«EPÍLOGO: LA PROMESA»

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Meses después...

El calor del verano llegaba junto a las vacaciones cortas del mismo, aunque primero era lo primero y Mana tenía que entregar un último proyecto antes de poder relajarse esas dos semanas.

La universidad estaba escasa de gente, no todos tenían trabajos para ponerse al día o, como Mana, cursos todavía por consolidar.

Una vez terminado todo lo que tenía que hacer bajo la luz del atardecer, Mana se dirigió hacia la salida observándose por medio segundo en el reflejo de una de las puertas de vidrio.

Sonrió al notar el brillo del rubí y continuó su camino.

—¡Hey, Mana! —escuchó la voz de su amigo al otro lado del campus. Llevaba su usual ropa, pero sin la chaqueta azul.

Mana alzó un brazo para saludar mientras que con el otro sujetaba algunos papeles.

—¿Yūgi? ¿Qué estás haciendo aquí? —quiso saber al llegar a su lado.

El muchacho de baja estatura se encogió de hombros.

—Fui a buscarte a tu casa, pero Marik me dijo que estabas aquí —comentó.

—Sí... Cambiar de carrera no fue un trámite tan sencillo, que digamos —rodó los ojos —. Sobretodo por los cursos, ¡es como si tuviera que hacer todo otra vez!

—Pero por lo menos es algo que en serio quieres hacer —consoló su amigo.

Mana sonrió y asintió regresando su mirada al frente. A lo largo de los meses, muchas cosas habían sucedido tras su despertar en aquella camilla de hospital.

Lo primero fue que, como supuso, había estado desaparecida por un tiempo antes de ser encontrada inconsciente, estado en el cual se mantuvo por más de una semana, lo que causó la preocupación de sus hermanastros así como llamó la atención de un montón de reporteros.

Después de muchas entrevistas con la policía y declarar que no podía recordar nada con exactitud continuas veces, se llegó a la conclusión de que tenía amnesia por el trauma o algo similar, la verdad no le importaba en lo absoluto qué tipo de excusa tuviera si es que con eso podía regresar más rápido a su vida normal.

Aunque "normal" no era como exactamente lo definiría.

Muchas cosas seguían igual que en su línea de tiempo original y muchas otras cosas no. La primera en la lista sería que Ishizu y Kaiba ya estaban casados desde hace un tiempo, la segunda que esperaban a su primer bebé después y la tercera que Marik y Serenity tenían una relación estable desde la secundaria.

Giró sus ojos hacia su amigo.

El abuelo de Yūgi tenía su tienda de juegos intacta a pesar de los años; sin embargo Mana no había oído nada del Rompecabezas del Milenio y tampoco había preguntado por el objeto.

Yūgi en sí seguía siendo el mismo. Si bien carecía en parte de la confianza que sorprendió a Mana en un primer momento, todavía lo prefería así.

Y luego...

Llevó una mano a su collar.

Había investigado algunas cosas sobre Atem desde que pudo salir sola de su casa otra vez.

No habían registros de su nombre ni de su rostro, la historia había seguido igual a como recordaba —sin versión oficial de Manet, sin magia, sin Zorc —, no estaba contenta con el resultado, pero se sentía bien que todo haya ido como lo planeado desde el principio, por lo menos una minúscula parte de ella estaba feliz de volver junto a su familia y amigos.

El Misterio De La Amada Del Faraón [COMPLETA]On viuen les histories. Descobreix ara