—yo —estaba por hablar pero me calle al escucharlo hablar.

—mi reina no acepta, la única especie que puede habitar son los demonios...—volvió interrumpirme Arturo.

Mi sangre hervía y mis mejillas se encontraban rojas del enojo.

—Cierra la boca...—susurre.

—su especie es de nuestro desagrado...—continuo hablando, no soporte más, me levante de mi silla y camine hasta él tomando su cuello y estampandolo a la pared.

— ¡Cierra la maldita boca!—grite.

—mi... mi reina... ¿estás bien?

—eres un...

—Ya basta pequeña—mi padre me cubrió la boca y me separo de Arturo.

—esa Elizabeth es mejor que la de hace cinco años...—murmuro Marc.

—Disculpen a mi reina—dijo arreglándose la corbata— lo de no hacerlo anoche la dejo malhumorada.

Me solté del agarre de mi padre y volví a empujarlo.

sessizlik...—dije las palabras para que se callada, era un hechizo que mi madre enseño.

Solté su cuello y lo empuje a la pared.

Comenzó a mover la boca pero ninguna palabra salía, me senté tranquila y vi a la reina de las ninfas.

—la manada Red Demon recibirá a cualquier especie el tiempo que sea necesario, si llega a pasarles algo en el tiempo que están en mi manada, yo misma me encargare de buscar al responsable.

La reina ninfa llamada Azul sonrió.

—gracias...—dijo y solo asentí.

El tiempo transcurría, quería volver a mi hogar.

— ¿Qué querrá decirnos?—preguntó mi padre y me encogí de hombros.

—No lo sé... algo como, ¿ayúdenme a averiguar cómo ir al baño mientras estoy en el agua?—dije y padre estallo en risas junto a Marc que al parecer escucho, voltee a Maximiliano y él también intentaba reprimir una risa.

Sonreí al verlo.

—y por esa razones no le caes bien...

—la verdad me da igual, por esas razones nunca tuve un pez en casa.

○○○

La noche llego, todos sus empleados se habían ido.

— ¿Y qué es lo importante?—pregunte mientras observaba algo en su cuello, era una especie de espiral.

—Reina Demon, no sea impaciente— dijo mientras cubría el tatuaje que se encontraba en su brazo. Me levente de la mesa y con mis palmas golpe la mesa.

—vuelves a decirme Demon y te juro que te volveré un camarón, soy Emily, Emily Black ¿comprendes? ¿O es que acaso que tu cerebro de pez no logra procesar eso?

Solo sonrió y se dio la vuelta, mi padre pedía que me calmara.

—el asunto es esto señorita Demon...—pronuncio el apellido lentamente.

Me levante y mi padre tomo del brazo.

—solo quiere provocarte, quiere que todos piensen mal de ti...

Me volví a sentar.

—al parecer los White siguen vivos, no sabemos que planean pero a mi parecer no es nada bueno.

— ¿Quiénes son los White?—pregunte.

— ¿acaso la heredera de los Black no conoce a sus enemigos?

— ¿De qué hablan?— pregunte a mi padre, él se tensó inmediatamente.

—como decía, como ya sabemos están desapareciendo niños, ¿motivo? Ellos, en cada secuestro dejan marcado su símbolo, muchos la conocen así que no creo necesario mostrarlo—yo no lo conozco.

—ya van cinco niños desaparecidos, Andrea, Julia, Pedro, Camila y Alec—Danasha cerro las manos al escucharlo y una lagrima salió por su mejilla.

— ¿y porque niños?—pregunte.

—al parecer quieren hacer un tipo de ritual, lo intentaron hacer con tu madre, no dudo que ahora te busquen a ti, nos harían un enorme favor a desaparecerte del mapa.

—Ya basta Fabio...—dijo Maximiliano enojado.

—claro alfa.

—Pez obediente... No entiendo que hago aquí—me levante al igual que Danasha— en mi manada no ocurre nada, si necesitan ayuda búsquenme, excepto tú— señale a Fabio— tu muérete.

—Emily...—llamo Danasha, Arturo se despedía de todos—esto es importante, te traje porque sé que como amigas nos apoyamos.

—está bien ¿en qué te ayudo Danasha? Estoy segura de que ninguno de esos niños que menciono el pez es de tú manada.

—tienes razón...

—siempre la tengo, ahora espero no me sigas buscando...—me voltee a la salida.

—No es de mi manada—volví a voltear fastidiara al escucharla.

—qué bueno... ¿porque la ayuda? Estoy segura que Marc se negara.

—te equivocas Elizabeth, uno de esos niños es importante incluso para ti.

— ¿Quién? Si fueron los White déjame decirte que no sé quiénes son, padre, nos vamos...—dije pero negó.

—Escúchalos—pidió.

— ¿Quién es el importen? —pregunte y Maximiliano se levantó.

—Es Alec— dijo Maximiliano.

—pobre niño...—conteste.

—hijo de Abby y Axel...—completo Danasha por Maximiliano.

Sentí mi mundo caer en pedazos... La persona que prometí cuidar está desaparecida

Rey Demonio Where stories live. Discover now