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Sus labios atraparon los míos, mientras me sentaba como podía en el filo de la fría cera que estaba en el baño.

Una de sus manos viajó abajo de mi camiseta, acariciando mi abdomen hasta subir a mis pechos, apretándolos sobre el sujetador.

Removí mis muñecas, para poner mis manos en su pelo. A continuación mis labios hicieron un camino de besos hasta su  cuello, en el cual me esmeré, ya que mordí con sutileza pero sabiendo que dejaría marca.

—¿Intentas marcarme?— dijo entre toqueteos.

—No necesito marcarte, idiota— me reí entre besos.

Volvió a atacar mis labios. Después empezó a bajar sus besos por mi mandíbula y cuello hasta llegar de nuevo a mis pechos mientras yo enterraba mis manos en su pelo por el placer que me provocaba. Shawn empezó a luchar con mis bragas,  intentando quitármelas pero no podía así que terminó rompiéndolas.

—Me debes unas bragas, Mendes.

—Y tú una explicación del por qué estás volviéndome loco.— murmuró pero lo ignoré y seguí besándolo.

Bajó una de sus manos hasta mi entrepierna. Y, sin más, introdujo dos dedos en mi haciendo que mi espalda se arquease por el placer y un gemido saliera. Su lentitud me mataba, pero me gustaba.

—Dije que haría lo que quisieras, Lauren.— susurró en mi oído para luego dejar sus movimientos ya que había llegado.

...

—No tienes que quedarte a dormir, no necesito ninguna especie de protección.— dije una vez que me coloqué mi short de pijama y me senté en mi cama.

Al salir del baño, Ethan y Mahogany no estaban y al llamarlos, Mahogany dijo que había ido a la casa de Taylor, así que Shawn quiso venir conmigo a mi casa.

—Ya extrañaba a la Lauren que conocí.— sonrió sentándose al lado mío. Estaba sólo con unos jeans negros y su cabello estaba bastante despeinado.— ¿Recuerdas cuando te saqué de esa heladería?

—Claro que sí, hiciste que todos nos miraran como si estuviéramos locos.— reí.

—Y luego te besé.— mi risa paró y vi la hora en mi teléfono. Eran las tres de la madrugada.

—¿Dormirás aquí o...?— sentí mi teléfono vibrar y al ver, no era más que Helena mandándome fotos de la fiesta.

Ni siquiera salía en las fotos, pero de todos modos revisé.

Mierda. No. No.

—Me invitó por él.— susurré y Shawn y me miró confundido.— me invitó porque quería que viera que estaba acostándose con él de nuevo.— hable pero dirigiéndome a nadie.

—¿Con quién?— preguntó Shawn confundido.

—A Joey.— dije y borré las fotos.— Helena se acostó con él un día después de que le dije que éramos novios.

Shawn me miró sorprendido y yo simplemente me recosté en la cama, mirándolo.

—¿Te he dicho que tienes unos ojos preciosos?– dijo de la nada recostándose al lado mío y yo fruncí el ceño.

—¿Estás intentando distraerme para que no me deprima? Porque si es así ni lo intentes, no me importa en lo absoluto.— reí y él negó, colocando su mano en mi mejilla para acariciarme.

—Cállate, tarada, te digo que tienes ojos lindos.— reímos y él se acercó un poco a mi.— Si te fijas, son algo verdes pero no sabría si tienen una mezcla de azul...aunque pareciera que si, pareciera que tienen algo misterioso pero lindo dentro de ellos.

—Creo que tienes una obsesión con mis ojos.

—Tengo una obsesión contigo.— murmuró y yo mordí mi labio.— primera vez que no te burlas de algo cursi que dije.

—Cállate, idiota.— dije riéndome y él siguió mi risa..— Gracias.

—¿Por qué?

—Por apoyarme siempre.

—Siempre estaré para ti, Lauren.— le sonreí y él me devolvió la sonrisa.— ¿Sabes? No entiendo porqué crees que por tu carácter me hartas. Es decir, lo amo, eres terca y una estúpida pero así me gustas.

—Cállate ya, Mendes.— volví a decir riéndome por su comentario.—Siento haber terminado todo así, no merecías eso...

—No importa ya, lo importante es que estás mejor y somos... ¿amigos? No lo sé.— dijo y bufó, acariciando mis manos ahora.

—Shawn Mendes, déjame decirte algo.— me acerqué a él y lo miré a los ojos, los cuales se reflejaban por la luz de la luna.— Nosotros jamás seremos amigos, eso no es posible y ya lo acepté.

—¿Entonces qué somos?

—No lo sé, sólo sé que me gusta.— sonreí y me acosté en su pecho, mientras me quedaba dormida.

—Somos una cosa bonita, Lauren, creo que eso somos— escuché que dijo, para luego acariciarme la espalda hasta que los dos quedáramos plenamente dormidos.

❛ She Loves Control ❜ | s.m Where stories live. Discover now