CAPÍTULO VII

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Ya casi se concluía la cuarta semana de robos consecutivos de Kaitou Kid, aunque estaba feliz de que su eterno rival haya regresado después de ocho años, tal y como lo hizo la última vez, pero la edad ya no le permitía emocionarse como antes, se cansaba más rápido y por eso no podía estar en los tres robos del día, por consecuencia dejó cargo a sus mejores subordinados quienes en más de una ocasión lograron acorralar a Kaitou Kid: Kuroba Kaito y Hakuba Saguru. 

Ellos dos eran jóvenes de gran habilidad, casi podía asegurar que eran unos genios y aunque al principio no se llevaran bien, hace unas cuantas semanas atrás su relación cambio o eso era por momentos. Había veces que los podía ver hablando muy bien entre ellos e inclusive intercambiando ideas para modificar las trampas para el ladrón fantasma y otras ocasiones que peleaban como si se tratasen de perro y gato.

Pero el regreso del ladrón no solamente le traía felicidad y emoción a su vida, también le recordaba que hace ocho años perdió a su hija en un robo de él y entiende que no fue su culpa que inclusive le pareció ver preocupación en su rostro cuando ambos se dieron cuenta que esa joven se encontraba entre sus subordinados y aquellas extrañas personas vestidas con gabardinas negras atentaban contra su vida, incluso le pareció ver en su rostro la intención de interceptar la bala por ella pero no le dio tiempo.

Durante los ocho años pasados se dedicó a recolectar información de esas extrañas personas, pero lo único que encontraba era lo que las cámaras lograban captar de ellos porque en el sistema no aparecía nada, observó el folder donde recolectaba información por última vez antes de marcharse a su trabajo y una idea cruzó por su mente.

"¿Y si le pido que Kaito kun y Hakuba kun revisen los expedientes?"—pensó al momento que cerraba la puerta de su hogar, e inclusive se dio cuenta de que su vecino y subordinado también salía camino al trabajo —. Kaito kun —intentó llamarlo pero este no le hizo caso, se veía muy concentrado.

—Sé que estas muy ocupado y por eso serán nada más hoy dos pero... —escuchó la conversación que llevaba tal vez consigo mismo ya que no le veía ningún artefacto de comunicación —, entonces mañana serán dos, hemos estado trabajando así toda esta semana y se supone que es la última —Eso se escuchó como un reproche —. Pero está bien entendido superior.

"¿Kaito kun es subordinado de alguien más?" —se cuestionó dudoso, pues él era el único responsable del segundo escuadrón de antimotines, no había nadie más en los rangos jerárquicos entre él y sus subordinados —. Kaito kun —le volvió a llamar, pues se le estaba haciendo incomodo seguirle y escuchar su conversación —. "Tal vez el que tiene doble personalidad es Kaito kun y eso hace que se lleve de varias maneras con Hakuba kun". —Se le ocurrió esa teoría.

—Comisario Nakamori. Buenos días. —Sabía que no fue por su llamado que lo saludó, más bien se percató de su presencia —. ¿Ocupaba algo? ¿Quiere que nos vayamos juntos en mi coche? —cuestionó al momento que sacaba las llaves de su medio de transporte.

—Aceptare la oferta con mucho gusto —respondió y es que caminar hasta la estación más cercana se le estaba volviendo una fatiga debido a su trabajo extra —. Aunque también hay otra cosa que quiero pedirte —expreso cuando ambos caminaban hacia el vehículo.

—Dígame una vez que estemos en camino —pidió y se dio cuenta que su subordinado utilizaba muchas medidas de seguridad y que siempre estaba con la guardia en alto e inclusive volteaba a ver muchas veces a su alrededor con total disimulo, pero él que era un oficial veterano sabia de eso.

"¿Será qué está amenazado o algo por el estilo? —pensó al ver su comportamiento extraño, pero acepto las atenciones que le estaba dando.

Cuida tu sombrero mágicoWhere stories live. Discover now