27/27

2K 138 3
                                    

Daphne

Por la mañana desperté en el regazo de Fernando. Sacudí mi cabeza confundida, no me explicaba ni a qué horas me quedé dormida, pero al menos no estaba en el piso.

Mi amigo seguía dormido, eché un vistazo a mi móvil y ya eran las 9:00 a.m a ambos nos había pegado duro el sueño.
Arreglé un poco mi alborotado cabello y caminé a la cafetería por algo de comer.

Estando allí, me encontré con Williams.
—Daphne— me levantó la mano en saludo mientras se acercaba.

—Doctor Williams— lo saludé.

— ¿Qué tal todo? — Tenía una gran sonrisa dibujada en el rostro y quería saber el porqué aunque no fuera mi problema.

—Bien, me siento muy contenta por ver bien a Harold.

—Yo también y de verla bien, espero que no vuelva a pisar el hospital en mucho tiempo— rió.

—Espero lo mismo— hice una mueca.

—Bueno, debo irme le veré luego.

—Claro, pase usted— sonreí y él se retiró. Fruncí el ceño muy extrañada pues su radical cambio me sorprendió. Ayer estaba muy decaído y hoy era otro.
Me alegré mucho pues ya se merecía un poco de felicidad.

Harold

Despierto y veo a Fernando ahí dormido frente a mi cama.

Intento incorporarme pero fallo y suelto un gruñido que provoca que Fernando se despierte.

— ¿estás bien Harold? — se pone a mi lado.

—me siento inútil estando aquí, ¿cuándo me podré ir? — digo desesperado. Odiaba estar aquí y sentía que todo mi cuerpo estaba atrofiado.

—No lo sé con certeza. Pero lo que sí sé es que será pronto si tú pones de tu parte. Mejor que nadie sabes que esforzarte no es precisamente lo más correcto que debes hacer.

—pero ya estoy harto Fernando. Ya no quiero seguir dependiendo ni de Daphne ni de Ian ni de ti.

—No eres una carga si eso es lo que piensas. Todos hemos estado gustosos de ayudarte a mejorar.

—ya he dado suficientes molestias en 8 meses y no quiero que sean más.

—y no lo serán. Pero necesitas dejarte ayudar.

— solo quiero mejorar y ser el mismo de antes.

—para estar con Daphne.

Veo a otro lado y tenso la mandíbula.
—ella y yo no teníamos nada desde antes de mi accidente. Solo éramos conocidos.

— ¿y cómo es que llegaste a salvarla?

—Alessander la conoce, y sabía que ella y yo éramos amigos pero pensó que éramos novios.

— ¿nunca tuviste nada que ver con ella?

—No — suspiro.

— ¿por qué? Es una gran chica.

—lo es, pero no nació para mí.

— ¿qué crees que necesita?

—un hombre que no esté herido emocionalmente y que pueda darle la felicidad que se merece. Ha sufrido mucho y ya merece un poco de paz y amor en su vida.

— ¿no te consideras capaz de darle todo eso?

—por supuesto que no. Me ha dejado en claro que no soy lo suficientemente bueno para ella. Somos muy diferentes y seguramente lo nuestro no funcionará.

Buscábamos lo mismoWhere stories live. Discover now