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Miranda

Por la tarde del siguiente día Ian vino a visitarme nuevamente.

-háblame un poco de tu familia. Qué les gusta, qué no y todo eso- me pide.

-bueno... Somos gente humilde, mis padres viven con mi abuela materna. Tengo dos tíos en total y 4 primos mayores y menores que yo. Les gusta bailar y preparar comida, son fanáticos de la cocina créeme.

- ¿crees que yo les agrade?

-por supuesto, te das a querer y eres muy amable. A nosotros nos gusta eso.

- ¿van a estar presentes todos?

-probablemente.

-vaya...

- ¿y tu familia cómo es?

-mi familia es un poco especial, en particular mi mamá. No tengo hermanos y nadie más que mis padres viven en casa.

- ¿especial en qué sentido?

- mi madre es fanática de la limpieza y eso, ¿ya más o menos te haces a la idea?

-sí por supuesto- me muerdo el labio.

-pero fuera de eso mamá es una buena persona. Sé que podrán llevarse bien.

-eso espero.

Nos quedamos en silencio un rato y luego él vuelve a hablar.

- ¿ya te enteraste que Daphne y Harold viven juntos?

-sí lo supe, por eso Daphne ya casi no pasa tiempo conmigo- me río burlona.

-tiene nuevos compromisos que cumplir.

-y son valientes al lanzarse tan rápido.

-se quieren demasiado, yo creo que esta vez es la buena.

- ¿y tú quieres compromisos de ese tipo?

-desde luego, no bromeaba al decirte que te quiero ver todos los días de mi vida. Realmente veo un futuro a tu lado.

-yo también lo he pensado y creo que sería maravilloso- tomo su mano.

-lo será, siempre y cuando todo salga bien.

-y así será. No tengo dudas en que serás excelente.

-yo tampoco- me da un beso. -aunque ¿te gustaría estar con alguien que todo el tiempo está cansado? - bosteza.

-No tengo problemas, mejor así, puedo escaparme para irme de fiesta.

- ¡oye! - él pone cara de indignación y yo me río con ganas. -por supuesto que me vas a llevar si vas de fiesta.

-claro que no, serán fiestas para los que no están cansados- me burlé.

-aunque esté cansado a una fiesta nunca le diré que no.

Seguimos riendo y después él se queda dormido en mi pierna.
No quería levantarlo porque realmente sí se veía muy cansado.
Como pude me levanté para buscar una manta y cubrirlo.

En la mañana saldríamos a Ávila, así que también debería descansar.

Abordamos el transporte que nos llevaría a mi tierra natal, la emoción me estaba consumiendo y ya quería ver a mi familia.

Al llegar a Ávila, nos trasladamos a la casa de mis padres.

-espera- me toma de la mano y me detengo.

- ¿qué tienes Ian? ¿No me digas que ya te arrepentiste?

- ¿qué? ¡No! Es que me da nervios... ¿No les puedes mostrar una foto mía solamente?

Buscábamos lo mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora