Capítulo 44: Mentiras & Locuras.

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-es su tipo.-suspiré.-espero que no caiga tan rápido esta vez.

-¿enamoradizo?, uff de esos hay muchos. La mayoría no se dan cuenta hasta que ya están hasta el fondo.

-lo sé.-reí, sí que era así, mi mente viajó hasta Zeev.

Yo tenía que volver a hablarle, patearlo y arreglar las cosas. Porque él era el chico con el que yo quería pasar mi vida. Definitivamente. Nunca, se me haría tan fácil querer a alguien, nunca.

Se supone que los sentimientos no se fuerzan, con él no se sentía forzado era más como un instinto de supervivencia. Un instinto mío.

Un sexto sentido.

Volvimos allí la noche siguiente. Noche de sábado.

Esta vez el lugar estaba atestado de gente, este lugar atraía a muchas personas por el show de talentos.

Estoy quedando loca.

Porque creo a ver visto a Zeev… comencé a buscarlo como loca, pequeña oportunidad, de no decir las cosas por un teléfono sino hacerlo frente a frente.

-¡Cloe Kavanagh!...

-Cloe… es tu turno.-dijo Tonny en mi oído. Espera, ¿Qué?

-yo no me inscribí.-le gruñí.

-lo siento.-me sonrió y se encogió de hombros.

Caminé con las piernas temblándome hasta el escenario, donde un hombre bajito me dio un micrófono, tomé la guitarra de la esquina, comencé a tocar las cuerdas comprobando que estuviera afinada.

Si él estaba allí, no iba a tardar en demostrar lo que no quería decir en una llamada telefónica, lo que había escrito.

Porque a pesar de todo allí estaba yo con una guitarra, esperando ser vista por él y que aunque no fuera algo ya premeditado, sabía lo que tenía que hacer. Tocar. Es fácil.

El que no arriesga no gana.

Tirémonos del risco a ver qué pasa.

Me senté en un taburete mientras colocaba el micrófono en su lugar, suspiré,  las personas me miraban expectantes.

Y mi mirada paseaba entre el mar de caras buscándolo. ¿Dónde está ahora?

Suspiré.

Comencé a tocar la guitarra, mientras mi mirada parecía un telescopio en busca de una simple estrella en el cielo.

-Hola, esto es One.-dije, sentí mi voz temblar, apenas las palabras salieron alguien en la parte de atrás del bar, me miró como bicho raro, con el ceño fruncido. Lo saludé con una mano, aun temblando.

Los ojos de Zeev estaban expectantes. Y así comencé a cantar.

“…All my senses come to life
While I'm stumbling home as drunk as I
Have ever been and I'll never leave again
Cause you are the only one”

La canción era más como una disculpa en el sentido de ser, ¿poco comprensiva?, que él parecía captar.

Suspiré.

Y aunque fue algo difícil llevar su mirada, temblar, tocar y cantar al mismo tiempo, no dude en hacerlo. Era lo que necesitaba hacer.

Esperaba que sintiera lo mismo que yo en la canción, y que las cosas se arreglaran, estaba dispuesta a empezar de cero.

¿Así se hace no?

Anónimamente Yo. ©Where stories live. Discover now