Capitulo 9

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P.O.V HADARAH

Después de que Fadil se fuera fui donde las muchachas para decirles que Fadil me invito a las dunas hoy al anochecer

—muchachas las llamo todas me miran, vienen hacia mí. — ¿Dinos hermosa Nahid?, dice una de las chicas haciéndome sonrojar
—Si la diosa del desierto, todas reímos
—Chicas es serio digo todas me miran— ¿qué pasa Hadarah? Me pregunta jazminne, dudo en hablar, pero luego lo hago porque las considero —Fadil me invito a nuestro lugar secreto al caer la noche, pero hoy me toca la danza del inicio. ¿Qué debo hacer? Todas me miran asombradas, me siento sonrojada escucho como una de ella chillan emocionadas para luego hablar —hay que arreglarte para que el joven te vea hermosa

—Hadarah tendrás que bailar primero y luego haré que te lleve uno de mis hombres. Habla la señora Amina

Luego de organizar todo terminamos con todo eso cae la noche y con ella la hora de la danza. Estoy vestida de rojo en los aposentos que me pertenece cuando estoy como Nahid, y escucho los aplausos, esa es la señal que casi es mi turno voy por los pasillos del salón hacia la multitud

—Y con ustedes Nahid...

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Luego que danzara, las chicas que no estaban de turno me ayudaron arreglarme. Y he dicho que ni yo me reconozco con el cambio que me hicieron las muchachas. Tengo unos pantalones árabes una blusa de color rojo según las chicas mi atuendo dejará sin habla, la señora Amina fue quien apareció con esa vestimenta y me sugirió que esa era la ropa adecuada y una series de prenda pensé en quitarme el amuleto que me regalaron en aquel pueblecito en el desierto, y la señora Amina me dijo que ni todas las joyas que tenía en cofre tenían el valor de aquel amuleto como lo llamo ella.

Estoy de camino a donde esta Fadil, uno de los hombres de Amina me acompaña hasta un lugar considerable. Cuando llego a una distancia el hombre me hace señas para luego retirarse asiento con mi cabeza en modo de afirmación, camina hasta llegar hasta las dunas, Fadil sale a mi encuentro observa fijamente como sus ojos desorbitados, me sonrojo y habla — mi hermosa flor del desierto, suspira. Como que si le faltara la respiración me sigue observando con Adoración —estás hermosa. Siento mi rostro arder él sonríe luego como si recordara algo —mi flor del desierto te tengo una sorpresa, pero tengo que cubrir tu rostro. Yo abro los ojos

— ¿co-n los ojos vendados? —Pregunto con los nervios a flor de piel

—si confía en mí te tengo una sorpresa. Asiento con la cabeza él saca una bufanda de seda por lo que puedo notar y me rodea de espalada, siento la tela terminar de cubrir mi rostro porque tengo el velo, siento su respiración en mi nuca siento todo mi cuerpo que se pone de piel de gallina. Siento como me toma de las manos para guiarme

—Hadarah camina con cuidado no te vayas a caer. Escucho la voz ronca de Fadil hablar detrás de mu solo asiento me centro en poner mis pies en lugares que no me vaya a resbalar, luego de un rato Fadil se detiene. Para hablar

— Llegamos, te voy a retirar la venda de los ojos. Asiento con la cabeza, siento como cuidadosamente retira la venda de mis ojos, aún tengo los ojos cerrados—Hadarah puedes abrir los ojos.

Sorprendida volteo a mirar a Fadil él solo sonríe, vuelvo a mirar, veo copas canastos mantas. Está todo bien organizado sobre todo hermoso. Siento como Fadil me toma de las manos para acercarnos a la pequeña jupa camina a su lado y entramos nos sentamos me siento nerviosa porque nunca nadie ha tenido este lindo detalle conmigo ni mucho menos he estado con un hombre de noche.

—Toma asiento oigo decir a Fadil hago lo que me pide, luego lo veo sacar unas botellas y servir un contenido que por su olor y color sé que es vino, me extiende una copa y la tomo, luego toma siento y me mira

— Estás hermosa mi flor del desierto suspira como si estuviera cansado, sirve los alimentos comemos entre miradas traviesas pero solo eso.

P.O.V Fadil

Luego que comimos saco aquel reproductor de música que me prestó mi hermano, pongo música y Hadarah me mira —Baila para mi Hadarah le pido, ella me mira yo asiento ella se levanta a pasos tímidos y comienza a bailar.

Ella baila como una diosa me descoloca cada uno de sus movimientos que realiza. Hadarah más su mirada traviesa, me volverá loco, la música sigue ella con esos bailes me matará del corazón, cada movimiento que hace con su cuerpo me lo grabo en la memoria, juro por Allah que Hadarah me va a matar con eso pasos la música finaliza Hadarah me lanza la bufanda —Allah digo en susurro solo para mí, ella sabe cómo se pone mi cuerpo está prácticamente temblando me levanto voy hacia ella, la tomo por la cintura la beso ella jadea, pero me corresponde inmediatamente, la levanto ella instantáneamente rodea mi cintura con sus piernas, pido permiso para entrar mi lengua ella me lo niega, aprieto su cadera ella jadea y ahí entro mi lengua a su cavidad bucal nuestras lenguas sé juntas y gemimos por Allah! Estos es el paraíso, nos separamos por falta de oxígeno y junto nuestras frentes sonrió esta tan roja que podría parecer una fruta. Ella se gira y camina unos metros lejos de mí la veo observar la luna, creo que ya es el momento de decirle por qué la traje aquí.

—Hadarah Anessa, mi bella flor del desierto desde que te vi en aquel desierto juro por Allah! Que es mi único testigo, que eres lo único que pienso no hay un día en que no te piense, te has convertido en mi vida..... Antes de conocerte estaba sumido en una oscuridad una soledad y estaba solo, con mi amargura que tú lograste con solo una mirada mi bella flor del desierto. Tú eres mi luz que brillo en mi oscuridad, mi alegría que alegró mi amargura, eres mi dolor, pero también cura, eres mi Hadarah juro por Allah! Que desde que llegaste a mi vida has llenado de una paz infinita que solo tu mi flor del desierto puedes darme.

— ¿Por qué ver por separada esta vida si una proviene de la anterior?

Hadarah mi bella del desierto juro por Allah que ni las arenas del desierto podrán apagar esta pasión, que me quema desde aquí desde el centro del pecho desde que conocí. Por eso pongo Allah como testigo bajo el cielo estrellado, y las arenas de este vasto desierto, que cada día trataré de hacerte la mujer más feliz del mundo. — ¿Hadarah ANEESA me harías el honor de casarte conmigo?

Estoy arrodillado frente a Hadarah, ella está llorando a mares está roja su bella nariz está roja. Estoy nervioso ella observa el anillo jadea sé que ella sabe lo que significa.

—fa-dil dice ella con voz grave —s-i!

—Por Allah! Hadarah ¿me quieres matar? Le digo levanto y solo escucho su risa

—Sí, sí! Quiero casarme contigo nos fundimos en un beso voy caminando hacia la jupa con mi flor del desierto la recuesto en las sabanas Hadarah gime, hace que mi cuerpo reaccione pasa sus manos en mi cabeza y un gruñido involuntario sale Hadarah hoy serás mía hoy

HADARAH

—Fa-dil dice ella con voz grave

—S-i!

_ Por Allah! Hadarah ¿me quieres matar? Le digo levanto y solo escucho su risa

— sí, si! Quiero casarme contigo y nos fundimos en un beso voy caminando a hacia la hupa con mi flor del desierto. La recuesto en las sabanas Hadarah gime, hace que mi cuerpo reaccione pasa sus manos en mi cabeza y un gruñido involuntario sale —Hadarah serás mía hoy.

Fadil me tomo y me recostó en la hupa nos fundimos en beso de una forma hambrienta, trataba de llevarle el ritmo. Nos separamos por falta de oxígeno, mire a Fadil a los ojos tenía las pupilas dilatadas tenía la mirada como un depredador la cual va a cazar a su presa, la cual yo era la presa de Fadil.

—serás mía. — Dijo con vos ronca temblé al escucharlo me recorrió todo mi cuerpo me tomo y me pego más a él. No sé en qué momento me retiro la blusa siento como Fadil desciende por mi cuerpo regando besos por todo mi cuerpo se detiene en mi ombligo, siento como pasa su lengua arqueo mi espalda por éxtasis que siento, continua con su tortura hasta llegar a mi centro tiemblo de solo pensar lo que trama trato de quitarme, pero él ejerce fuerza en mi cintura siento como pasa su lengua caliente en mis pliegues

—ah gimo sin aires en los pulmones Fadil levanta su cabeza y lo veo como ríe con una malicia —¿Así? Pregunta yo solo me arqueo para sentirlo

—¿Así? Vuelve y pregunta

—s...i —digo en un gemido siento como ataca mi centro yo solo puedo gemir los sudores descienden por mi cuerpo, tengo el pelo de Fadil agarrado en mis manos siento como mi cuerpo tiembla involuntariamente, jalo el pelo de Fadil él solo gruñe siento que no aguantaré más siento con mi cuerpo convulsionar hasta llegar al clímax. Mi cuerpo tiembla tengo los ojos cerrado ciento la respiración de Fadil, deja un beso en mis labios, — eso mi flor se llama orgasmo. Me besa siento como esta sobre mí siento su virilidad nuestros sexos chocan ambos gemimos —Dios... Hadarah me vuelves loco... —dice con vos voz roca gimo por sus palabras Fadil levanta su cintura siento como se frota en mi entrada él gime, siento como está en mi entrada me tenso Fadil lo nota me mira a los ojos siento como va penetrándome siento que me está partiendo en dos mis lágrimas y un sollozo salen involuntariamente al notarlo

— chií ya pasara sí— me dice con palabras suaves yo asiento continúa penetrándome las lágrimas continúan, Fadil me abrazo y me susurrara palabras cariñosas hasta que me acostumbrara a él, luego de unos minutos de mimos mi cadera ambos gemimos

—hada...rah.... moví nuevamente mis caderas para que entendiera que ya podía moverse. Entendió, comenzó a mover su cadera con cada de sus movimientos me sacaba gemidos sentía un dolor, pero experimenté como ese dolor se transformaba en placer nuestros cuerpos chocaban era un placer inexplicable, sentía mi cuerpo caliente, sentía calor mucha calor

—Fadil... Digo en un gemido

—dime... Hadarah

—ten...go... mucho calor —él sonríe con malicia Dios creo que voy a morir de placer—son las arenas del desierto mi flor. Me beso adoro mi cuerpo me hizo mimos sentía que iba a morir de tanto placer sentía como mi cuerpo comenzaba a temblar estaba a punto de correrme

—Fadil siento que no puedo más —vamos a hacerlo juntos siguió embistiendo dos, tres perdí la cuenta, escuche su voz roca

—córrete para mí, mi flor. Como si de una orden se trataba mi cuerpo obedeció me deje ir con un gemido, escuche un gruñido de parte de Fadil, sentí como se derramaba dentro de mí... cayó en sobre mí, sin dejar todo su peso sobre mi recuesta su cabeza sobre mi pecho el cual sube y baja, nuestros cuerpos estaban temblando por la llegada del clímax.

Luego de unos minutos largos Fadil se levanta sobre mí, y me coloca sobre su pecho, coloca sus manos sobre mi espalda yo pongo la palma de mi mano en su pecho y le hago leves caricias, haciendo figuras imaginarias, él al igual me hacía caricias en la espalda pasamos muchos minutos sin decirnos nada solo la luna las estrellas y las arenas del desierto eran nuestro testigo de nuestra pasión de nuestro amor.

Siento como el sueño me va abrazando, pero estoy feliz porque estoy en los brazos del hombre que amo. Creo que pasan minutos cuando siento como besan mi rostro, mis parpados para luego besar mis labios. Abro mis ojos veo al hombre que tanto amo sonrío.

—Mi bella flor del desierto, ¿cómo te sientes? Me sonrojo al entender sobre la que me está preguntando, quiero que las arenas del desierto me traguen, tomo las sabanas de seda tapo mi rostro de la vergüenza. —Hadarah, mi flor no tienes por qué avergonzarte —Fadil... —. Digo

—Hadarah voy a hacer tu esposo no tienes por qué tenerme vergüenza, Hadarah quiero ver tu rostro. — Dijo en modo de súplica, siento como él comienza a quitarme las sabanas de mi rostro. Por ley sé que debo estar más roja que un tomate.

—Mi diosa... dice para luego levantarme y ponerme sobre su regazo, estamos ambos desnudos siento como la virilidad de Fadil cobra vida propia, y es ahí donde no se para dónde poner el rostro.

—Princesa mírame, no lo hago escondo mi rostro en su cuello,

—Princesa mírame por favor. — dice en modo de súplica levanto mi cara y lo miro él me examina para luego besarme.

—No me tienes que esconder tu cuerpo Hadarah—Fadil... digo, pero él me corta las palabras —Será mi esposa dentro de poco

Lo miro y ahora es que lo recuerdo miro mi mano donde descansa el anillo que me dio Fadil, solo asiento con la cabeza abajo él levanta mi cabeza — Te amo mi flor no esconda tu cuerpo de mi porque de lo contrario esconderé toda prenda y te tendré cautiva desnuda solo para mí. — Dice con una sonrisa maliciosa en sus labios hay promesa en sus ojos. Se inclina un poca hasta llegar a mis labios me besa yo me remuevo sobre él y gime —Dios... Hadarah me tienes como un adolescente... suelto una sonrisa nos fundimos en un beso donde no fue como los demás, sentía como las manos de Fadil haciéndome caricias nos dejamos llevar nuevamente por la pasión, solo que esta vez nos detuvimos uno en el otro.

Fadil me besaba el cuerpo con una delicadeza que yo solo gemía y temblaba adoro mi cuerpo lo sentí en mi entrada me tense él lo noto

—Seré delicado lo prometo dijo el yo asentí con la cabeza y cerré los ojos sentía como entraba en mi interior, esta vez solo hubo una pequeña molestia que solo cuando entro en mi interior ambos gemimos, cerré los ojos

— Abre los ojos Hadarah quiero que me veas mientras cuando te hago mía.

Abro los ojos lo veo mirándome, él asiente mueve su cadera él gime hecha la cabeza hacia atrás sostiene mi cadera me mira a los ojos veo que sus ojos tienen un azul oscuro, tiene unas gotas de sudor en su frente por el esfuerzo de contenerse, mientras mi penetra nuestros cuerpos chocan el sudor solo los gemidos hablan por sí solos y no puedo hacer más que cerrar los ojos porque las sensaciones son demasiadas, me arqueo para que Fadil tenga mejor acceso, besa mis labios luego baja hacia mi cuello y es ahí, donde perdemos nuestro autocontrol perdiéndonos en la pasión en las sensaciones, luego de una danza desconocida nuestros cuerpos convulsionan, siento como mi clímax llega, luego de no sé cuántas penetraciones Fadil se corre con un gemido dejándose caer a mi lado nuestros pechos suben y bajan

—Te amo le — digo — Yo Te amo más mi diosa del desierto

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Pasión Bajo las Arenas del Desierto Arabico (Trilogía Pasión Y Cultura#1)Where stories live. Discover now