Cap.4 Perfección

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SHERWIN

Había pasado una semana desde lo ocurrido y he notado que Jonathan ha seguido triste desde ese entonces, pero lo oculta cada vez que yo estoy cerca. Me partía el alma ver esto...

Me he puesto a pensar-

<< Oh felicidades Sherwin, pensé que no lo hacías >>

Uy que chistoso.

Me he puesto a pensar en lo que dijo Sol Piedad, ella dijo que no podemos adoptar a un niño tan pequeño por lo que somos, y también dijo que si nos interesa, podemos adoptar a uno más grande. ¿Estará Jonathan de acuerdo?

<< ¿Por qué no dejas de darle vueltas y se lo dices? >>

Me dirigí hasta nuestra habitación y al abrir la puerta noté como la mirada de Jonathan se encontraba perdida por lo que no se dió cuenta de que estaba parado en el umbral de la puerta.

- Jonathan - lo llamé. Este se espantó un poco y me miró de inmediato.

- ¿Q-Qué pasa cariño? - dijo este con una sonrisa.

- Quería hablar contigo de algo...

- ¿Querías? - dijo este arqueando una ceja.

- Quiero - corregí - ¿Recuerdas lo que dijo Sol Piedad?

- ¿Qué exactamente? Porque habló demasiado... - dijo este mirando el suelo.

- Dijo que si nos interesa... - hice una pausa para tomar su mano - podemos adoptar a un niño más grande - dije con una sonrisa. 

- ¿E-En serio? ¿Te gustaría? - dijo este con un brillo en los ojos, ese brillo que me volvía loco de amor por él.

- ¡Claro que si! Sería muy lindo... - dije dándole una cálida sonrisa a lo que este la devolvió al instante - Si quieres, podemos ir mañana mismo.

- ¡Si, si, si! - dijo este tan entusiasmado que se lanzó encima de mi para hacerme cosquillas, cosquillas a la Jonathan como él les decía.

Jonathan empezó a repartir besos en todas y cada una de las pecas que se encontraban en mi rostro haciendo que empezara a reír.

- ¡N-No! ¡Para Jonathan! - dije entre carcajadas.

- Solo uno más - decía este mientras seguía besando todas mis pecas.

- ¡Ya basta! - dicho esto le pegué una patada en el abdomen haciendo que este caiga de la cama. Me incorporé al instante para ver si Jonathan se había dado un mal golpe.

- ¿E-Estás bien Jonathan? ¡Lo lamento! - dije al ver como Jonathan acariciaba el abdomen.

- C-Claro que estoy bien... ¿Acaso Jeremy y tú se reúnen para refrescar sus técnicas de karate? Vaya que tienes fuerza - dicho esto solté una pequeña risita.

(...)

Al día siguiente

Jonathan y yo ya habíamos llegado al orfanato St. Christopher's Hospice y antes de bajar del auto Jonathan suspiró pesadamente y yo puse mi mano sobre la suya.

- Tranquilo amor, todo estará bien - cuando dije esto Jonathan sonrió y plantó un beso pico en mis labios para que acto seguido bajaramos del auto.

Entramos en la recepción y saludamos a la monja que se encontraba en la recepción el otro día y seguimos hasta el lugar en el que estaban todos los niños la semana pasada. Al entrar todos los niños nos miraron de arriba hacia abajo y regresaron con las actividades que estaban haciendo. Pero mi mirada se volvió a fijar en ese niño de cabello azabache, piel parecida a la de Jonathan y lentes oscuros, este al ver como lo miraba se acercó corriendo hasta nosotros y sacudió su pequeña mano en forma de saludo.

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