-Lo haré –Nam le sonrió, mirándolo acercarse a la puerta. Se fijó en la hora, y habló-, que no se te olvide ir por nuestros hijos.

Seokjin se giró al abrir la puerta, frunciendo su ceño -¿Qué hijos?

-Ja ja.

-Por favor Nammie, a mí jamás se me olvida. –le lanzó un beso y se fue.

*****

Los aplausos llamaron la atención de todos los niños, y luego de ver que su entrenador las llamaba gritando. Todos llegaron corriendo, empujándose antes de detenerse frente al adulto, ordenadamente –Bien, van excelente chicos ¡El trofeo será nuestro! –sonrieron felices con las palabras del mayor-, solo necesitamos no dejar de esforzarnos y ser persistentes ¡No falten a ningún entrenamiento en las siguientes semanas! ¿Entendido?

-¡Sí! –gritaron todos al mismo tiempo.

-Por hoy todo terminó, nos vamos pasado mañana ¡Puntuales! –gritó, sonriendo al ver a los muchachos asentir- Acérquense -dijo, extendiendo su mano al frente, observando todas las de sus jugadores siendo colocadas sobre la suya-, uno, dos, tres ¡GAVIOTAS!

El hombre rió, viendo a los niños correr, despidiéndose del mayor para ir por sus cosas. Jungkook tomó su mochila del banco, colgándola solo de un lado en su hombro. Se alejó un poco del resto para no estorbar, pero se quedó de pie, aguardando a su mejor amigo. Yugyeom se le acercó, con la mochila colgando de sus hombros -¿¡Me viste?! ¡Hoy corrí más rápido que tú! –presumió Kookie, mayor que su amigo por tan solo unos meses.

-¡Claro que no! Viste mal porque el polvo que levanté te cegó, Jungkook.

-Eres un mal perdedor Yugyeom.

-Mira quien habla.

Kook le dio un empujón, antes de irse corriendo por la zona de juego, la cancha de beisbol, riendo a carcajadas mientras su mejor amigo intentaba alcanzarle para superarle. Tuvieron que tirar sus mochilas para estar más ligeros de peso y poder moverse con mayor facilidad -¡Kimchis! –los dos frenaron de golpe por el grito del entrenador, pues ese era el apodo con el que se refería a los dos, burlándose porque eran los únicos niños apellidados Kim del equipo, sorprendentemente, aparte de que siempre estaban juntos- ¡Guarden esas energías para la siguiente sesión! ¡Váyanse!

-¡Sí entrenador! –gritaron, corriendo para tomar sus mochilas del suelo, para luego competir hasta llegar a la zona de bancas para el público, las gradas, donde se sentaron jadeando, riendo por el recorrido.

Se conocieron desde la escuela de baile, siendo los más pequeños tendían a estar juntos, y conforme crecieron, una amistad surgió, junto a una pequeña competitividad. Desde que se conocieron, les gustaba demostrarse que podían ser los mejores, ensayando arduamente para colocarse entre los mejores bailarines de su pequeña anterior escuela. Ahí siguieron hasta que ambos creyeron que tenían dominado el baile, decidieron buscar deportes para hacer crecer sus músculos, o eso decían. No les costó mucho convencer a sus respectivos padres, lo complicado fue encontrar un buen deporte. Fueron a clases de prueba de taekwondo, de tenis, de básquet e incluso de patinaje, pero al final se decidieron por el beisbol. Ya tenían casi cinco años yendo, y les gustaba mucho, en especial porque era la única vez en la semana en la que se veían, ya que asistían a distintas escuelas.

Los dos solían sentarse en las gradas a esperar que pasaran por ellos, mientras, disfrutaban un poco más de su compañía -¿Entonces qué le pasó al ratón? –preguntó Yugyeom, dando un sorbo a su botella de agua. Jungkook rió.

-Bueno, él me ayudó así que no podía dejar que mi appa lo matara, aparte de que no lo iban a hacer –rió-, volví a tomarlo con un trapo de la cocina y lo dejé afuera, aunque appa Jin se enojó conmigo y me regañó todo el camino hasta que me dejó en la escuela.

Cosas De Adolescentes - NamjinNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ