sorpresa y da unos saltitos.

- ¿¡de verdad?! ¡No lo puedo creer! ¡Seré tía!

-estás más emocionada que yo- río un poco.

-es que me corresponde, es como si fuera mi bebé también. ¿No le has dicho nada a Harold?

-No todavía, quiero hacer algo especial para decirle y llegar a algún acuerdo.

- ¿para qué? Lo importante es que él lo sepa lo más pronto posible.

-pero...

-pero nada, hay que decirle pronto.

-eres increíble Miranda- le digo y ella ríe.

Vamos a trabajar pues teníamos muchos pendientes.

Harold.

Me llamaron de urgencias como a las 3 a.m, así que tuve que salir hacia el hospital. El caso era de un hombre que había sufrido un accidente por explosión y estaba muy grave.

Cuando llegué, ya tenían anestesiado al paciente y me puse a trabajar en una cirugía delicada pero necesaria, ya que el tipo había sufrido falla multiorgánica y temía por su vida.

La cirugía fue un éxito, salí del quirófano a las 6 a.m pues ya veía unos rayos rojizos del amanecer detrás de los cristales de la ventana enorme que cubría una pared.

Tenía un café en las manos mientras observaba hacia abajo de ese cristal, gente que dormía fuera en espera de noticias de sus familiares internados o recién operados.
Le di un sorbo y a mis espaldas iban pasando unas enfermeras con un carrito de historiales, el hospital empezaba con sus labores desde temprano para tener todo listo, bien pude regresar pero mejor me quedé.

Aún con mi café en mano, caminé hasta la sala de pediatría, donde estaban unos pequeños y sus padres. En el día no podía hacer este tipo de visitas porque siempre estaba ocupado y más en estos tiempos.

Saludé a las personas y los pequeñitos me veían con admiración y respeto sólo por andar con la bata puesta.
Los niños me agradaban mucho, así que me agaché delante de una niñita que lloraba.

-Frida calla o el doctor te regañará- dijo su madre y yo sonreí mientras la pequeña se secaba las lágrimas.

- ¿Te llamas Frida? - le pregunté con voz graciosa.

-Sí, Frida Anahí- respondió ella.

-Tienes un bonito nombre Frida- apreté su mejilla y su madre me miró con ternura.- ¿Con quién pasarás?

-Derma- dijo sonriente.

-Tiene dermatitis- interrumpió su madre.

-Ah, si te portas bien te sanarás rápido- miré a Frida.

- ¿En serio? - sus ojitos azules tomaron un brillo muy bonito.

-Sí, estarás bien y podrás lucir tu piel bonita cuando seas grande- pasé una mano por su rizado cabello. - ¿Cuántos años tienes? - hizo un 4 con sus deditos y yo le volví a sonreír y me despedí pues mi localizador empezó a sonar.

Buscábamos lo mismoWhere stories live. Discover now