No es un hasta luego es hasta pronto

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Después de la conversación todo volvió a la calma, aun no se si realmente entendió porque lo hacia pero me consuela decir que no se interpuso.

 Estos tres días fueron maravillosos a su lado, no me ha dejado ni un segundo, se ha cansado de hacerme promesas y que me estará esperando, que si tardo en volver no dudara de irme a buscar  aunque me esconda en el fin de la tierra, allí estará para encontrarme.- sonrió al recordar cómo me había hecho el amor, con ternura, despacio  parecía que quería congelar el tiempo que nunca se acabase ese momento mágico , sabía que no quería despegarse de mí pero era la mejor decisión poner tierra de por medio para que nuestros sentimientos se asentasen.

El equipaje ya está totalmente guardado y ordenado, la maleta está al lado de la puerta de la habitación, hace una hora lo convencí para que me dejara sola un ratito, creo que esta apunto de llegar por eso aprovecho para mirar  por última vez por la ventana, Barrie estaba iluminada debido a que era un dia con niebla, dicen que pronto empezara a nevar, que pena que no la haya visto vestida de blanco  pero bueno siempre podrá ser en otra ocasión.

A mi mente vienen recuerdos de mi llegada, parece que siento los nervios que me invadian el dia de la  presentacion, imagenes de la gala pero sobre todo mis ojos azules como el más intenso de los zafiros, su sonrisa y sus palabras en el momento en que nos encontramos  - lo has logrado nunca dude de que llegarias- el primer beso y la primera vez que nos dejamos llevar y disfrutamos el uno del otro. 

-Lunita estas lista- me pregunta Angel.

- Si, ya voy

Me rodea por la cintura y deposita un dulce beso en el cuello justo encima de la yugular, hace que me estremezca.

-Amor, no puedo impedir que te vayas, pero no me olvides.- su voz denota un tristeza palpable que me cala hasta el fondo de los huesos.

-Cielo, no me olvide en años y piensas que lo voy hacer en los días que esté en casa.- me echo a reír y él me sigue, nos comportamos como auténticos adolescentes.

Suena su teléfono

-Vale Jorge, ya bajamos.

-princesa, Jorge nos está esperando y aunque son las dos de la tarde tenemos un pequeño viaje hasta Toronto y está empezando a nevar.

Sin mas cojo mi bolso mientras el coje mi pequeña maleta.

Salimos de la habitación mientras  cierra la puerta aprovecho para mirar dentro una última vez, quiero guardar en mi retina absolutamente todos los detalles, nos adentramos en el largo pasillo para tomar el ascensor.

Un amable botones nos recibe y nos regala un dulce sonrisa. 

-Buen viaje señora, esperamos que la estancia haya sido de su agrado.

Hemos llegado a recepción, firmo la baja de la habitación y entrego la llave.

Fuera como siempre esta su fiel amigo Jorge esperandonos apoyado una vez más en el coche con un paraguas abierto para venir a nuestro encuentro. Acomoda mis pertenencias en el maletero del vehiculo, mientras entramos en el mismo y nos acomodamos para recorrer el trayecto que nos separa del aeropuerto.

Avanzamos en nuestro recorrido en un intenso silencio, me giro para observar a mi angel y esta tenso, tiene la mandibulo apretada y la vista perdida, su mano sujeta la mía mientras mecánicamente la acaricia con el pulgar.

Después de una hora de silencioso trayecto Jorge rompe el silencio

-Señores en diez minutos estaremos en la entrada de la terminal.

Escucho un suspiro que sale de los labios de mi niño, su mirada esta perdida está inmerso en sus pensamientos pero su agarre se hace mas fuerte, siento como se resiste a que llegue el momento que me vaya de su alcance.

POR QUÉ NO? (1 Parte De Encontrando La Felicidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora