All Your Fault

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Louis y Harry están sobre el mullido sofá, acurrucados, viendo una película navideña en netflix. Harry está deslizando los dedos de su mano por el castaño y suave cabello de su pareja con lentitud, como si estuviera disfrutando del contacto. 

Han pasado dos semanas desde la última vez que Harry acorraló a Louis contra la pared y le hirió un poco físicamente; pero a pesar de eso, el ojiazul le ha terminado por perdonar, de nuevo, y recibió una linda cena en un restaurante lujoso. 

El rizado se ha comportado tan lindo en estas semanas que Louis se siente ligeramente sorprendido por su actitud. Se ha ofrecido a ayudarle a preparar la cena, a llevarlo al cine, a dormir acurrucados, y ha permitido el ''exceso'' de afecto y contacto físico al que está acostumbrado durante catorce días sin siquiera hacer ninguna queja. Louis llegó a un punto donde siente que con cualquier error que cometa hará enojarlo y perder los estribos de nuevo; como una bomba, una bomba de tiempo que no tardará en explotar.

Han permanecido en silencio durante más de una hora, pero ahora Louis comienza a sentirse terrible. Siente su estómago dar vueltas y el calor en su cuerpo se vuelve sofocante, así que se coloca de pie con rapidez, alertando a Harry con sus acciones, y corre hacia el baño. Harry frunce el ceño y camina detrás del pequeño cuerpo de su pareja, deteniéndose cuando escucha las arcadas de Louis resonando en el cuarto. 

Muerde su labio inferior con fuerza y suspira con cansancio antes de ingresar al cuarto de baño. Louis está arrodillado y temblando por completo. Éste, cuando escucha la puerta abrirse, inmediatamente se coloca de pie para bajar la tapa y limpiarse con un pedazo de papel higiénico. 

 "¿Te encuentras bien?" el ojiverde pregunta, arrastrando las palabras. Louis solo le mira incrédulo y tira de la cadena. 

 "Lo estoy ahora" responde simple. 

Harry se limita a asentir y salir para regresar a la comodidad de su sofá, no sin antes entregarle a Louis un vaso con agua. Cepilla sus dientes para deshacerse de ese nauseabundo sabor en su boca. Louis necesita una larga siesta al lado del castaño, pero está completamente seguro que negará su sugerencia al instante. Decide no decir nada y subir a su habitación. 

El silencio sepulcral le envuelve por completo. Su cuarto está decorado con un color sepia con bordes y esquinas en un tono blanco. Se siente frío y solitario. En las paredes cuelgan fotos de ellos sonriendo, fotos que le recuerdan al Harry detallista y amoroso de años atrás. Era una lástima que ahora ese Harry solo viviera en sus recuerdos.

Louis suspira con cansancio y se acerca a un pequeño cajón de su armario. Se coloca sobre sus rodillas con delicadeza y levanta las camisas coloridas que están dentro, buscando así un objeto de plástico que ha estado escondiendo desde hace unos días.

No puede evitar sentirse afligido y temeroso al observar de nuevo una prueba de embarazo positiva.