CAPÍTULO VIII

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Estaba molesto con su superior, por la culpa de cierta llegada del detective del Oeste redujo el número de robos diarios, ahora eran solamente dos y tenían menos de una semana para que Aoko regresara de su misión. Él quería derrotar a la organización antes de que ella regresara, era una meta alta pero no difícil de alcanzar. 

Kudou y Hattori habían estado analizando durante dos días expedientes, registros, videos y fotografías tomadas de los atracos, ya que aunque había la participación de algunos miembros de la organización en cada uno de ellos y desde que las bocinas receptoras que les dio Aoko su misión se había vuelto más sencilla ya que sabían el lugar donde atacarían o un aproximado. Su método de trampa y captura había dado grandes resultados, las primeras veces si capturaron miembros de alto nivel jerárquico dentro de la organización pero cuando vieron que sus planes empezaron a fallar solamente mandaban carne de cañón, durante todo este tiempo nunca tuvo señales de Snake.

Cuando creía que la fortuna le había abandonado, la suerte le sonrió otra vez. El comisario Nakamori le dijo que tenía información referente a los asesinos de Aoko, realmente le asombraba que él se hubiera adentrado en la investigación de esa organización delictiva, pero pensándolo bien, el comisario Nakamori era un hombre con un alto grado dentro del cuerpo policial así que podía acceder a información que ni Kudou ni el FBI podría tener ya que ellos estaban trabajando fuera de su jurisdicción así que tenía la esperanza de que la información que le fuera a presentar sus superior tuviera una pista del paradero de ellos.

Estuvo durante más de tres horas observando videos y fotografías con Hakuba ahora entendía lo que sentía Kudou en sus largas horas de investigación, prometía no reclamarle otra vez sobre su decisión de solo hacer dos atracos diarios. Ya estaba por el enésimo video de Snake caminando por la calle, cuando se percató de un establecimiento, la cámara no lo había filmado saliendo de ahí pero el nombre era algo que lo relacionaba completamente con la organización y que esa puerta estuviera un poco abierta era una señal volteo a ver a su compañero y él también llegó a la misma conclusión y si lo relacionaba con lo que le dijo Aoko cuando se encontraron ahora lo veía más claro.

Se despidió del comisario Nakamori, esta era una lucha en la que él no debía participar si bien Aoko se sacrificó por los dos, lo hizo más por él y no soportaría que su eterno rival se vea implicado en la detención de esa extraña organización ya que sabía el riesgo que implicaba.

−Descansen –se despidió de ellos en la puerta.

−Buenas noches comisario Nakamori –respondieron ambos al unísono, para después emprender camino a la casa del policía mago.

−Kudou –le llamo por teléfono una vez que había ingresado a su hogar, a pesar de que solían estar siempre conectador por el audífono y el micrófono, desde que Hakuba y Hattori se unieron al grupo ya no lo utilizaban tan seguido.

−Kuroba –le respondió enseguida.

−¡Hemos encontrado la guarida de la organización! –gritaron los dos al unísono, que no daban fe de lo que escuchaban.

−¿Qué? ¿Cómo le hiciste? –cuestionó su superior.

−Te dije que hoy analizaría documentos que el comisario Nakamori tenía.

−Cierto –recordó lo que había escuchado antes de quitarse el transmisor.

−¿Y tú como los encontraste?

−Intente rastrear las ondas que recibe la bocina que nos dejó tu novia, además de ver posibles lugares sospechosos.

−Una joyería con el nombre de Pandora –volvieron a decir al mismo tiempo.

Cuida tu sombrero mágicoWhere stories live. Discover now