V | Escapatoria

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STEVE ROGERS PRACTICABA JUNTO A SAM WILSON EN EL GIMNASIO DE LAS INSTALACIONES, los dos muy absortos en derrotar al otro. Caminaban en círculos sin quitarse los ojos de encima a la espera de algún ataque, ansiosos y listos por dar pelea.

Sam arremetió primero. Saltó y giró para darle un puñetazo a su amigo, pero Steve fue ágil y con un sencillo movimiento lo esquivó, y con la misma agilidad y simpleza Steve le propinó un puñetazo allí en el costado derecho desprotegido, justo en las costillas.

A Sam se le fue el aire, pero trató de seguir luchando, pues no se iba a dejar perder tan fácil y tan rápido, pero el golpe había sido demasiado para él, a pesar de que Steve no había hecho acopio de toda su fuerza meta-humana. Por lo tanto, Steve aprovechó para taclearlo y tirarlo al piso, y antes de que Sam pudiese abrir la boca por una bocanada de aire, Steve ya lo tenía preso en una llave.

Steve se echó a carcajear cuando Sam hizo un sonido frustrado y lo ayudó a levantarse.

—El lado derecho es tu punto débil —le recordó Steve—. Tendrás que pedirle a Natasha que te ayude a perfeccionar eso.

Sam le dio un puñetazo amistoso en el hombro y Steve carcajeó otra vez.

—Eres un imbécil.

Entonces, las alarmas comenzaron a sonar.

Muy pocas veces las alarmas sonaban en las instalaciones de SHIELD, mayormente cuando se practicaban simulacros, pero ni Steve ni Sam habían sido informados de algún simulacro programado para ese día, así que tras compartir mirada significativas echaron a correr.

—¡Clint! —exclamó Steve cuando vio al arquero corriendo hacia ellos en dirección contraria, colgándose con agilidad su carcaj de flechas y su arco en mano—. ¿Qué está pasando?

—La niña sucedió —masculló entre dientes, y Steve y Sam se miraron una vez más—. Escapó.

Y como respuesta a lo que acababa de decir, al fondo del gran pasillo frente a ellos se escuchó un desgarrador grito que hizo temblar las paredes.

—¡Tenemos que detenerla! ¡Vamos!

Pero lo que ellos no sabían era que Lyann Evans había reservado fuerzas y energía para ese momento, y ahora mismo, ella era imparable.





Pero lo que ellos no sabían era que Lyann Evans había reservado fuerzas y energía para ese momento, y ahora mismo, ella era imparable

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Lyann esperó toda una semana para ese momento. Esperó para por fin ser libre de las esposas y darle rienda suelta al poder dentro de ella, a la asesina que HYDRA convirtió, y cuando usó su poderoso grito inhumano para romper el vidrio y salir con agilidad, respiró hondo y un suspiro de satisfacción salió de ella.

[1] Banshee | Civil WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora