[015]

1.8K 243 99
                                    

  "¿Té?" Alice ofrece con timidez, temblando de pies a cabeza y con una sonrisa a punto de convertiste en una mueca que dejaría en evidencia su temor. Harry está sentado sobre el sofá, con sus codos apoyados sobre sus rodillas y las palmas de sus manos contra su rostro; está agitado, a nada de explotar de ira.

Ella realmente no tiene idea del lío en el que se ha metido. Harry, sin lugar a dudas, le parece un hombre apuesto y divertido, pero estar a su alrededor cuando sus repentinos cambios de humor lo volvían insoportable no era algo que estaba dispuesta a tolerar. 

  "No, Alice. Me has ofrecido estúpido té cinco veces en la última hora. ¿Eres idiota? Sí, por supuesto que lo eres." Farfulla con rudeza, respirando cada vez más rápido y sintiendo la necesidad de alzar su mano para asestarle contra la mejilla y evitar que dijera una palabra más. "¿Por qué estás aquí, siquiera?" 

  "Ayer, cuando saliste del parque hecho una furia, tiraste de mi brazo hasta el auto. Tú me trajiste aquí. Y luego te encerraste en tu habitación, así que decidí dormir en el cuarto de huéspedes." Harry resopla cuando escucha su tono de voz mordaz y se coloca de pie. 

 "Deberías irte" Le mira expectante de pies a cabeza. No sabe porqué está con ella, en primer lugar. Probablemente fue un impulso bastante idiota de su parte desde que Alice se la pasaba parloteando sobre cosas que no le interesaban en lo más mínimo, ni siquiera sabía si tenían algo en común pero no le podía importar menos. "Ahora."   

Alice gira sus ojos y camina con rapidez, furiosa, hasta la cocina. Harry está actuando de manera soberbia pero definitivamente no va a mostrarse débil en su presencia; no quería, de ninguna manera, elevar su ego, así que decide replicar:

 "Desde que Louis te dejó te has vuelto mucho más insoportable, dios." Musita, tirando a su vez el pequeño plato y taza de porcelana en el fregadero sin cuidado alguno. Cuando regresa a la sala de estar, dispuesta a salir finalmente y terminar la conversación, Harry se interpone en su camino, bloqueando el paso con sus brazos extendidos y una mirada firme.

Se siente lleno de cólera, de vesania, y las últimas palabras proferidas en su contra lo acucian para estallar. Sin embargo, Harry se mantiene de pie aún, con sus manos temblando ligeramente y con la necesidad de desgañitarse hasta herir su garganta. La chica cruza los brazos sobre su pecho y alza una de sus cejas, adornando su fastuoso rostro una sonrisa cínica que vuelve loco a Harry, pero no de una manera agradable. 

  "¿Quieres que me vaya? Quítate de mi camino, entonces."   

Hacerle daño es lo único que quiere hacer ahora mismo. De alguna forma el saber que tiene el poder sobre alguien lo hace sentir bien, le hace sentir relajado y petulante, incluso cuando el sentimiento de culpa lo enervara un par de minutos después. Cuando Alice ve que el hombre con actitud de un mancebo no se inmuta en absoluto, decide dirigir las palmas de sus manos a su pecho para empujarlo levemente; pero las manos de Harry también actúan en defensa, colocándose en las muñecas de la chica y tirando de ella para aprisionarla entre su fornido cuerpo y una pared.

Y cuando ella observa sus ojos con la esclerótica rojiza y pupilas dilatadas, lo entiende todo. Pero ya es muy tarde para huir.

•     •     •

      Louis estornuda con debilidad por enésima vez en el día. Se siente agotado y lánguido. Su nariz está ligeramente roja y en su regazo sostiene una caja de pañuelos casi vacía. En la mesa de noche situada a su lado izquierdo yace una taza de té humeante y un par de pastillas blanquecinas que hasta ahora no han cumplido su cometido de aliviar la sensación de dolor en su cuerpo, ni evitar que estornude cada minuto. Piensa que tal vez éstas tarden en hacer efecto, lo cual lo hace perder la cabeza cada segundo que transcurre.

All Your Fault  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora