III | Roto en tantos pedazos

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   LYANN QUISO REÍRSE, PERO MANTUVO UNA EXPRESIÓN SERIA MIENTRAS ANALIZABA AL CAPITÁN AMERICA. No obstante, todo esto se trataba sobre el Soldado del Invierno. Steve Rogers le estaba preguntado por él específicamente.

El Lobo Blanco era otro de los experimentos más exitosos de HYDRA, uno de los más letales y mortíferos dentro del sistema, un hombre que no parpadeaba al jalar del gatillo, que no dudaba en desplazar una mano a su cuchilla dispuesto a lanzarla, que tenía su puño metálico listo para destrozarte la cabeza de un golpe.

¿Cómo rayos pretendía Steve Rogers que ella sabría dónde estaría otro de los más exitosos experimentos de HYDRA? Muy pocas veces asignaban a Lyann con el Lobo Blanco para una misión, muy muy pocas veces, y cuando la emparejaban con él, el Soldado y la Muerte no se llevaban tan bien...

—El Soldado del Invierno —dijo Lyann luego de un largo silencio, saboreando las palabras junto a un toque analítico en ellas.

Steve Rogers suspiró y se talló el rostro; estaba frustrado, dedujo Lyann.

—¿Sabes dónde está?

—Es una pregunta muy peculiar la que me hace, Capitán —Lyann entrecerró los ojos hacia Steve—. Y no, no sé dónde se encuentra, para su desgracia...

Algo pareció apagarse en los ojos del súper-humano, sin embargo, dijo con voz cortante:

—Mientes.

—¿Por qué habría de mentir, Capitán? —Lyann ladeó la cabeza.

—¿Tal vez para salir de aquí más rápido? —comentó atasha Romanoff, quien Lyann se había olvidado de que seguía ahí parada frente a ella.

—Tengo el presentimiento de que no saldré de estas instalaciones por un buen tiempo, Viuda Negra.

Natasha sonrió a medias.

—Astuta.

Lyann inclinó levemente la cabeza en agradecimiento mientras sentía la intensa mirada de Steve Rogers. Luego miró a la lluvia que ahora caía suavemente en el exterior y se olvidó de que dos potentes agentes de SHIELD estaban frente a ella, susurrándose cosas el uno al otro, hasta que decidieron salir para discutir sus opciones.

Steve Rogers le había preguntado sobre el Lobo Blanco, y aunque fuese muy normal que un agente de SHIELD pregunte por alguien de HYDRA, Lyann estaba segura que las razones del Capitán América no eran más que razones muy profundas y personales. Lyann lo notó en sus ojos, cuando vio ese brillo extraño de esperanza en sus ojos azulados.

La puerta se abrió nuevamente y Steve Rogers entró, esta vez solo.

—Muy bien, ahora que estamos solos —Steve se volvió a sentar en el sillón donde Lyann lo había encontrado cuando despertó—, puedes decirme dónde está Bucky.

Lyann no se molestó en ocultar la curiosidad.

—¿Quién demonios es Bucky?

—¿Quién demonios es Bucky?

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[1] Banshee | Civil WarWhere stories live. Discover now