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Maggie

Estoy sentada en el sofá de mi apartamento pensando en mi vida en general.

Me fui a vivir con mi tía cuando apenas tenía 16 años, mis padres no me quisieron aceptar por tener una orientación sexual distinta a la que ellos querían que tuviera, soy lesbiana, sí, me gustan las chicas, ya nada puedo hacer para cambiarlo, y en realidad, tampoco quiero hacerlo. Cuando me fui a vivir con mi tía, ingresé a un internado donde finalmente ahí terminé mis estudios, a los 18 años empecé a trabajar muy duro, mientras me preparaba para dar un examen y así ingresar a la a estudiar medicina. Tenía un horario muy organizado donde solo me permitía estudiar, comer, dormir y trabajar, mi vida social era nula, y bueno, apenas terminé con el internado conseguí trabajo y empecé a pagar una pensión, la verdad es que ya no soportaba a la hermana de mi papá. Todo ese año fue muy sacrificado, pero finalmente valió la pena, el cansancio, el esfuerzo y, en fin, todos los sacrificios que tuve que hacer. 

Con 19 años ingresé a la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, una de las mejores del país, con los buenos resultados que tuve durante la época escolar y ya luego el resultado del examen, me otorgaron una beca que costeaba el 50% del arancel anual, lo cual era genial ya que bueno, no iba a poder costear la carrera completa, pero con esa beca sí. Durante el primer año trabajé en una cafetería de la universidad y además en una externa, y ya desde el segundo año hasta el último mantuve esos trabajos y además realizaba mentorías y ayudantías para los alumnos de cursos menores, con todo eso me alcanzaba justo para todos los gastos que debía cumplir.

En los tres primeros años lo único que hacía era estudiar y trabajar, no salía con mis compañeras y compañeros, tampoco tuve pareja, y los amigos que tenía eran netamente de estudio, pero todo cambió al inicio del cuarto año de la carrera

Flashback

Ya era septiembre, se iniciaba el año académico, estaba a cargo de los mentores y ayudantes de segundo, tercero y cuarto año, y la coordinadora de las mentorías me dijo que se nos sumaría alguien, mencionó su nombre, pero la verdad es que nunca había escuchado hablar de ella.

Me encontraba parada al frente a 25 personas, son 9 por nivel, lo cual quiere decir que falta alguien, pero como ya estaba en la hora di comienzo a la reunión.

- Buenos días a todos, me presento, mi nombre es Maggie Sawyer, soy estudiante de cuarto año, y soy la encargada de las ayudantías y mentorías de la carrera hasta mi nivel. Espero que se sientan muy a gusto con el programa que tiene la universidad y...
- Perdón por la tardanza – entra una chica alta pelirroja. Era preciosa, es primera vez que la veo
- ¿Nombre? – le pregunto
- Alexandra Danvers – era la nueva ayudante, estaba cursando tercer año
- Bien, puedes tomar asiento – veo que se sienta de las ultimas en la sala
- Como iba diciendo, espero que se sientan muy a gusto con el programa de la universidad, si tienen cualquier duda o problema pueden recurrir a mi o a la profesora Kate Lincon para solucionarlo.

Seguí con mi discurso donde les presentaba cada programa específico correspondiente a cada nivel y asignatura, pero hay algo que me está molestando y es justamente la preciosa chica nueva, desde que entró ha estado pegada a la pantalla de su celular riendo en voz baja, en otra oportunidad no me habría molestado, pero este es uno de mis trabajos y puede que me guste mucho hacer bromas, pero aquí eso no corre

- Danvers – no me presta atención, pero todos los presentes se giran a observarla - ¡Danvers! – suelta su celular y este cae al piso
- ¿Sí? – dice sonrojada, es muy dulce
- Le quería pedir por favor si está tan interesada su celular que se retire de la sala debido que me incomoda que no esté prestando atención a lo que estoy diciendo – veo que arruga el ceño y me observa con cara malhumorada
- Tampoco es que seas profesora
- Tengo muy claro que no soy profesora, pero como expliqué antes de que llegaras, soy la encargada de este programa, y esta es una reunión que yo he organizado para poder orientarlos con respecto al trabajo que se debe realizar, así que, por favor, te pido el mínimo respeto los demás, que realmente quieren comprender lo que van a tener que hace – suelta un bufido y no dice nada – Continúo

Hospital Nacional (Supercorp AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora