Cap. 15 | ¿Una Cita?

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Me despierto antes de que Ember lo haga, con cuidado, salgo de la cama y me dirijo al cuarto de baño.

Había olvidado que la noche anterior, en su ataque de crisis, se hirió a sí misma y ahora las gotas de sangre se encuentran secas y provocándome un dolor de cabeza que se siente como mil alfileres clavándose en mí cerebro.

—Mierda —murmuro, sintiéndome como un completo ser inservible que no puede hacer más nada que quedarse a la deriva en una situación como esta.

Odio sentirme así. Odio sentir que no puedo ayudarla, que no puedo salvarla de la agonía en la que está envuelta, odio no poder alejar su dolor.

Me meto bajo el chorro de agua y dejo que mi cuerpo se relaje, porque de lo contrario, voy a terminar haciendo una matanza en la oficina, necesito despejar mi mente, dejar que toda esta maraña de sensaciones se desenrede y me deje estar.

Tomo mi ropa del armario, me visto y salgo al pasillo, apenas bajo las escaleras y el olor a café recién hecho me inunda las fosas nasales.

—Buenos días Jesse —saludo a la chica, quien se gira dando un pequeño brinco.

—Bue... Buenos días señor Dixon, ¿va a tomar café?

—Sí por favor; y, ¿podrías preparar otro plato?

Sus ojos se abren con sorpresa. —Claro señor, lo que usted ordene. ¿Añado también el tocino?

—Añade un extra de todo lo que prepares.

—Bien, ya le llevo su plato al comedor.

Mientras desayuno, reviso algunos documentos para la junta administrativa que se llevará a cabo en el banco.

Treinta minutos después, Ember baja las escaleras y se aparece en la cocina. Sus ojos hinchados y el cabello parcialmente revuelto, su mirada va de Jesse a mí.

—Buenos días, dormilona —digo, tirando de ella para acercarla a mí.

—Buenos días. ¿Qué hora es?

—Seis y media de la mañana.

—¿Qué? —exclama—. Creí que sería un poco más tarde.

—Para mí lo es. Se supone que ya debería estar en la oficina y heme aquí.

—Lo siento.

—Está bien, cielo —la tranquilizo, acariciando su mejilla y apartándole un mechón de cabello rosa.

Nuestras miradas se encuentras y sé que ella aún se siente afectada por lo sucedido la noche anterior.

—Su desayuno está listo —anuncia Jesse, haciendo que los ojos de Ember vuelen directo a ella.

—Gracias Jesse —digo, empujando a Ember hacia el taburete.

—De nada señor, voy a ir a limpiar las habitaciones —informa, saliendo de la cocina y yendo en dirección a las escaleras con la cubeta y sacudidor en manos.

Ember la mira hasta que ella desaparece por completo, luego, sus ojos me miran con una expresión de desconcierto e interrogación.

—Ésa es Jesse —digo, señalando hacia las escaleras—. La chica de la limpieza viene tres veces por semana. No me mires así.

—¿No crees que es muy joven y bonita para ser solo la chica de la limpieza? —inquiere.

Una sonrisa tira de mis labios ante su gesto. —¿A caso estás celosa?

Ella da un respingo y posa sus ojos sobre el plato lleno de huevos revueltos y tocino. Tomo su barbilla y hago que me mire, sus ojos son tristes y pareciera estar un poco molesta.

Daddy Issues© #ProyectTMYLM |TERMINADA|Where stories live. Discover now