Cap. 09 | Dolor

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Karidis me mira con diversión y una sonrisa burlona en su maldito rostro de mierda, quiero partirle la cara, quiero destrozarle el cuerpo; no soy un maldito asesino serial, pero creo que, si me deshago de Karidis y de Jordan, le haría un bien a la humanidad.

Al otro lado de la estancia, Ember me mira con evidente enojo. Las lágrimas siguen rodando por sus mejillas y eso hace que mi rabia aumente un poco más.

—Darren... —Jeremy me mira con sorpresa e incredulidad—. ¿Qué demonios pasó? —sus ojos escudriñan todo a nuestro alrededor.

—No preguntes.

—¿Que no pregunte? Me llamas diciendo que necesitas mi ayuda, llego y te encuentro con el labio y la nariz rota, el ojo morado y la sangre que aún sigue deslizándose del corte en tu ceja. Y me dices que no pregunte —se queja.

Suelto un bufido de frustración.

—Darren Dixon —dice una voz a nuestra espalda.

Jeremy y yo nos giramos para encontrarnos con la mirada de Stephen Gonzales.

—Stephen —lo saluda Jeremy.

—Creí que el de la pelea habías sido tú —le dice, mirándolo con diversión.

—Lamento desilusionarte.

Stephen esboza una sonrisa. —Vaya Darren, espero que el otro haya quedado peor.

—Créeme que sí.

—Pasen a mi oficina —dice, mientras busca con la mirada a alguien más—. Oficial Parsons, envíe al otro.

Jeremy se sienta en una de las sillas libres y me ofrece la otra, Stephen se coloca detrás del escritorio y abre la carpeta que lleva en sus manos.

Segundos después, Jordan y Bruno entran a la oficina. Ambos me lanzan una mirada mordaz.

—Han llamado del hipódromo para denunciar un disturbio en sus instalaciones —informa—. ¿Alguno de ustedes quiere decirme qué fue lo que sucedió?

—Si me permite Capitán Gonzales, yo puedo decirle lo que pasó —habla Karidis.

—Lo escucho.

—Verá, mi cliente, el señor Jordan Bradshaw se encontraba conversando con su hija cuando el señor Dixon se le tiró encima golpeándolo.

—Esa es una maldita mentira —exclamo.

—Señores, cálmense por favor —Stephen nos mira fijamente con el rostro serio.

Karidis esboza una sonrisa de autosuficiencia, sé que está intentando provocarme y si no tengo cuidado y control de mi temperamento, caeré en su trampa.

—No estaba hablando con su hija —me defiendo—, Jordan la estaba golpeando y tengo testigos.

—En ninguna circunstancia le levantaría la mano a mi propia hija —exclama Jordan, haciéndose el ofendido.

—¿No? —inquiero—. Entonces no te molestaría que Stephen la llamara y la revisara —propongo, mirando a Gonzales.

Observo el pánico cruzar por el rostro de Jordan, sus ojos viajan a Karidis y en silencio le suplica ayuda.

—Llámala —digo, presionando a Stephen.

Él mira al oficial parado a su lado y le da una señal, el oficial apenas ha dado un paso cuando la voz de Karidis interrumpe su camino.

—Es cierto. Jordan le pegó a su hija —suelta—. Pero, vamos capitán, a veces hay que meter en cintura a los hijos, sobre todo cuando se lo merecen.

Daddy Issues© #ProyectTMYLM |TERMINADA|Onde histórias criam vida. Descubra agora