71

3.5K 266 31
                                    

—No la vi, lo prometo, si estás enojada puedes probar...

Seguía sentada en la cama y lo miraba como caminaba de un lado a otro.

Me levanté y caminé pocos centímetros hacia él y lo miré a los ojos.

—Claro que te creo, imbécil.— me miró sorprendido.— ¿Por qué me miras así?

—Yo... ¿Este no es el momento en el cual peleamos, te pones celosa y demás?

—No, idiota.— reí y me miró con el ceño fruncido.— Escucha... yo no soy celosa, creo que los celos no son románticos y ni nada por el estilo, es la falta de confianza y yo confío en ti, por eso no estoy celosa ni enojada.— le sonreí. Su expresión era de satisfacción.— ahora...

—¿Ahora?— me miró pícaro y le di una sonrisa enorme, lo cual hizo que me tirara una expresión dulce, para luego atraerme a él y besarme con intensidad.

Aún con sus labios en mi mandíbula, empezó a obligarme a caminar hacia atrás, donde estaba la cama. Logré soltar una de mis manos y suspiré cuando sentí la suave y caliente piel de su pecho bajo mis yemas, por lo que no pude evitar bajar mi mano hasta sus abdominales.

Caímos sobre la cama e hice que mi blusa desapareciese, quedando en sujetador. Su boca fue directa a mi uello y sus manos agarraron las mías por encima de mi cabeza. Tenía los ojos cerrados, con mi atención únicamente enfocada en las caricias que estaba proporcionando a mi cuerpo, hasta que me miró a los ojos y sus caricias fueron más leves y suaves.

—Te amo.

Frené de golpe con mi jugueteo y lo miré escéptica y asustada. ¿Acaso había dicho que me amaba?

—¿Qué dijiste?— fue lo único que pude decir.

—Que te amo, Lauren.— volvió a musitar con sus labios cerca de los míos lo cual produjo un escalofrío automático.— Te amo y... estoy seguro de esto, no sé cuanto dure, pero lo único que quiero ahora es que despiertes junto a mi y poder decir lo malditamente hermosa que te ves en las mañanas.— me dedicó una sonrisa dulce y tragué en seco.

Jamás había vivido algo así, nunca nadie me había dicho cosas de tal nivel y me asustaba tanto... yo no era así, ¿por qué el llegaba y cambiaba todo?

—También te... también te amo, Shawn.— susurré y él me miró con fascinación, sus ojos marrones estaban posados en los míos y soltó una risa preciosa.— ¿de qué te ríes, imbécil?

—De lo tierna que eres, tarada— me besó en la coronilla y soltó su cuerpo encima del mío, abrazándome por completo.

❛ She Loves Control ❜ | s.m Where stories live. Discover now